No normalicemos lo que no es normal. Esta expresión la pude leer ayer en comentarios emitidos en redes sociales en varias publicaciones. No eran anecdóticas, al contrario. Se hicieron a tenor del hallazgo de otro cuerpo sin vida en el mar. No sé si entenderlo como una frase hecha, como los DEP que se ponen ya por sistema como quien pone una carita con su lágrima. Cuesta ponerlo lo mismo que tocar tres teclas y pulsar intro. Después, a otra cosa mariposa.
Somos nosotros mismos quienes normalizamos este tipo de situaciones desde el momento en el que reducimos el impacto a un comentario en redes sociales. Después importa bien poco el papel que desempeñe cada uno por evitar este tipo de situaciones. Podemos hacer mucho, claro que sí. Lo podemos hacer desde nuestro papel de ciudadanos comprometidos, apoyando políticas y acciones que sean claras con lo que está sucediendo en una frontera sur que mata.
Podemos hacer mucho visibilizando lo que sucede, dando a conocer las vidas de estas personas y sabiendo por qué cruzaron, por qué eligieron arrojarse al agua sabiendo la cantidad de personas que han quedado atrapadas en el oleaje y cuyos cuerpos ni siquiera han aparecido.
Podemos hacer mucho hablando de una realidad que existe sin esconderla, una realidad de la que Ceuta no es culpable pero que existe y la vemos. No será el primer caballa de pro que critica abiertamente o en corrillos que publiquemos las historias de estas personas. Nos critican que hablemos de tragedias que consideran no tienen que ser motivo de detenimiento periodístico. Son los mismos que luego teclean la D, la E, la P en redes sociales y lamentan en el foro social e hipócrita por excelencia lo que ocurre. Pero luego le fastidia, le enoja y cabrea que se le ponga cara, nombre y apellidos a los muertos.
No normalicemos lo que no es normal empezando por nosotros mismos, quizá siendo menos hipócritas y más consecuentes con lo que lleva años ocurriendo en esos espigones que se han tragado tantas vidas.
Claro que podemos hacer mucho, desde luego algo más que ser unos falsos que viven por el eco del club de fans pero no asume lo que hay y encima critica a quien sí lo hace.
Ayer murió un chico, hace una semana dos varones más... pero llevamos decenas y decenas de cuerpos enterrados en nuestros cementerios a los que nadie ha llevado una placa, de los que nadie se ha interesado, cuyas publicaciones han sido encima cuestionadas.
Quizá lo que no tengamos que normalizar es esta puñetera hipocresía que arrastra la sociedad como una bata de cola.