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Funcionarios de prisiones niegan trato de favor a Guerrero en la cárcel

Funcionarios de prisiones del centro Fuerte Mendizábal, en Ceuta, pertenecientes a diferentes departamentos han mostrado su “profunda indignación” por las “falsedades publicadas” en torno a un trato de favor al exconsejero y líder de Ceuta Avanza, Javier Guerrero.

La información publicada por el medio The Objective el pasado 20 de enero es tildada de “falsa y poco rigurosa” por funcionarios que, de hecho, han estado de servicio los tres días que el médico Javier Guerrero estuvo en Mendizábal antes de su traslado a la Península, investigado por un presunto caso de abuso de menores que está bajo secreto de sumario.

“Algunos de nosotros hemos estado de servicio los 3 días que el interno Javier Guerrero ha permanecido en Fuerte Mendizábal y hemos trabajado con el señor Guerrero como con el resto de población reclusa de la prisión, ajustándonos a la Ley y al Reglamento Penitenciario”, explican a este periódico.

“Tengan claro que si nos hubieran dado los miembros de la dirección alguna orden ilegal no la hubiéramos cumplido y nos hubiéramos opuesto radicalmente. No somos títeres, marionetas ni comparsas, y sabemos lo que es legal y lo que no”, añaden.

“Se dice en The Objective que se le concedió al señor Guerrero un permiso extraordinario. Eso es falso. A este interno no se le autorizó ningún permiso extraordinario. Suponemos que las fuentes penitenciarias a las que cita sabrán que ese tipo de permisos se regulan en el artículo 155 del Reglamento Penitenciario”, indican.

“Se dice que el director del centro autorizó una comunicación por cristal al señor Guerrero. Eso es falso. Desconocemos a que se refiere con comunicación por cristal, pues ese tipo de comunicación no está regulada en la normativa penitenciaria, ni en el artículo 51 de la Ley Orgánica General Penitenciaria ni en el artículo 41 y siguientes del Reglamento Penitenciario. Y también es falso porque sabemos que el director del centro no estaba en Ceuta, pues se encontraba de vacaciones, siendo siempre sustituido en sus ausencias por otra miembro del equipo directivo, quien asume todas las competencias que le delega el director, recogidas en el artículo 280 del Reglamento Penitenciario”, recalcan.

“Estupor y sonrojo” ante lo publicado

Los funcionarios que se han puesto en contacto con este periódico muestran su “estupor” por la hilera de incidencias publicadas por cuanto carecen de fundamento y no hacen sino afear el trabajo de los funcionarios de prisiones.

“Se dice que el señor Guerrero recibió una visita de su familia antes de ser trasladado a otra prisión de la Península y que eso puso en peligro la seguridad de la fuerza conductora. Nos causa sonrojo, estupor y perplejidad tal afirmación ya que el señor Guerrero es un interno en régimen ordinario, sin peligrosidad alguna. No es un interno incluido en FIES (fichero de internos de especial seguimiento), ni es un interno clasificado en primer grado o en régimen cerrado, ni es un interno con peligrosidad extrema o inadaptación grave, ni es un interno en especial observación por agresión a funcionarios o a agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ni es un terrorista, ni pertenece a una organización criminal, ni es un fuguista”, denuncian indignados.

“Por esa razón Instituciones Penitenciarias autorizó una conducción ordinaria (normal) y no una especial. Y por esa razón la fuerza conductora trasladó al señor Guerrero en un vehículo policial normal (y no en un furgón celular) y con unas medidas de seguridad normales. Sabemos de primera mano y en primera persona que toda la conducción se desarrolló con absoluta normalidad, pues algunos participamos en el procedimiento, con todo el rigor, y nos consta que la fuerza conductora no ha manifestado sentirse en peligro, tal y como dice The Objective, sino todo lo contrario. ¿Esas peculiares fuentes penitenciarias han preguntado a la Guardia Civil? Mejor que no lo hagan, pues quedarían retratados”, cuestionan.

