Opinión

Get on your Knee

En 1968 un grupo musical español, liderado por su cantante Teddy Bautista y titulado como Los Canarios, alcanzó un señalado éxito con su canción Get on your knee y su traducción al español: “Ponte de rodillas”. Verdaderamente fue una jugada maestra que sorteó la censura de aquella estructura nacional-catolicista que regía todo lo que se movía en nuestro país fundamentalmente en lo político, pero también con una gran vehemencia en lo sexual. Los autores practicaban usualmente una autocensura para evitar que sus creaciones artísticas fueran prohibidas o amputadas. Y ahí está el milagro de esta canción, cuyo argumento −con un contenido obviamente machista− relata la redención de una chica que se había marchado del chico para volver a recuperar su amor: “Aquí vamos, nena/ Un poco más alto/ Ponte de rodillas, nena/ y reza, reza, reza por tu amor”. Si aquellos puritanos censores hubiesen imaginado que lo que estaba requiriendo el amante abandonado a su chica para perdonarla, era que tomase una posición adaptada para una felación se hubiesen escandalizado y mandado la canción automáticamente a la papelera. El truco del letrista fue unir a la posición de rodillas el rezo, por triplicado, en la letra. Aquellos santurrones de la censura interpretaron que la penitencia para recuperar el amor, era encomendarla a la oración, por supuesto, en una sumisa −a la que seguramente estaban muy habituados− postura corporal. ¡Genial!

Hace unos meses escribí unos artículos con protagonismo de las manos y los pies. No solamente recogí los aspectos fisiológicos y funcionales de estas maravillosas piezas del organismo humano, sino bastantes de los efectos colaterales de influencia que han tenido en diversos campos y disciplinas. Verdaderamente el cuerpo humano es una completa obra de ingeniería abarcando la mecánica, la hidráulica, la termodinámica, la química, la electrónica, la informática y en el caso de la mujer −más manifiestamente− incluso la estética y lo artístico.

"Como tenía que iniciarlo de alguna manera se me ocurrió hacer una referencia a la utilización estratégica y artística de “Los Canarios” con su Ponte de rodillas"

La utilidad de nuestro organismo y sus piezas funcionales nos pasan desapercibidas cuando gozamos de su plena disponibilidad en salud. Nos damos cuenta de lo necesarias que son cuando, por alguna razón, perdemos la utilización de las mismas. Es lo que me ha ocurrido hace unos días cuando al levantarme por la mañana mi rodilla izquierda estaba muy inflamada y no me permitía la locomoción. Tras consulta médica y unos días de reposo el líquido sinovial, generado por algún mal movimiento, se fue reabsorbiendo y ya me encuentro con plena disponibilidad de la extremidad. Sin embargo, igual que me ocurrió con la mano y el pie, el suceso me dio motivo para dedicarle este artículo a las emblemáticas rodillas. Como tenía que iniciarlo de alguna manera se me ocurrió hacer una referencia a la utilización estratégica y artística de “Los Canarios” con su Ponte de rodillas.

Descriptivamente la denominación rodilla proviene del término latino rotella que significa ruedecita y también de su derivada rota y rotar que significa rodar o girar. Según la RAE es la “zona donde se une el muslo con la parte inferior de la pierna”. Al referirnos a su parte posterior, la designamos gráficamente como corva, del latín curvus, con significado de curva o curvatura.


Las rodillas son las articulaciones de mayor tamaño de nuestro organismo, pero también las que presentan mayor vulnerabilidad ya que son de las más afectadas por lesiones, tanto en las actividades deportivas como laborales.

Su utilidad es encomiable ya que se encargan de soportar el peso de nuestro cuerpo y al actuar como una especie de bisagra puede flexionarse y nos permite realizar una serie de actividades como caminar, sentarse o arrodillarse. La rodilla es una articulación dotada de un diseño anatómico y biomecánico que la hace adecuada para poder caminar por los lugares más intrincados y dificultosos como son las pendientes e irregularidades de la montaña o sobre la nieve y el hielo utilizando crampones antideslizantes o especiales para nieve. Simultáneamente forma parte del sistema nervioso ya que el nervio ciático− el de mayor longitud en nuestro organismo− se extiende desde la base de la médula espinal hasta finalizar en las rodillas.

En su estructura intervienen huesos, músculos, tendones, ligamentos y cartílagos, perfectamente incardinados y funcionales. La estructura ósea está constituida por el extremo inferior del fémur, dotado de dos protuberancias llamadas cóndilos de forma redondeada. Se alojan en el extremo superior de la tibia en dos cavidades glenocoideas. Está protegida la unión por un hueso redondeado de menor tamaño que se desliza suavemente al realizar los movimientos y que se llama rótula o patela.

