El nuevo coronel de la Guardia Civil de Ceuta, Gabriel Domínguez Barranco, se ha marcado diferentes retos y objetivos en esta nueva etapa al frente de la comandancia ceutí.
Aunque ha llegado en tiempos “tranquilos” en cuestión del perímetro fronterizo, él mismo, por su experiencia, sabe que esta calma puede fluctuar, reconociendo que Ceuta es una Ciudad “imprevisible”.
Ya tiene contemplado reunirse con las asociaciones profesionales del cuerpo, buscando mantener ese trato cercano con los agentes y reiterando que es y seguirá siendo un apersona “accesible”. “Mi trato con cualquier componente de la Guardia Civil es personal y estoy abierto a todo tipo de mejoras que se puedan ir realizando para el bien de todos”.
Dentro se sus pretensiones también está mejorar la coordinación con otras corporaciones, opinando que han mejorado mucho en los últimos tiempos. Busca, ante todo, el tratar de hacer el servicio a la ciudadanía lo mejor posible.
Domínguez regresa a Ceuta, esta vez como coronel, después de acumular cerca de 15 años vividos en esta ciudad en diferentes etapas. Reconoce haber encontrado un Instituto Armado renovado, con muchos cambios, sobre todo en la frontera.
Casi la mitad de la plantilla es conocida para él, admitiendo que el número de efectivos ha cambiado poco y que es notable la falta de agentes. Ante esta situación, incide en que ya ha sido notificado a las autoridades competentes, siendo la frontera y la estación marítima los servicios que necesitan un refuerzo de personal.
En un desayuno informal con los medios de comunicación, ha comentado sus impresiones después de regresar a Ceuta, casi 14 años después. Uno de los proyectos que recibe con agrado y que esperan que finalmente se concluya, es el anuncio de la construcción de la nueva comandancia de Ceuta, necesaria, ya que las instalaciones con las que cuenta ahora la Benemérita se han quedado obsoletas.