"Se dice que el señor Guerrero recibió una visita de su familia antes de ser trasladado a otra prisión de la Península y que eso puso en peligro la seguridad de la fuerza conductora. Nos causa sonrojo, estupor y perplejidad tal afirmación"

De hecho el traslado de Guerrero fue recogido por las cámaras de El Faro y verifican que fue realizada así toda la conducción.

“Sí es absolutamente cierto que el interno Javier Guerrero celebró una comunicación con su familia, en concreto, una comunicación oral, regulada en los artículos 41 y 42 del Reglamento Penitenciario. Está claro que The Objective se ha basado en fuentes penitenciarias absolutamente indocumentadas, pues el señor Guerrero es un interno más y tiene derecho, tal y como establece la normativa penitenciaria, a comunicar periódicamente, de forma oral y escrita, en su propia lengua, con sus familiares, amigos y representantes acreditados de organismos e instituciones de cooperación penitenciaria, salvo en los casos de incomunicación judicial. Y todos sabemos que el juez que le ha metido en prisión acordó la prisión comunicada, no incomunicada. Por tanto, la comunicación puede y debe celebrarse siempre que esté previamente solicitada y nos consta que fue así y por escrito”, exponen.

Se cumplió con todas las garantías previstas

“Si esas fuentes penitenciarias indocumentadas pretendían negar al señor Guerrero su derecho a celebrar una comunicación con su familia deben saber que la normativa penitenciaria establece que las comunicaciones se celebrarán de manera que se respete al máximo la intimidad y que no tendrán más restricciones, en cuanto a las personas y al modo, que las impuestas por razones de seguridad, de interés del tratamiento y del buen orden del establecimiento. Pues todas estas circunstancias fueron cumplidas y garantizadas en la única visita que recibió el señor Guerrero de su familia, porque allí había funcionarios competentes y rigurosos que así lo garantizaron”, indican.

“Aun así, quien afirme que se podía haber restringido la comunicación por razones de seguridad, pues ni el orden del establecimiento ni el interés del tratamiento del señor Guerrero estaban en tela de juicio, demuestra poca preparación y conocimiento de la realidad penitenciaria, puesto que nadie presente en el centro penitenciario sabía oficialmente que este interno se iba trasladado, y nos consta que la orden de Instituciones Penitenciarias (único órgano competente de conformidad con el artículo 31.1 del Reglamento Penitenciario) en la que se instaba al traslado y se indicaba el centro penitenciario de destino no llegó hasta última hora de la mañana, después de la cita con su familia”, aclaran.

"La normativa penintenciaria establece que las comunicaciones se celebrarán de manera que se respete al máximo la intimidad y que no tendrán más restricciones"

“Y, cuando se recibió esa orden, en ella se indicaba que el señor Guerrero debía irse trasladado en la primera conducción ordinaria que hubiere, como así sucedió, con absoluta normalidad. Y, por cierto, las fuentes penitenciarias de The Objective que hablan de igualdad deben saber que el señor Guerrero tiene derecho también a un tratamiento individualizado, como cualquier recluso, dentro de su modelo o programa individualizado, tal y como establece la legislación penitenciaria. La igualdad es para todos, señores”.

“Tenemos constancia de que los pocos funcionarios que trataron en primera persona (grandísimos y excepcionales profesionales) con el señor Guerrero no le informaron a este de su conducción hasta instantes antes de ejecutarse la misma, lo cual incluso ha sido tildado por varios compañeros como excesivamente duro y riguroso para con Guerrero (todo lo contrario al trato de favor que denuncian las peculiares fuentes penitenciarias de The Objective), pero que al fin y al cabo entra dentro del procedimiento de seguridad en un traslado que tanto preocupa a esas peculiares fuentes penitenciarias”.