"El conjunto de la articulación que componen los extremos unidos del fémur, la tibia y la rótula, está envuelta en una capa fibrosa que alberga la membrana sinovial"

El aparato muscular lo constituyen los cuádriceps, situados en la parte anterior o frontal de los muslos, unidos a la rótula, mediante tendones, encargados del enderezamiento y extensión de la pierna y los isquiotibiales, alojados en la parte posterior de los muslos, enlazados con la tibia, con la función de poder flexionar la rodilla. Los tendones, por tanto, son cables resistentes que enlazan músculos y huesos.

En el borde interno de la tibia, justamente debajo de la rótula se encuentra la confluencia de los músculos sartorio, recto interno y semitendinoso, que recibe en nombre de “pata de ganso” por la similitud con la forma de la extremidad del animal. La conexión de los huesos −el fémur con la tibia− entre sí se hace a través de cuatro ligamentos: dos ligamentos colaterales, interno y externo y dos ligamentos cruzados, anterior y posterior.

El espacio existente en la unión de fémur y la tibia, con el objeto de amortiguar, está ocupado por una estructura elástica llamada cartílago que lubrica la articulación a la vez que fortalece el apoyo y da flexibilidad. Los meniscos son dos discos fibrocartilaginosos y suponen una especie de almohadilla que amortigua el roce de la unión entre la tibia y el fémur.

El conjunto de la articulación que componen los extremos unidos del fémur, la tibia y la rótula, está envuelta en una capa fibrosa que alberga la membrana sinovial. En ella se produce el líquido sinovial que baña la articulación y mitiga el rozamiento entre los huesos en contacto.

Como caso curioso, unos investigadores británicos han descubierto que un pequeño hueso sesamoideo− redondeado e incrustado en el tendón en la parte de atrás de la rodilla− llamado “fabela”, que al parecer había ido desapareciendo durante la evolución, se ha detectado en casi un 30 % de la población.

No se trata en este trabajo de realizar una exhaustiva descripción fisiológica de las rodillas −verdaderamente complejas−, con diversidad de elementos interrelacionados. Sin embargo, por la sensibilidad de sus funcionamientos, sí parece conveniente enumerar una serie de afecciones que pueden dar lugar a la falta de operatividad y dolor de las mismas. Las causas tienen gran diversidad y aunque no se va a entrar en detalles, los problemas más usuales en la articulación son: la artrosis u osteoartrosis, por deterioro del cartílago por la edad; la artritis causada por infecciones; la condromalacia o degeneración del cartílago rotuliano posterior; la osteocondritis disecante por la falta de flujo sanguíneo al hueso; la acumulación de líquido sinovial en el quiste de Baker; la tendinopatía rotuliana, lesión del tendón que conecta rótula y tibia; la bursitis o inflamación de la bolsa sinovial; las lesiones de menisco con rotura o desgarro, por traumatismo o degenerativas; las lesiones de ligamentos o esguinces, por giro del cuerpo con pie apoyado en suelo, caída o golpe; la luxación o dislocación de la rótula, cuando la misma se desplaza lateralmente; la distensión muscular cuando el mismo se estira demasiado; la tendinitis o inflamación severa de un tendón como el “codo de tenista”; la enfermedad de Osgood Schlatter, en el crecimiento rápido infantil; la ciática por pinzamiento del nervio ciático o la fractura de la rótula por fuerte golpe en la parte delantera de la rodilla. La hemartrosis es la acumulación de sangre en las rodillas a causa de una hemorragia interna ocasionada o por otras diversas causas y que se manifiesta con inflamación y dolor.

Al igual que el “codo de tenista”, suelen encontrarse expresiones coloquiales de otras dolencias en la rodilla. Así el síndrome de dolor patelofemoral o femororrotuliano suele llamarse “síndrome del corredor”, dolor punzante en la cara externa de la rodilla y que sufren habitualmente quienes hacen movimientos continuos y repetitivos, como los corredores de larga distancia y los ciclistas. Cuando a veces aparece un dolor en la parte anterior de la rodilla al levantarse una persona tras haber permanecido largo rato sentada sin moverse, suele llamarse “síndrome de la butaca de cine” y parece deberse a una dificultad en la conexión entre la rótula y fémur.

"En un partido de rugby entre Francia e Irlanda, uno de los jugadores sufrió una fractura de tres vértebras y más de un mes de baja, por una caricia de la rodilla de un contrario"

Un rodillazo es, según la RAE, un golpe dado con la rodilla y evidentemente se da con la rótula o con el área que la rodea. Puede ser un acto agresivo del que se tienen constancia en peleas callejeras, en deportes como el fútbol – el conocido “bocadillo” es un rodillazo de intensidad en el muslo del contrario, que ocasiona fuerte dolor− y desde luego como una técnica de defensa personal con sus variedades de: frontal, angular y aéreo.

