Ha ocurrido en las costas de Almería. La Guardia Civil ha grabado la persecución en vídeo como ejemplo de las situaciones límite a las que se enfrentan en el sur peninsular, pero también en Ceuta. Es una guerra contra las narcolanchas, una guerra sin fin que no tiene punto y final mientras el negocio de la droga sea tan lucrativo.
La grabación se corresponde con una persecución a una embarcación de alta velocidad dedicada a labores de contrabando y tráfico de inmigrantes. Recientemente, en otra persecución murió una persona tras embestir a la patrullera del Instituto Armado a unas diez millas de Tarifa (Cádiz).
Las narcolanchas constituyen un género prohibido, pero aún así siguen siendo un quebradero de cabeza para los agentes del Instituto Armado que han llegado a pagar con su propia vida esas persecuciones.
Las denuncias no cesan, existe una regulación por lo que su existencia se considera ilegal, pero sorprendentemente continúan operando para favorecer la comisión de negocios ilícitos.
#OperacionesGC | Intervenidas 8 embarcaciones tipo #GoFast en distintas actuaciones llevadas a cabo en las costas de #Almería
Cinco personas detenidas
Desarrollaban actividades ilicitas de #contrabando y #TráficoDeMigrantes, con embarcaciones sin medidas de seguridad… pic.twitter.com/ocAzUTDXCQ
— Guardia Civil (@guardiacivil) February 14, 2025
El apoyo de los petaqueros
Las narcolanchas quedan en alta mar y cuentan con una estructura delictiva de apoyo, la de los ‘petaqueros’, que son los encargados de abastecer a las narcolanchas de gasolina, víveres y asistencia mecánica.
Estos individuos viven prácticamente en el mar, sin puerto ni muelle fijo, ya que todas estas embarcaciones son ilegales. Si no transportan droga, siguen cometiendo delitos de contrabando, pero las autoridades no pueden intervenirlas debido a la falta de recursos y a la escasa capacidad de actuación de los cuerpos de seguridad.
Se ha pedido actuar contra ellos porque, de esta forma, se impide que presten apoyo a los pilotos de las narcolanchas, erigiéndose en una forma de ahogar ese negocio.
La Guardia Civil protagoniza persecuciones en las que pone en riesgo su vida, pero además quienes ocupan ese género prohibido también escapan al límite, habiéndose producido ya varios fallecimientos.
Le falta una pizca de mano dura y veras donde van a parar las narcolanchas