Funcionarios indignados con lo publicado

“Y también tenemos constancia de que la familia, que se comportó con suma corrección y educación, se fue de la prisión sin saber cuándo se iría el interno trasladado, entre otras cosas, porque ni los funcionarios lo sabíamos, puesto que la orden de traslado de Instituciones Penitenciarias fue posterior. Sabemos que los funcionarios de interior que estuvieron de servicio ese día vigilando y custodiando al señor Guerrero de primera mano se sienten absolutamente indignados con lo publicado, pues fueron muy escrupulosos al notificar al interno que se iba trasladado (reiteramos que algunos de los que suscriben este escrito creen que con excesivo rigor en el cumplimiento de la norma para con el propio recluso)”, añaden.

“Fíjense si no hubo trato de favor, sino seriedad, profesionalidad y rigor por parte de los funcionarios de prisiones, que a pesar de que hubo algunas peticiones de funcionarios para acudir a visitar a su celda al señor Guerrero y algunas llamadas telefónicas interesándose por su estado, pues no debemos olvidar que se trata de una persona muy querida en la prisión, con muchos conocidos, amigos, pacientes e incluso compañeros y excompañeros políticos, ni un solo funcionario se saltó las directrices. Ni uno solo. Sin embargo, todos sabemos que no son infrecuentes otras situaciones en las que un funcionario conoce de la calle personalmente a un interno y se desplaza a su módulo para saludarle e interesarse por él, siempre dentro de las atribuciones legalmente conferidas pero también de la humanidad que debe regir nuestro trabajo. Pues nada de esto pasó con el popular señor Guerrero, ni una sola vez. Como decimos, todo lo contrario a trato de favor”.

Para más detalles de cómo se trató a Guerrero los días que estuvo en prisión en Ceuta, los funcionarios ofrecen más datos.

“También establece la normativa penitenciaria que las comunicaciones que se efectúen se anotaran en un libro de registro, en el que se hará constar el día y hora de la comunicación, el nombre del interno, y el nombre, domicilio y reseña del documento oficial de identidad de los visitantes, así como la relación de estos con el interno. Pues todo eso se hizo informáticamente, en base a la profesionalidad de los funcionarios que prestan servicio en el departamento de comunicaciones. Si la dirección sustituta hubiera dado orden en contrario, los funcionarios no lo habríamos permitido, porque somos honrados y grandes profesionales”.

“Sabrán esas fuentes penitenciarias indocumentadas que alimentaron a The Objective que además de las comunicaciones ordinarias señaladas en el horario de este servicio, se pueden conceder otras de carácter extraordinario por urgentes e importantes motivos debidamente justificados en cada caso; que el Consejo de Dirección es quien fija, preferentemente durante los fines de semana (pero no excluyentemente), los días en que puedan comunicar los internos, de manera que tengan, como mínimo, dos comunicaciones a la semana; que el horario destinado a este servicio es el suficiente como para permitir una comunicación de veinte minutos de duración como mínimo, no pudiendo comunicar más de cuatro personas simultáneamente con el mismo interno; que si las circunstancias del establecimiento lo permiten, como es el caso, se autoriza que los internos acumulen en una sola visita semanal el tiempo que hubiera correspondido normalmente a dos de dichas visitas; y que las dificultades en los desplazamientos de los familiares son tenidas en cuenta en la organización de las visitas. Pues los funcionarios de prisiones de servicio garantizaron todas estas reglas normativas de manera escrupulosa e insistimos que algunos compañeros incluso creen que con demasiado rigor y celo para con el señor Guerrero. Decir que hubo trato de favor es vergonzoso”.

“Sabrán también que el interno tenía aplicado el protocolo de prevención de suicidios, tal y como establece la Instrucción 5/2014, que fue sometido a un seguimiento intenso y profesional por las unidades de interior, sanidad y psicología, como es obligado, y que una de las medidas que tenía aplicadas el interno, con un claro riesgo de autolisis, es el favorecer las relaciones con el exterior, es decir, las comunicaciones con su familia, al igual que todos los internos en la misma situación”, detallan.

Las condiciones desconocidas del traslado

“Todos sabemos que, muy excepcional y puntualmente, valorando las circunstancias concurrentes, se han autorizado otras comunicaciones a internos en régimen ordinario y en protocolo de prevención de suicidios aun a sabiendas de que se iban de conducción, por diferentes motivos e incluso a propuesta de funcionarios de servicio, algo que es totalmente legal. Pero este no es el caso, pues ni el señor Guerrero ni su familia ni los funcionarios sabíamos que se iba trasladado. La falsedad de las fuentes penitenciarias queda patente”, aclaran.