Por citar algunos de los bastantes numerosos casos de utilización de la rodilla como elemento coactivo, puede nombrarse al árbitro en México que, en un partido de Liga, propinó un solemne rodillazo a un futbolista porque le reclamó en alguna jugada. En un partido de rugby entre Francia e Irlanda, uno de los jugadores sufrió una fractura de tres vértebras y más de un mes de baja, por una caricia de la rodilla de un contrario. No deja de ser curiosa la discutible demostración de admiración de una admiradora, que propinó al líder de la banda de rock estadounidense Bon Jovi un expeditivo rodillazo en las partes nobles del cantante y además le sustrajo el colgante que, parece ser, estaba valorado en unos 200 dólares.

Otra acepción que recoge la RAE de rodillazo es: “pase de muleta ejecutado por el diestro con la rodilla, o las rodillas, en tierra”. Según los críticos, este pase fue invención del matador del siglo XIX Francisco de Paula Montes Reina “Paquiro”. Con posterioridad, ya en el siglo XXl, el revolucionario − en el arte del toreo− Manuel Benítez “El Cordobés” tiró de la imaginación y puso en práctica su “salto de la rana”, brincando sobre sus rodillas mientras muleteaba al morlaco.

Recorriendo la toponimia de la geografía española, podemos encontrar cantidad de curiosas denominaciones de pueblos y lugares. Con referencia al artículo que nos ocupa nos dimos con la localidad denominada Rodillazo, al norte de la provincia de León, genuina representante de la España vaciada, con solo 3 habitantes, según el censo de 2022. Se encuentra a 1.325 m de altitud, y es atravesada por el arroyo Rodillazo que lleva sus aguas al Torío. Está cercana a la vaguada endorreica llamada El Valle del Marqués. Su decadencia en la actualidad contrasta con la documentación del Catastro de Ensenada que recogía una actividad molinera en el siglo XVIII y la de Madoz, que califica el terreno como de buena caza y pesca, con producción de grano, ganadería, pastos, legumbres y lino, que facilitaba la actividad de telares de lienzos. Hasta el 1986−como recoge una placa conmemorativa− no le llegó la luz eléctrica y el teléfono. El origen o etimología de su toponimia proviene, posiblemente, del término latino ruptela que se transformó en rotilla, con significado de prado o terreno desbrozado.

Caminando por algunas zonas de nuestro territorio nacional, si somos observadores, podemos encontrar en las cunetas y bordes de caminos, en herbazales e incluso en campos de cultivo de secano, una planta de unos 75 cm de altura que, hablando en términos científicos, es la gramineae poaceae. Pero lo curioso −y por ello la traigo a colación− es que su nombre común es “rodillazo”. Planta herbácea, muy abundante en la región mediterránea occidental, es una gramínea de ciclo anual, que florece a finales de primavera, con flores hermafroditas, que a menudo adquieren una coloración violácea y espiguillas de aristas largas. Fue descrita por el científico alemán Johann Heinrich Friedrich Link en 1827 y su nombre se adoptó como homenaje al botánico también alemán J.S. Volpius, aunque desconozco porqué se le ha dado el nombre común de rodillazo.

"Quizá las primeras referencias históricas sobre el uso de las rodilleras provengan de las culturas precolombinas de Mesoamérica con las civilizaciones mayas, incas y aztecas, que las utilizaban como elemento protector en el desarrollo de juegos"

Existe una emblemática frase que, a pesar de su dignidad y grandeza no siempre, lamentablemente, se aplica correctamente a la vista de la realidad. Se trata de: “Prefiero morir de pie que vivir de rodillas” que durante mucho tiempo se ha atribuido a Ernesto “Che” Guevara, el argentino que intervino en la revolución cubana y murió en la guerrilla, en Bolivia, en 1967. Es posible que, en algún momento de su actividad reivindicativa revolucionaria, recurriese a la expresión, pero en modo alguno fue su creador. Igualmente ocurre con la atribución de su origen a la dirigente del partido comunista de España, Dolores Ibarruri, “La Pasionaria”, aunque sí está documentado que la utilizó en una intervención realizada en París el 8 de septiembre de 1936.

Sin embargo, según recoge la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, la realidad es que el verdadero creador de la representativa sentencia fue uno de los líderes de la revolución mexicana, Emiliano Zapata, pronunciada en 1906, cuando encabezó la defensa de unos campesinos frente a los grandes hacendados azucareros. La versión más aceptada es que concretó su acción revolucionaria diciendo: “Es mejor morir de pie que vivir toda la vida arrodillado”.

