No sé si será el día, serán los momentos de soledad, esos instantes donde el pensar reconforta, un poco, y te hace estirar tu ser, y extrapolarte hacia alguna dimensión paralela. En un instante donde no estás sólo, tienes la compañía, necesaria, de un alma paralela. Esa que te ve todos los días y que sabe de tus necesidades. No hace falta que le digas lo que te ocurre, ya que al estar contigo siempre, te da la solución al momento de esas dudas que estás teniendo en esos precisos instantes.
Ya no existen las desesperaciones, está el consuelo necesario de una respuesta que te viene de perlas. Ya que sino dudas y tiene una solución viable, ya no debes de tener esa angustia, que hoy en día corroe a tanta gente.
Pero me dirán: “si con la tecnología, que tenemos hoy en día, todo puede tener una respuesta inmediata”.
Sí pero ¿realmente te pondrías en las manos de alguien?.
Pensamos bien. Ya que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de las manos. Hoy prima el cotilleo. Y sino, como muestra un botón, cuántas personas viven enseñando lo que hacen a diario. Y muchas otras observan embobadas, las escenas cotidianas de una familia.
"Será un espejismo, o alguien ha cabreado al Dios del viento, para hacerlo soplar, de esta manera"
El viento sopla de levante y hoy dicen que no ha salido, ni si quiera, el gran barco, ese que es tan fuerte, que ni si quiera las peores olas lo pueden parar. Será un espejismo, o alguien ha cabreado al Dios del viento, para hacerlo soplar, de esta manera.
Los refranes son el refugio de los nostálgicos, pero escucharlos merece la pena.
Febrerillo el loco. Nos ha traído momentos, donde el añorado frío, ha entrado de pleno en nuestros hogares, nos ha traído los tradicionales resfriados, donde la tos, tan temida, los mocos, la fiebre y el malestar, nos han castigado. El “come, come”, de la mascarilla ha llegado nuevamente y un simple gesto de llevarla, para evitar, ese gesto cívico, de no traspolar los gérmenes a nuestros convecinos, están mal visto y considerado como tener en la antigüedad la peste.
Ahora solo queda esperar los días que quedan para ser un poco más feliz y decir a nuestra pareja que la queremos mucho. No hace falta tener un día señalado, sino, con un simple gesto la tendremos contenta durante todo el año.
Un beso o una caricia.
“Hasta luego cariño”.