LLuis Noval Ferrao, nace el quince de noviembre de 1887, en la ciudad de Oviedo, de profesión ebanista, ingresa en el Ejército, alistado con su reemplazo de 1908, el cuatro de marzo de 1909 incorporándose al Regimiento de Infantería del Príncipe n.o 3, antiguo Tercio Viejo de Lombardía, bautizado con el sobrenombre de “EL OSADO”.
Su destino, la 3.a compañía del 1o batallón, quedando de instrucción y guarnición en la misma ciudad de Oviedo, jura fidelidad a la Bandera el día once de abril; siendo ascendido a cabo por elección el día uno de septiembre del mismo año siendo destinado a la 4a compañía del citado batallón.
La Semana Trágica de Barcelona se desencadena a causa de los sucesos ocurridos en Melilla, donde la agresión a unos operarios que trabajaban en el tendido del ferrocarril minero al monte Uixan provocó cuatro muertes el nueve de julio. Este suceso avivó el descontento ya existente en la sociedad.
La legislación de reclutamiento de la época ofrecía dos vías para que los ciudadanos se eximieran del servicio militar obligatorio, pagando a otra persona que ocupara el lugar del reclutado o abonando una cuota de 6000 reales. Esta segunda opción resultaba inalcanzable para la mayoría de la población, considerando que el salario diario de un trabajador apenas superaba los 10 reales.
Los actos insurreccionales en Barcelona, que se habían iniciado el veintiséis de julio, se intensificaron al conocerse la masacre ocurrida en el Barranco del Lobo el día veintisiete de julio de 1909 en las estribaciones del Monte Gurugú donde cayeron en combate 153 hombres. Los sindicatos convocaron una huelga general que culminó en los trágicos eventos que hoy conocemos como la «Semana Trágica».
El general Marina Vega, Gobernador Militar de Melilla, ordenaba ocupar posiciones estratégicas que permitieran extender el dominio directo hasta la provincia de Kelaya. El lugar donde había sido la agresión quedaba rodeado de cuatro posiciones defensivas: dos situadas en vanguardia (El Atalayón y Sidi Ahmed el Hach) y otras dos en la retaguardia (Segunda Caseta y Sidi Musa).

El día diez de septiembre salió de Oviedo por ferrocarril el cabo Noval con su regimiento y tras pernoctar en Madrid y continúa su viaje, con dirección a Málaga y desde allí, embarcaría en el vapor Ciudad de Cádiz, llevándole a su destino, Melilla, a las 06.00 horas del día quince de septiembre. Tras su llegada, marchó con su compañía, la 3a, al fuerte de Cabrerizas Altas.
Posteriormente, el día veinte, combate con su unidad en la batalla de Taxdirt, en la toma del Zoco el Had de Beni-Sicar, posición estratégica que dominaba los valles de Río de Oro y Frajana.
Finalizada esta acción, el día veintidós de septiembre fue despejada la zona norte del macizo del Gurugú, llegándose al día veinticinco en que se alcanzaría la falda sur del macizo, y en un reconocimiento realizado encontrarían el día veintiocho los cuerpos de 108 soldados, siendo recogidos sus cadáveres para recibir cristiana sepultura en el cementerio de Melilla. Al siguiente día, se colocaba la Bandera de España en el Pico de Basbel.
Una vez asegurada la posición, se iniciaron los trabajos de fortificación y vigilancia. El cabo Noval, estaba integrado en la cuarta compañía del primer batallón del Regimiento del Príncipe.
Mientras tanto, la harka rifeña, disponía de una fuerza considerable, se encontraba dividida en dos grupos, uno en Beni Bu Ifrur y el otro en Beni Sicar, comenzando a reclutar de lugareños de las cabilas de Beni-Said, Beni-Tuzin, Tamsaman y Beni-Ulechek.
Conscientes de que las divisiones de Orozco y Tovar estaban situadas en Nador, los rifeños comenzaron los preparativos para atacar por sorpresa la posición de Zoco el Had de Beni-Sicar.