Las rodilleras son: “Pieza que se pone para comodidad, protección o adorno de la rodilla” (RAE). Fundamentalmente, se utilizan profilácticamente para prevenir o tratar efectos negativos sobre las rodillas y en ciertos deportes y trabajos para resguardarlas de golpes y lesiones. Están hechas de material elástico que ejerce presión, protegiendo la zona y favoreciendo la estabilidad de la rodilla.

Quizá las primeras referencias históricas sobre el uso de las rodilleras provengan de las culturas precolombinas de Mesoamérica con las civilizaciones mayas, incas y aztecas, que las utilizaban como elemento protector en el desarrollo de juegos. En Europa los griegos, etruscos y romanos, cinco siglos antes de Cristo, utilizaban una especie de armadura de metal flexible, forrada interiormente con cuero, llamada ócrea, que protegía no solo la rodilla, sino también la espinilla hasta la base del pie. Con la Edad Media, aparecieron las llamadas grebas o espinilleras de hierro que se acoplaban a unas rodilleras metálicas articuladas de utilización en el campo militar, tal como puede observarse en las armaduras militares medievales conservadas en los museos.


En un mundo obsesionado por la juventud y la estética, las rodillas tienen protagonismo ya que los acortamientos de faldas las hacen más visibles. Sobre todo, para muchas de las mujeres que pasan de la edad estratégica de la treintena, se ha convertido en una preocupación el afeamiento por la acumulación de grasa por encima de la rodilla y la flacidez, consecuencias lógicas del paso de los años por el organismo. Ha aumentado el número de clientas a los centros de estética y aunque la cirugía puede obtener resultados, también parece ser que tiene sus riesgos potenciales. Con la creciente demanda han aparecido en el mercado soluciones ‒aparte de las habituales cremas e hidratación‒ para evitar el quirófano: Inyecciones intradérmicas con ácido hialurónico, antioxidantes, aminoácidos y vitaminas; la carboxiterapia, inyectando CO2 medicinal; los hilos tensores y la radiofrecuencia, un tratamiento, parece ser con bastante éxito, para la flacidez y la grasa.

Con los años 20 – que se llamaron los felices− la euforia en la sociedad tras la finalización de la I Guerra Mundial hizo que las costumbres se relajaran y aparecieran maneras más divertidas de enfocar la vida. Una parte de las mujeres sintieron más intensamente el ansia de libertad y aparecieron las que fueron denominadas con el término flappers: jóvenes, desinhibidas, liberales, con el pelo corto a lo garçon, maquillaje, labios pintados a prueba de besos y eliminación de los corsés. Las faldas empezaron a acortarse y ya se lucían las rodillas, suprimiendo las largas medias que las cubrían y sustituyéndolas por otras por debajo de las mismas. Parece ser que un anuncio de una famosa joyería se hizo extensivo y las chicas empezaron a decorarse las rodillas, que estaban en exposición, plasmando en ellas paisajes, animales, rostros −a menudo los de sus novios− o discretas miniaturas.

El Crack del 29 y la Gran Depresión, acabó con la desenfadada vida de los años 20 y comenzó la difícil época de los 30, con lo que sucumbieron muchos comportamientos de los años felices, entre ellos la desaparición de las decoraciones en las rodillas. No obstante, parece ser que en los 60 hubo un pequeño renacer de la costumbre, aunque no tuvo un prolongado éxito. En la época actual, cuando tanto mujeres como hombres inundan con tatuajes hasta las más recónditas partes de sus cuerpos, me da la impresión que las rodillas no las consideran una zona idónea.

Las rodillas también tienen su aplicación en las relaciones sexuales al tratarse de una zona erógena. He leído alguna experiencia femenina muy grata ensalzando los lametones a las corvas. Parece ser que está teniendo difusión la llamada knee thing o “la cosa de la rodilla” consistente el presionar y frotar los genitales de la pareja con la rodilla. Bastantes de las posiciones para realizar el acto sexual tienen que ver con el apoyo o sustentación sobre las rodillas. Sin entrar en descripciones, se están poniendo de moda la postura del acordeón, la del coito lateral y que decir de la mítica y ensalzada postura del perrito. El toque manual en la rodilla entre un interlocutor o interlocutora, puede ser un gesto de confianza o afecto pero también, dependiendo de la intensidad y la duración, puede significar una propuesta sensual. La rodilla, pues, forma parte del lenguaje erótico a interpretar.

