Tenía su casa y su familia hasta hace poquito. Pero un día se precipitó de una ventana
por la zona de Real 90, en Ceuta, con el resultado de
fracturas de las que ya ha sido intervenido con éxito.
Esta es la historia de Guille, un gato que se está dejando morir. Sí como lo leen, él mismo se está dejando ir, no quiere comer y precisa con urgencia un hogar de acogida donde recuperarse de las heridas físicas y emocionales. Lo constatan los propios veterinarios. El abandono de animales en Ceuta es una tema que ya se presenta dentro de la rutina. Deja de ser noticia, aunque siempre hay buenos corazones que no dudan en ofrecer un espacio, por pequeño que sea, para acoger a un gato o un perro en situación de extrema necesidad. Lo vemos a menudo con
los cachorros de perros que aparecen por las barriadas sin que nadie parezca reconocerlos, desentendiéndose de sus necesidades y protección frente a accidentes, las inclemencias del tiempo, el hambre, el frío o la figura de una madre, tan imprescindible en las primeras semanas de vida. También hay almas bondadosas que se apiadan de los abueletes y de los perros más delicados y les buscan un espacio en su hogar donde no hay, aunque siempre será mejor que la maldita y peligrosa calle.
La adopción de gatos, más complicada
Con los gatos no suele pasar, es más complicado el tema de acoger durante un tiempo limitado por numerosas razones, entre ellas, que los que pueden ser casa de tránsito para un gato que lo necesite normalmente ya cuentan en su hogar con al menos dos o tres gatos. Las casas son tan pequeñas, que las separaciones sanitarias a veces resultan inviables. Con esta introducción, desde Comunidad Gatuna quieren hacer público el caso de Guille, una gato adulto que se fracturó una pata en esta caída, dolencia de la que ya ha sido operado con éxito sin que su estado físico actual suponga un impedimento para su correcta evolución. Sin embargo, Guille no entiende que su familia no esté a su lado; no se preocupe por él y haya desaparecido de su vida. A pesar de estar muy bien atendido por el veterinario que lo asistió en su cirugía, David Jimena, de la Clínica Punta Sur, ha avisado con suma preocupación de que Guille no quiere comer, que se ha sumido en un profunda tristeza y se está dejando ir, no por un tema físico, pues el gato se ha recuperado muy bien de la operación. Sólo una casa de acogida, su dedicación, atención y afecto podrían salvarlo de una situación en la que el cruel final se divisa ya si no se consigue solucionarlo.
Llamamiento de la comunidad gatuna
Guille necesita un hogar de tránsito, donde recupere la alegría y se le dé el cariño que necesita para sentir que hay una razón para vivir, pues a día de hoy se ha quedado sin ellas, sin razones. Guille no tenía chip, por supuesto no tenía vacuna antirrábica,
ni estaba esterilizado. Hasta la fecha nadie se ha puesto en contacto con Comunidad Gatuna para reclamarlo o preocuparse de él. Un caso más de familia que se desentiende de su mascota. Ninguna novedad. Si crees que puedes ser casa de acogida y darle una oportunidad al pequeño Guille después de todo lo que ha pasado, contacta con nosotros a través del messenger de Comunidad Gatuna o llamando al 620 697 287. La asociación se hace cargo de sus gastos. “Solo tenemos hasta el viernes para que Guille agote la última de sus vidas. Aunque esperamos que no sea la séptima, y confiamos en que exista ese buen corazón que esté dispuesto a dedicarle un poquito de tiempo y le haga recuperar la esperanza y la felicidad que ha perdido”, explica.