La
Guardia Civil ya ha formado a sus agentes para el empleo de drones que tienen como objetivo la vigilancia del perímetro fronterizo. Los efectivos del Instituto Armado disponen de las titulaciones para pilotarlos tras su participación en cursos específicos y los están usando ya en Ceuta a modo de prueba. De hecho esta misma semana se ha comprobado su rendimiento mediante la realización de ejercicios para su evaluación. Son aparatos con cámaras térmicas que
han sido adquiridos por la Guardia Civil para los perímetros de Ceuta y Melilla, dos para cada uno, con un coste por unidad de 50.000 euros. Desde que el pasado febrero la Dirección General de la Benemérita anunciara su compra, las comandancias de las dos ciudades hermanas han ido preparando el terreno, formando a sus agentes en el uso. Con la llegada de los aparatos se emplearán como complemento de los recursos con que se cuenta a pie de vallado, reforzado con efectivos de los GRS (Grupos Rurales de Seguridad) de manera permanente además de los guardias de la Compañía de Seguridad de Ceuta. Los drones fueron encargados a la empresa especializada ‘Stock RC FPV’ con una inversión global de casi 200.000 euros para mejorar su servicio de control de los
perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla, después de barajarse otras alternativas que nunca fraguaron, entre ellas el empleo de una
tanqueta que disparaba cañones de agua y que terminó destinándose a Barcelona tras su compra por 350.000 euros. Los dos drones destinados a Ceuta ya están probándose y en el caso de
Melilla lo harán en breve.
Interior aspira a garantizar el blindaje del vallado con estos medios
Garantizar el blindaje del vallado se ha convertido en la gran obsesión del Ministerio del Interior, que ha transformado a base de inversiones millonarias los más de ocho kilómetros de línea perimetral en una suerte de cámaras y sensores. La colocación de tubos cilíndricos y la elevación del vallado se centró solo en las zonas en donde el terreno soportaba ese peso, dejándose otras únicamente con peines invertidos o desnudas, como sucede en buena parte de los tramos de
Benzú. Frente a ellos,
Marruecos no hace sino reforzar su parte con las concertinas que retira España. La reciente obra para eliminar todas las concertinas del vallado
provocó daños en los sistemas de control que fueron evidenciados por asociaciones de la Guardia Civil como la AEGC, que abochornó a Marlaska con los resultados del ambicioso plan perfilado en la línea fronteriza sin el éxito que había barajado el ministro.