Las aguas de Ceuta esconden mucha riqueza por su gran biodiversidad animal y vegetal. Y para ello, la Fundación Museo del Mar destapa parte de esos secretos que, poco a poco, saca a la luz a través de sus proyectos. Uno de ellos es ‘Gigantes del Mar’, dedicado a la que fue la primera presidenta de la Fundación, Francisca Serrais.
Este proyecto comenzó el año pasado y que pretende recuperar, investigar, conservar y exponer las osamentas de tetrápodos marinos varados en las costas ceutíes que se recuperan gracias a la red de varamientos que coordina el Museo y en la que se ven implicados varias entidades como la Autoridad Portuaria, Athisa, Sanidad Animal y Makerel.
Desde que se avista el animal hasta que llega a su exposición pasa un largo periodo de tiempo. En la actualidad se encuentran ultimando el esqueleto por completo de un zifio de Cuvier que el próximo mes de noviembre se espera pueda ser contemplado en el patio del Campus Universitario de la ciudad autónoma. Trabajo arduo que se debe medir al milímetro para que no falte detalle de este cetáceo.
Una vez que se recoge, “se traslada al sitio de trabajo. Allí lo empezamos a tratar para así obtener los huesos. Una vez que los tenemos, se blanquean y limpian”, explica Manolo García, biólogo encargado del montaje de este último cetáceo. A la vez que se desarrollan estas labores se aprovecha para realizar un estudio osteológico que consiste en “hacer entre 15 y 20 mediciones por cada pieza”. Todos los datos que se recaban luego se plasman en futuras publicaciones.
“El zifio de Cuvier tiene el órgano de ecolocación más potente, puede ver sin usar los ojos”
En todo ello las nuevas tecnologías entran en juego y favorecen a los profesionales. “Como novedad, en este 2022 hemos hecho modelos en tres dimensiones de algunas partes del esqueleto”, afirma García. Como hay huesos que se pierden durante el proceso o se han degradado con el paso del tiempo “hemos replicado la aleta que nos faltaba”, dice mientras señala al animal que se encuentra en el Museo del Mar. Tampoco son muchos los que se han necesitado (5), puesto que el “90% es real”. Para lo restante, sí que han tenido que tirar de la impresora.
Sobre el animal
Si por algo destacará esta exposición que se podrá ver en cuestión de semanas es por la singularidad de este animal marino, que difícilmente se puede avistar en la zona del Estrecho de Gibraltar pese a que es “uno de los pasos migratorios más importante del mundo”.
En cuanto al zifio de Cuvier, explica el biólogo que “es una especie poco común a día de hoy, que habitualmente hace una vida en solitario, por lo que es complicado que esté a la vista del ser humano”. A su vez, añade que “es capaz de hacer una inmersión de hasta dos mil metros de profundidad” y su alimentación se basa en la ingesta de cefalópodos y peces.
Este cetáceo apenas tiene dientes, solo dos en la mandíbula inferior. En esta ocasión, los especialistas no se pudieron hacer con los reales, así que optaron por hacer una réplica. Y, como curiosidad, Manolo García menciona que “tiene el órgano de ecolocación más potente entre los cetáceos. Es capaz de ver sin usar los ojos, como si usara un sonar”.
Biodiversidad ceutí
Aparte de este, la Fundación Museo del Mar tiene previsto exponer el esqueleto de un delfín para finales de año. Más de 20 años llevan dedicándose a estos quehaceres, así como a otros proyectos de investigación. Ejemplo de ello son los esqueletos de una ballena jorobada, un cachalote, rorcual común o tortugas bobas y verdes que han recogido.
El fin de esto es que para 2023 o 2024 se inauguré el edificio que consolide el Museo. En él se tiene previsto que se desplieguen varios de estos animales a modo de reclamo turístico. “Digamos que puede ser un punto de interés para que así conozcan la biodiversidad que tenemos en estas aguas”, dice el biólogo. Vida que también se extrapola a la vegetal, ya que en las instalaciones situadas en el Muelle de España guardan distintas variedades de algas. La última, aún sin identificar la especie, presenta grandes dimensiones. Por ahora, la tienen disecándose.