"Desde las normativas de moral que impartía la Sección Femenina, de Falange, encargada de la formación de la identidad nacional de las mujeres y su adoctrinamiento, como desde las normas que difundía la autoridad católica a través de la Hojas Parroquiales, se establecían unos cánones"

En un terreno totalmente diferente se encuentra la expresión “tocar rodilla” con la moto, muy usual en el mundo del motociclismo. Es una técnica peligrosa y requiere una gran preparación del piloto ya que implica un mayor control sobre la moto y según los expertos deber servir para tener referencia de la velocidad, la distancia al suelo y cuanta rueda queda disponible para tumbar, ya que tocar rodilla representa el límite para volcarse.

Las rodillas sirven también de elemento referencial, como frontera o límite. Citamos dos ejemplos ilustrativos: en las normas religiosas durante los años 40 y en la técnica cinematográfica.

Con la victoria de Franco en la Guerra Civil, se produjo un solapamiento con respecto a las costumbres, tanto por la propia ideología franquista como por el protagonismo que tuvo la jerarquía católica durante el régimen. En los años 40, de modo especial, se influyó significativamente sobre el comportamiento y la vestimenta de la mujer. Desde las normativas de moral que impartía la Sección Femenina, de Falange, encargada de la formación de la identidad nacional de las mujeres y su adoctrinamiento, como desde las normas que difundía la autoridad católica a través de la Hojas Parroquiales, se establecían unos cánones.

En cuanto a la vestimenta femenina, la misma debía ser reflejo de la mujer modesta y virtuosa. Refiriéndonos al contenido de este artículo, la iglesia preconizaba que los vestidos no deben ser tan cortos que no cubran la mayor parte de las piernas. No deben llegar más arriba de la mitad del espacio entre el tobillo y la rodilla. Empieza la precoz normativa con las niñas que, desde los 12 años, deben comenzar a llevar medias y vestidos que cubran hasta la rodilla, extensiva incluso para las menores de esa edad a las que la falda debe cubrirle las rodillas, incluso sentadas.

En la técnica cinematográfica, durante los rodajes se utilizan los planos. En nuestro caso hay que citar el plano ¾ o tres cuartos, también llamado “plano americano”. El encuadre tiene un límite superior por encima de la cabeza y uno inferior cortando las piernas a la altura de las rodillas. Esta modalidad surgió en los años 30 y aunque puede realizarse para otras secuencias, tuvo un especial protagonismo en el rodaje de películas del oeste, ya que el acercamiento a los protagonistas hacia posible poder recoger más claramente el acto de desenfundar los revólveres. En este aspecto, hay quienes además le dan una aplicación económica, ya que con la eliminación de la parte inferior del cuerpo no era necesario que los actores utilizasen las costosas botas de caña y las espuelas, con el implícito ahorro presupuestario.

Durante el franquismo, sobre todo en bastantes años de su primera época, la educación estaba fundamentalmente orientada al orden y la disciplina además de a las connotaciones religiosas. La máxima de “la letra con sangre entra” era de común aceptación y por ello en las escuelas el maestro era el elemento de autoridad que, dependiendo del grado de perversidad encubierta del mismo, imponía la enseñanza y la disciplina a su entender. Aparte de mandar copiar repetidamente cientos de veces las faltas de ortografías en los dictados, de los tortazos y coscorrones, los tirones de orejas o de las patillas, y el usual golpeo en las palmas de la mano con la regla o la vara de acebuche ‒algunos padres en el mundo rural, incluso llevaban a los maestros estas represivas varitas para que impusieran corrección a las faltas de sus propios hijos‒, podía ser también aplicado el castigo de poner de rodillas− y aquí está la relación con el artículo− cara a la pared, o sentado sobre las mismas, al incorrecto o errado infante, con los brazos extendido en cruz y cargando sobre las palmas de las manos algunos libros. Quiero decir, no obstante, que no todos los maestros aplicaban medidas correctivas tan sangrantes, aparte del coscorrón, y concretamente en mi caso tanto yo, como también creo mis compañeros de generación estamos muy agradecidos a las enseñanzas que nos proporcionaron excelentes maestros.

