La magistrada del
Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta ha absuelto a dos hermanos que fueron acusados de la comisión de un
robo violento cometido en
Feria por el que se enfrentaban a 5 años de prisión. Además ha ordenado su puesta en libertad, ya que se encontraban presos preventivos por estos hechos desde agosto. Sí que ambos han sido condenados por la comisión de dos delitos leves de lesiones a la
pena de 1 mes de multa a razón de 10 euros diarios. Penas a las que se suma el cumplimiento de una orden de prohibición de acercarse a los dos denunciantes a menos de 50 metros, orden que incluye además sus viviendas o lugares de trabajo durante 6 meses, y otra por el mismo periodo de tiempo que afecta a las comunicaciones. Esas órdenes se corresponden con cada uno de los delitos cometidos y se fundamentan en la necesidad de evitar futuros enfrentamientos entre las partes y proteger a los denunciantes de las posibles represalias por el presente juicio. En la sentencia parcialmente condenatoria, a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso El Faro de Ceuta, se recoge además el abono de una indemnización de 180 euros a uno de los denunciantes y 240 al otro.
Los hechos probados: únicamente las lesiones leves, no el robo
Los hechos que han sido considerados probados se reducen únicamente a la existencia de una agresión por parte de los dos hermanos, cuyos intereses han sido defendidos por el abogado Francisco Javier Izquierdo, ocurrida en la madrugada del 4 de agosto de este año cerca del recinto ferial. Ambos hermanos habrían agredido mediante puñetazos y patadas a los dos denunciantes. No queda probado en cambio la comisión de un
robo violento que llevó a que este caso cobrara relevancia mediática. Y lo tuvo no solo por este delito en sí (se denunció el robo de un Omega Speddmáster de unos 3.000 euros y un Apple Watch de 600), sino porque con posterioridad se vinculó con una
posible sumisión química que quedó plenamente descartada por inexistente. Tal y como se recoge en sentencia, “lo único que queda probado” es que existió un altercado entre los denunciantes y los acusados, que dejó a los primeros heridos con daños constitutivos de delito leve de lesiones. Denunciantes y acusados fueron coincidentes a la hora de reconocer que hubo una pelea a la salida de la feria, dejando constancia en partes médicos e informes forenses la existencia de unas lesiones que además fueron verificadas en la clínica Septem nada más ocurrir los hechos.
Declaraciones de los denunciantes que no fueron creíbles
A los dos hermanos se les acusaba también de delito de robo con violencia, otro de obstrucción a la justicia y delito leve de amenazas, existiendo como única prueba de cargo la declaración de las propias víctimas. Unas manifestaciones que “no superan los tres parámetros de contrastes exigidos jurisprudencialmente para dotarlos de credibilidad”, por lo que son insuficientes para enervar el principio de presunción de inocencia, dictándose sentencia absolutoria respecto de todos ellos. Los acusados fueron condenados en su día por un delito de bullying cometido sobre uno de los denunciantes. Un dato que, según la Defensa, podría dar pie a la existencia de un móvil de venganza. La
Fiscalía valoró también que los hechos ocurridos encontraban su fundamento en la continuación de esa situación de bullying. “Las dos hipótesis son perfectamente posibles”, argumenta su señoría, aportando un dato que contaminaría la pureza de las testificales vertidas. Las manifestaciones de las víctimas en lo relativo al robo y a la obstrucción a la justicia no fueron corroboradas por ningún elemento externo. A esto se añade que fueron “contradictorias entre sí y en sí mismas consideradas, además de no coincidir con las prestadas en sede policial e instrucción”. Se hace constar por tanto el “escaso valor probatorio” de esas declaraciones, que llegaron a contradecirse en “extremos básicos y esenciales” sobre los hechos en sí además de las personas que supuestamente habrían intervenido. La versión es tildada de “insostenible”.