Estos casi 80 días de estado de alarma han dado para mucho. También para que quienes se mueven al margen de la ley intenten sacar provecho con el tráfico de drogas. Y Ceuta, situada en la particular autopista del narcotráfico procedente de Marruecos, ha sido escenario de varias intervenciones que arrojan un dato importante: desde el inicio del estado de alarma se ha procedido al decomiso de 645 kilos de hachís. Una cantidad importante si tenemos en cuenta que buena parte de la población debía estar confinada en sus casas y la otra parte trabajando en actividades esenciales. Algunos debieron pensar que el narcotráfico lo era y, por ello, han intentado mantener vivo el mercado.
Según los datos oficiales a los que ha tenido acceso El Faro de Ceuta, buena parte de esa droga ha sido aprehendida en intervenciones en el mar, derivadas de la presión ejercida sobre las narcolanchas que ha llevado a que sus ocupantes arrojaran la mercancía al mar. Y esa presión se materializa en la cantidad de fardos con droga recuperados solo en este periodo, a los que se suma las detenciones de jóvenes marroquíes arrestados cuando intentaban introducir droga a nado.
Este jueves el Juzgado de lo Penal número 1 condenaba a un magrebí a casi 4 años de cárcel, después de ser sorprendido cuando entraba arrastrando un fardo con casi 50 kilos de droga. Cerrada la frontera solo queda la vía marítima, y eso pasa por bordear los espigones intentando burlar los controles.
Nueve personas han sido detenidas por incurrir en delitos contra la salud pública. Tras esas personas están los arrestos de individuos en coche o los que buscaron pasar la droga adosada al cuerpo. Sobre todo, apuntan las mismas fuentes, la mayoría de esos 645 kilos se ha referido a recuperación de fardos con mercancía en distintos puntos de la costa, sobre todo en la zona de San Amaro a Santa Catalina.
Junto a estos decomisos de mercancía están las actuaciones vinculadas con la persecución al contrabando así como el decomiso de garrafas con combustible para abastecer a las narcolanchas. En lo que llevamos de estado de alarma, se ha detenido a 4 personas como presuntos autores de los delitos de contrabando y desobediencia grave a agentes de la autoridad, interviniéndose una embarcación semirrígida de 12 metros de eslora provista de 3 motores de 300 caballos cada una.
De igual manera se ha intervenido un total de 210 petacas de gasolina, portando 5.000 litros, así como una embarcación que iba a ser utilizada para el abastecimiento de otra de mayor potencia, en la misma noche en la que se interceptó a 18 personas acogidas en ‘La Libertad’ intentando fugarse por vía marítima.
La estructura mantenida por el narcotráfico no descansa. Hay que sacar la mercancía de las plantaciones de Marruecos y hacerla llegar al mercado europeo. Los enlaces, los pequeños eslabones de la cadena del narcotráfico operan en un territorio entre fronteras para garantizar la salida del hachís hacia la Península, buscando el abastecimiento de las narcolanchas. Los zulos donde se guarda el hachís que se quedó almacenado en Ceuta esperan ser vaciados con el traslado de esos gomeros cuyo único objetivo pasa por burlar el control realizado por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil.
Un negocio que no cesa y una mayor presión en el mar
A la presión ejercida por las narcolanchas para sacar la mercancía se suma la que, a nado, ejercen jóvenes magrebíes que buscan arrastrar fardos hasta las playas del Tarajal o de Benzú. Les pagan por bordear el espigón, dejar el bulto y regresar a nado. Ya son varios los detenidos siguiendo este sistema, el última la semana pasada. Otros pases han sido abortados en Marruecos después de que los propios agentes del vecino país los descubrieran en pleno intento de tráfico. Estos controles se han combinado con las continuas huidas a nado que protagonizaron varios marroquíes que quedaron atrapados en Ceuta.