"En el campo de la literatura también pueden citarse obras para las cuales se ha utilizado el tema o la denominación de la rodilla"

La rodilla ocupa también lugar en títulos y temas de la cinematografía. Sin carácter exhaustivo, se pueden recordar algunas películas con esta referencia: Bare knees/Rodillas desnudas (EEUU), comedia dramática de cine mudo, dirigida por Erle C. Kenton en 1928; De rodillas ante ti, de 1964, película italiana romántica con Gianni Morandi, dirigida por Ettore María Fizzarotti; La rodilla de Clara, de Erik Rohmer, producción francesa de 1970, plantea un dilema moral; De rodillas, película mexicana de 2008, dirigida por Gaston Virkel; Rodilla, corto de ficción española, de 2009, dirigido por Juanjo Giménez; De rodillas te pido, película de acción y drama, de Carlos Samperio en 2015; De rodillas corazón, documental sobre la bailarina de ballet española Sol Picó, en 2018, por la directora Susana Barranco; Ahed knee/La rodilla de Ahed, coproducción dramática dirigida por el israelí Nadav Lapiv en 2021; Sal en las rodillas , documental argentino y polaco de Wojciech Ganczarek, en 2022.

En el campo de la literatura también pueden citarse obras para las cuales se ha utilizado el tema o la denominación de la rodilla: La rodilla en el agua, es un compendio de poemas del poeta canario Pedro García Cabrera (1905- 1981) perteneciente a la generación del 27; De rodillas (venganza 1), de Malenka Ramos, es una tensa historia dentro de la literatura erótica; Sangre en las rodillas, poemas de Ana Elena Pena, una curiosa autora polifacética y de heterodoxa personalidad; Juan de la rodilla, publicación de cuentos del antropólogo y escritor argentino Miguel Angel Palermo; El hombre arrodillado, de Agustín Gómez Arcos, una crítica social del sistema tras la guerra civil; Rene la rodilla, del escritor e ilustrador para niños brasileño Ziraldo, con un cuento sobre la rodilla de un niño travieso; De rodillas, poesías de la mexicana María del Pilar Ramos; Rodillas sucias, relatos con el tema de los juegos infantiles tradicionales en nuestro país−recuerdo cuando en la infancia llegábamos a casa con las rodillas “renegrías”− del peruano Jorge Pablo Eslava Calvo; Quitad la rodilla de mi cuello, valiente retrato poético sobre los trágicos días del 2020, cuando el covid causó muchas muertes.

En el mundo de la música y las canciones, pueden citarse algunas composiciones sobre la rodilla, aparte de la reseñada de Los Canarios al principio: El baile de la rodilla (Grupo Nicoya); De rodillas (Lucas Arnau y Mariana Gómez); De rodillas (Reik); Me chingué la rodilla (El Deivis y sus teclados); De rodillas (Leonel García, Dani Martín, Pedro Capó); Ponte de rodilla (Jonatan Malachi).

En la atrasada España de la posguerra, una de las restricciones era la falta de agua corriente en los domicilios de la mayoría de los pueblos. Era una imagen usual – y es uno de mis recuerdos de infancia− como las mujeres iban a las fuentes públicas a suministrarse de la necesaria agua. La recogían en unos recipientes de cerámica, abombados u ovoides con la boca más estrecha y un par de asas laterales, llamado cántaros. Heroicamente los transportaban a sus casas colocados sobre la cabeza en un prodigio de equilibrismo y fortaleza ya que su peso de acuerdo con la definición de cántaro, como unidad de medida equivalente a unos 16 litros, debía rondar la veintena de kilos.

Para protección y amortiguación de la cabeza, apoyaban el cántaro en una pieza o rodete de tela, en forma de corona toroidal, rellena de trapos o lana que servía de acolchamiento. Esta doméstica pieza recibía el nombre de “rodilla” y era un elemento común en las casas. Su etimología puede venir del latín rotella o ruedecita, derivado de rota, rueda. En la cocina suele utilizarse un paño basto y de poca calidad, usualmente lienzo, con el cual se realiza la limpieza y que se denomina “rodilla de cocina”.

"En la Biblia y en los Evangelios hay más de treinta versículos con referencias al arrodillamiento. Por citar algunas significativas: Salomón se arrodilló delante de toda la comunidad israelita en la dedicación del Templo"

El gesto de arrodillarse para orar o rendir reverencia y adoración a Dios y a los elementos sagrados es muy común en muchas religiones. Los católicos durante la misa se arrodillan en la consagración y en la religión musulmana los creyentes se arrodillan cinco veces al día para orar a Alá. Sin embargo, los judíos no se arrodillan para realizar la oración y los budistas lo hacen de rodillas sentados sobre sus talones. En el campo de la zoología, es curiosa la denominación científica dada al insecto carnívoro, perteneciente a la familia mantideae, como mantis religiosa debido a la similitud con la postura de oración que adoptan sus patas delanteras, recogidas delante de la cabeza.

En la Biblia y en los Evangelios hay más de treinta versículos con referencias al arrodillamiento. Por citar algunas significativas: Salomón se arrodilló delante de toda la comunidad israelita en la dedicación del Templo. Según Lucas 22:41, Jesucristo en el monte de los Olivos: “puesto de rodillas, oró”. Pablo, en Efesios 3:14-21, confiesa “doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo”.