Fue en la noche del veintisiete al veintiocho de septiembre cuando, mientras recorría los puestos avanzados de vigilancia, el enemigo, emboscado, atacó por sorpresa a los centinelas. Un grupo de cabileños, valiéndose de la oscuridad y fingiéndose españoles, llegó hasta las alambradas, logrando que cesara el fuego de los defensores de la posición.
El cabo Noval fue hecho prisionero, ofreciéndole el enemigo respetar su vida si les revelaba el santo y seña de aquella noche, lo que les permitiría entrar en la posición y anular a sus defensores. Noval, dándose cuenta de la gravedad de la situación, se abalanzó contra sus atacantes, al tiempo que gritaba a los defensores que usaran sus armas sin importarle que también le dispararan a él. Gritó con fuerza: "¡Fuego... Fuego aquí, que son ellos...!" y terminó con un "¡Viva España!". Al amanecer y realizada la descubierta, encontraron el cuerpo inerte del cabo Noval muerto junto a los cadáveres de varios rifeños, abrazado a su fusil, que no pudieron arrebatarle, y con el cuchillo-bayoneta ensangrentado.
La Orden General del Ejército de diez de octubre de 1909 disponía que a propuesta del General Brualla Gil, jefe de la 2.a División, se ordenaba la apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando, aprobado por la ley de 18 de mayo de 1862, al cabo del primer batallón del regimiento de Infantería del Príncipe, Luis Noval Ferran (Ferrao), por su heroico comportamiento el día 28 del mes de septiembre en el ataque a la posición de Zoco el Had de Beni-Sicar
Por este hecho, testificando los testigos, fue concedida a título póstumo la Cruz de 2.a Clase Laureada de San Fernando con una pensión anual de 400 pesetas para sus padres por Real Orden Circular de diecinueve de febrero de 1910.
Fue inicialmente sepultado en una fosa común, junto a un sargento y cuatro soldados del Regimiento del Príncipe, siendo posteriormente sus restos exhumados el veintiuno de junio de 1915, depositándose en el panteón de las víctimas de la campaña del Rif del cementerio de la Purísima Concepción, colocándose sobre tu tumba una lapida con esta llamada: “Diste tu vida por la Patria, escribiendo hermosa pagina de gloria en la Historia del invicto Ejercito Español, como buen hijo y mejor patricio, Cabo Noval, en África”.

Su traslado fue acordado el día trece de junio de 1916, acompañado por un sacerdote y comisiones del Ejército, los restos fueron entregados al capitán del vapor Hespérides, quien a su vez los entregaría al capitán del buque Españoleto, atracado en el puerto de Málaga. Este último los trasladaría hasta el puerto de El Musel (Gijón), para ser llevados definitivamente a Oviedo y cuyos gastos del traslado fueron sufragados en parte por el Ministerio de la Guerra y en parte por la Corporación Municipal de Oviedo.
Una vez llegado el féretro a la ciudad de Oviedo, las cenizas fueron depositadas bajo el mausoleo, tallado en piedra por el escultor Victor Hevia Granda en 1911, en el cementerio de San Salvador. Este mausoleo, que perpetúa la memoria del cabo Noval, está compuesto por la figura de una mujer que sostiene una cruz sobre su vientre y se eleva sobre un pedestal donde figuran las armas de Infantería. Todo el conjunto se apoya sobre una base cuadrangular de cuyas esquinas surge una antorcha.
Se erigía en la Plaza de Oriente de Madrid, de un monumento erigido en memoria del cabo Noval realizado por el escultor Mariano Benlliure y que fue inaugurado con la presencia de los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg el día siete de junio de 1912 llevando en el pedestal una placa grabada que decia: «Iniciado por mujeres españolas, se eleva este monumento a la gloria del soldado Luis Noval. Patria, no olvides nunca a los que por ti mueren.»
En la actualidad, el Regimiento de Infantería Príncipe núm. 3, de guarnición en Siero (Oviedo), recibe el nombre de “Acuartelamiento Cabo Noval” en honor a su héroe que llevó el nombre del Regimiento por las tierras del Protectorado.






