La presencia de
la Guardia Civil ha sido el detonante para la retirada de las proximidades de
la playa de la Ribera, en Ceuta, de varias
pateras de pesca marroquíes que se encontraban en el lugar desde primera hora de este lunes. Una embarcación del Servicio Marítimo acudió a este punto, llegando a identificar a algunas de ellas. Otras, al detectar la presencia del Instituto Armado, abandonaron la pesca y emprendieron rumbo a su país.
La estampa se torna habitual y sobre la misma se han vertido críticas de otros pescadores de Ceuta que lamentan que la acción oficial no sea tan enérgica con este tipo de pesca que parece tener “inmunidad diplomática”. Reclaman una intervención más constante en los controles, aplicando simplemente el mismo rasero que se tiene con las embarcaciones de la ciudad que ejercen la pesca u otras actividades en cualquiera de las bahías. Estos pescadores se dedican a coger pulpos tanto en la zona norte como sur prácticamente todos los días. Hoy estaban en plena playa de la Ribera. Con la llegada de la Guardia Civil lo único que se consigue es que dejen la zona aunque siguen repitiendo el mismo modus operandi cuando no divisan la presencia del Servicio Marítimo. “Es como matar moscas a cañonazos”, lamentan los usuarios locales agraviados por esta situación.
El pasado septiembre, el Gobierno central recogió
en una respuesta oficial que las medidas de control aplicadas “resultan efectivas”, negando la existencia de “incidentes” con barcos marroquíes en aguas de Ceuta. Aluden como último episodio que pudo generar crispación el de la intervención en junio de 2021 cuando la Guardia Civil intervino 5 redes de enmalle de deriva. El control pesquero le corresponde a la Guardia Civil con los medios disponibles en cada zona, siéndole encomendada tanto la inspección de las embarcaciones como la detección de artes de pesca prohibidas como es el caso de esas redes de enmalle.