En los años de mi infancia eran muy frecuentes los actos religiosos. Recuerdo cantar, con toda la feligresía, la composición De rodillas Señor ante el Sagrario. Cuando tuve más años supe que era el himno del XXXV Congreso Eucarístico Internacional, celebrado en Barcelona en 1952. También conocí que la letra era del escritor gaditano José María Pemán y la música del compositor vitoriano Luis Aramburu.

Arrodillarse ha sido a partir del siglo IV la postura a adoptar para la oración privada. Hay constancia que incluso el emperador Constantino rezaba de rodillas. Es curioso que el Concilio de Nicea, en el 325, estableciese un canon en el cual se especificaba −no sé la razón− la prohibición de arrodillarse los domingos.

Aunque existen diversos diseños, adornos o calidades del material, los reclinatorios son unos muebles utilizados para arrodillarse y orar. Su etimología proviene del latín reclinatorium, precisamente con el significado de “para arrodillarse” y el término empezó a usarse a partir del siglo XVI. Fundamentalmente era de uso de las mujeres cuando iban a rezar a las iglesias.

En el campo de la tauromaquia existe una suerte, aunque no se utiliza mucho actualmente, denominada “pase del reclinatorio”. Consiste en recibir al toro al inicio de la faena arrodillado sobre una silla. El inventor del pase fue el heterodoxo torero tremendista valenciano Julián García.

Según la RAE, la genuflexión “es la acción y el efecto de doblar la rodilla, bajándola hacia el suelo ordinariamente en señal de reverencia”. Su etimología proviene del latín tardío genuflexio, que deriva del término también latino genu que significa rodilla.

Aunque el gesto posiblemente ha sido utilizado en otras culturas y religiones para encomendarse a sus dioses, su origen más reciente data de la Edad Media, como un gesto ceremonial durante el Sacro Imperio Romano Germánico. Primeramente, era una pleitesía del vasallo a su señor, que se extendió ante la presencia de los obispos y finalmente en la adoración al Santísimo.

En la actualidad no se practica y lo más parecido es la reverencia que hacen algunas personas ante la presencia de alguien importante. La genuflexión se ha limitado al aspecto religioso católico como un signo de adoración y reverencia recogido en la liturgia. La genuflexión es sencilla cuando se hace doblando una rodilla y genuflexión doble colocando las dos rodillas en el suelo e inclinando la cabeza. El Misal Romano preconiza la realización de la genuflexión sencilla con la rodilla derecha – frente al Papa se utiliza la izquierda, para distinguir− frente al Santísimo Sacramento, tanto en el sagrario como expuesto y frente a la Santa Cruz el Viernes Santo, de forma pausada y elegante. Anteriormente debía hacerse una genuflexión doble ‒disposición litúrgica eliminada‒ cuando el Santísimo estuviera expuesto.

De todas formas, conviene recordar al dramaturgo, escritor y periodista del siglo XIX Douglas William Jerrold: “La religión está en el corazón, no en las rodillas”. No debemos tampoco olvidar, en otro terreno, la función terapéutica de la genuflexión, utilizando las rodillas, recomendada por la medicina cuando se trata de levantar elementos pesados del suelo, para evitar daños a la columna vertebral.

Como curiosidad se me ocurre citar al pintor sueco Martin van Meytens, del siglo XVIII, que en 1731 utilizando la técnica de representación de figuras de frente y de espaldas, plasmó la imagen de una monja arrodillada en unos óleos sobre cobre que se encuentran en el Museo Nacional de Estocolmo. La visión frontal representa a la religiosa en oración y una cara detrás observándola. En el óleo de espaldas se desvela, de forma sicalíptica, cual es la imagen de la arrodillada monja que contempla el curioso mirón.


Aparte del arrodillarse como una acción religiosa de oración, el gesto de arrodillamiento tiene cabida en otras manifestaciones y circunstancias. Una tradicional costumbre entre las parejas, aunque posiblemente en la actualidad no se practique profusamente, era hincar la rodilla el varón ante la mujer al pedirla en matrimonio. Posiblemente la utilización de ese gesto proviene de la Edad Media cuando se rendía respeto y fidelidad a los señores feudales, con el modo de rendirse en los campos de batalla, en las ceremonias religiosas ante Dios e incluso cuando se iba a recibir el título de caballero. La transposición del gesto de arrodillarse ante la futura esposa quiere significar respeto, sumisión y lealtad para un buen matrimonio.

