Ya soy viejo y, como viejo, disfruto de algunos beneficios ganados con la edad. Estoy pensando en Nietzsche al exponer su teoría. Una vez superada la muerte de Dios y el consiguiente nihilismo llega la etapa del Super hombre con sus dos características: La voluntad de poder y eterno retorno. La primera consiste en intentar superarse al máximo y la segunda en amar la vida con tanta fuerza que quieras que se repita eternamente para ir mejorándola en cada segundo. Será la metáfora del niño el que reúna estas dos características.
Este rescate del filósofo alemán no viene al cuento de mi CAÑONAZO presente; es una forma de expresar que el mundo me da por muerto, que valgo un pepino, que soy un viejo cascarrabias a las puertas de la jubilación y que se me han pasado todos los arroces. Mi entorno piensa que he perdido el rumbo y que lo que diga es producto de mi senilidad.
Decir lo que uno piensa es un peligro pero, como yo ya me he muerto, lanzo cañonazos a diestro y siniestro y me meo de risa viendo los caretos de la gente cuando hablo de cualquier tema. Soy como el Sócrates de Ceuta, el tábano molesto que se pasea por sus calles, el Diógenes que busca con un candil alguien capaz de hablar claro sin miedo a recibir una hostia. Y, ahora, comienzo a cargar la pólvora de este CAÑONAZO que ha empezado con un rollo macabeo (cuando alguien está dándonos unas explicaciones muy largas y parece que no van a acabar nunca).
Esta semana pasada , el Ministerio de Cultura anunció que el Premio Nacional de Tauromaquia no se entregará este año y que la administración ha iniciado los trámites para su anulación definitiva. El ministro Ernest Urtasun ya había expresado reiteradamente su oposición a los espectáculos basados en el maltrato animal y, de hecho, el ministerio no había seleccionado a ningún representante de la tauromaquia para las medallas de Bellas Artes.
Qué gracia el ministro, qué idea más buena ha tenido mientras el presidente se tomaba los cinco días de asuntos propios remunerados para que sus correligionarios salieran a las calles y lo aclamaran como el salvador del progresismo y de la izquierda.
Yo siento una repugnancia manifiesta por el espectáculo taurino; no voy a explicar cada una de mis razones pues son compartidas por los que creemos que el ensañamiento de la tortura no cabe en un país civilizado. ¿Y, entonces, qué hay en contra de esta supresión?
La manipulación política, el quedar bien con la galería, la propaganda para las elecciones catalanas, ampararse detrás de un Consejo de ministros que en la vida se atreverían a dar este salto pues hay que estar en misa y repicando.
Ya muchas comunidades gobernadas por el PP y la comunidad de Castilla- La Mancha de García Page estudian otorgar premios más sustanciosos en respuesta al ministro de cultura.
"Me imagino que el Estado no debería permitir estos asuntos aunque tengan competencias las comunidades autónomas"
Otra polémica parecida a la estrategia del pulpo: echar tinta para que los cazadores lo pierdan de vista.
La nueva ley de maltrato animal permite las corridas de toros y la cacería con perros. ¿Entonces? No ha tenido cojones el Gobierno de la nación de proteger a galgos y toros?
Qué pasa con los toros embolados: Toro embolado o toro de fuego es un festejo tradicional que se celebra en España y que se encuentra relacionado con la tauromaquia. En esta celebración, un toro de lidia corre por la trama urbana de una determinada localidad portando sobre sus astas o cuernos un herraje, sobre los cuales se colocan estopas engrasadas a las que se les prende fuego.
¿Qué pasa con el toro de la Vega? Perseguir y dar caza a un toro que suele pesar entre 500 y 600 kilos. Los participantes corren en su búsqueda, equipados con picas y lanzas. ¿Qué pasa con los Sanfermines? ¿Qué pasa con los bous a la mar? Una modalidad de festejo popular taurino que tiene lugar en una plaza abierta al mar situada en el puerto o en las playas de las localidades donde se celebra. Esta particularidad, que la hace muy distinta al resto de festejos populares de esta índole, es utilizada por los corredores, que se tiran al agua para evitar las embestidas del toro y que lo citan para llamar su atención y lograr que caigan al agua.
¿Qué pasa con las perreras insalubres, los gatos callejeros abandonados a su suerte por los ayuntamientos?
A ver si el ministro mete mano. Me imagino que el Estado no debería permitir estos asuntos aunque tengan competencias las comunidades autónomas.
¿Seguiremos viendo a los Reyes de España presidir corridas? ¿Seguirá siendo la fiesta nacional? ¿Se perseguirá a los que ahorcan a los galgos cuando no les son útiles?
Vaya con el ministro, vaya con esta progresía izquierdosa venida a menos mientras Pedro Sánchez medita.
Un CAÑONAZO por todos los toros maltratados.. Si los toros hablaran...