En el 2016, Colin Kaepernick un jugador del equipo San Francisco 49ers de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), activista frente el racismo, mostró su repulsa por la brutalidad de la policía contra afroamericanos, poniéndose de rodillas en el campo durante la interpretación del himno nacional de los EEUU. Fue considerado una falta de respeto, aunque después pasaron a realizarlo otros jugadores de la NFL.

El gesto de arrodillarse como manifestación de paz y solidaridad se ha convertido últimamente en EEUU en una forma de superar la conflictividad social, como es el caso de colocarse de rodillas los destacamentos de policías antidisturbios en la calle frente a los manifestantes por las protestas por los actos de agresión racista a detenidos de color.

En el año 321, en los desfiladeros de las llamadas Horcas Caudinas, los romanos sufrieron una gran derrota militar frente a los samnitas, un belicoso pueblo de la Campania. Los vencidos soldados de la República romana, casi desnudos fueron obligados a pasar de uno en uno por una especie de yugo que, debido a la baja altura del mismo, debían pasar casi arrodillados. En el mundo militar se ha transmitido este gesto de hincar las rodillas en la batalla como una humillación inaceptable. Suele utilizarse la expresión “le hizo hincar la rodilla” cuando alguien, en una confrontación, consigue triunfar sobre el adversario.

En el óleo de Velázquez La rendición de Breda, aunque el vencido Justino de Nassau hace el gesto de arrodillarse al entregar las llaves de la ciudad, solo permanece inclinado porque el general Ambrosio de Spínola le detiene, con la mano en el hombro, librándolo de esa humillación.

En la Segunda Partida, de las Siete de Alfonso X El Sabio, en el siglo XIII, se recoge el procedimiento para ser armado caballero y además de las instrucciones sobre higiene, vestimenta y guardar vigilia, señala que el futuro caballero deberá orar de rodillas pidiendo perdón por sus pecados y rogando la asistencia de Dios.

En el mundo del espectáculo los intérpretes suelen utilizar, a veces, arrodillarse como muestra de agradecimiento al público. Por recordar, el emocionado gesto de la recientemente fallecida actriz Concha Velasco en el 2008 en Málaga, durante la undécima edición del Festival de Cine, recibiendo el premio a su trayectoria artística sobre el escenario del Teatro Cervantes arrodillada y con los brazos abiertos.

"Una acepción recogida por la RAE es la locución verbal: 'estar alguien en tal rodilla con otra persona' con el significado de grado de parentesco en línea recta"

En la pintura existen innumerables muestras de imágenes arrodilladas principalmente de temas religiosos o históricos. Sería prolija su enumeración por lo que me limito a citar solo dos muestras significativas:

La representación del primer desembarco de Cristóbal Colón en América en el óleo de Dióscoro Puebla y Tolín, en 1862, perteneciente al Museo del Prado, muestra al conquistador postrado con la rodilla derecha en tierra sobre la nueva tierra descubierta. Es una imagen iconográfica muy difundida que ha quedado insertada en el imaginario colectivo.

El destacado pintor barroco Caravaggio plasma a finales de siglo XVI la imagen de Narciso, arrodillado, apoyando las manos en el suelo, en un cuadro existente en el Palacio Barberini de Roma. En el mismo destaca, en primer plano, la rodilla derecha flexionada del mito.

Acabando el artículo debo reconocer que las rodillas están presentes de variadas formas en diversas manifestaciones y vivencias de todo tipo.

A pesar de la importante articulación y utilidad de la rodilla, las mismas no debieron ser un buen recuerdo para Sansón, ya que la infame Dalila “lo hizo dormir sobre sus rodillas y mandó llamar a un hombre que le rasuró las siete trenzas de su cabellera” (Jueces 16:19).

El propio Miguel Angel Buonarroti, impresionado por el realismo que había infundido a su Moisés, dicen que cuando finalizó la obra, apoyó su mano sobre la rodilla derecha de la escultura y le inquirió: ¿Por qué no me hablas?

Una acepción recogida por la RAE es la locución verbal: “estar alguien en tal rodilla con otra persona” con el significado de grado de parentesco en línea recta. Otra locución adverbial es: “de rodilla en rodilla” con el significado “de varón en varón”.

Como colofón, conviene ir el refranero español, que recoge sentencias filosóficas sobre variados temas, aunque no ocupa muchas referencias a las rodillas. No obstante, al menos, merecen citarse dos: “Por Santa Cecilia, la nieve en la rodilla y la vaca a la cebilla”, aunque es posible que fuese más acertado antes del renombrado cambio climático y “Cuando el trago hace cosquillas afloja lengua y rodillas” que sí tiene perenne permanencia.

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