“Y sabrán que los servicios médicos, siguiendo el protocolo sanitario establecido y que tan buenos resultados ha dado durante la pandemia, levantaron el aislamiento sanitario (cuarentena) por escrito, tal y como se ha hecho tantas veces con otros internos del módulo de ingresos (en ocasiones a propuesta de funcionarios), de conformidad con la normativa sanitaria vigente, y tal y como se hace con el resto de pacientes que residen en el módulo de Enfermería a los que se les aplica exactamente el mismo protocolo covid, a instancias del facultativo de guardia y del jefe de los servicios médicos”.

“Todos sabemos que, muy excepcional y puntualmente, valorando las circunstancias concurrentes, se han autorizado otras comunicaciones a internos en régimen ordinario y en protocolo de prevención de suicidios aun a sabiendas de que se iban de conducción"

“Porque, efectivamente, el interno Javier Guerrero residía en la Enfermería del centro penitenciario, al así haberlo ordenado (también por escrito) el servicio médico por su estado de salud y su condición de posible suicida. ¿También se va a cuestionar en este caso a los profesionales sanitarios que integran los servicios médicos y se les va a acusar de trato de favor?”.

Respecto a cualquier incidencia que pudiera producirse con su abogado, los funcionarios de prisión también se pronuncian.

“No podemos concluir sin hacer referencia a lo sucedido con el abogado del señor Guerrero y que las peculiares fuentes penitenciarias omiten, al cual se le denegó una comunicación con su defendido vulnerando, según él, su derecho a la defensa y que incluso presentó una queja por escrito en el libro de reclamaciones, algo para nada habitual en Fuerte Mendizábal. No dicen esas fuentes penitenciarias que el abogado se presentó fuera del horario establecido para atención al público y cuando ya se estaba ejecutando todo el procedimiento que conlleva una conducción, tanto en lo regimental como en lo burocrático”, aclaran.

“Por cierto, todo ello bastante después de la visita de la familia del interno, pues es cuando se recibió la orden urgente de traslado desde Madrid y hubo que trabajar a contrarreloj.  Una vez más, las falsedades publicadas caen por su propio peso. Pues nos gustaría saber dónde está el trato de favor, cuando al señor abogado no se le autorizó por la directora sustituta comunicar con el señor Guerrero (bien hecho por ella y todo legal). Si fuera como se publicó, también se habría favorecido a Guerrero por encima de otros reclusos permitiéndole comunicar con su prestigioso letrado unos instantes antes de la conducción y a pesar de no venir el abogado dentro del horario establecido. Pues esto no sucedió, lo que prueba, una vez más, que los funcionarios de prisiones de Ceuta aplicamos la legalidad, sea el interno quien sea”.

“No sabemos el motivo por el que esas mentiras se han filtrado a The Objective, medio que, dicho sea de paso, respetamos, seguimos y que muchos de nosotros leemos, porque está muy pendiente de nuestro medio penitenciario, tan necesitado de seguimiento y respaldo, ante el abandono que sufrimos por nuestros superiores en Madrid. No sabemos si se pretende atacar al director, a la persona que sustituyó al director durante la estancia del señor Guerrero en Fuerte Mendizábal, al subdirector de seguridad o al jefe de servicios que cumplió y ejecutó las órdenes (quienes le conocemos sabemos que se hubiera negado a cumplir una orden ilegal que implicara trato de favor a un interno); no sabemos si detrás de esto hay algún sindicato, asociación sindical o partido político; no sabemos si todo esto entra dentro de una campaña de descrédito hacia Javier Guerrero; y tampoco sabemos si hay intereses políticos ocultos. La verdad es que nos da igual. Lo que sí sabemos es que, a pesar de la poca repercusión que ha tenido la publicación y su nulo seguimiento en Ceuta, no vamos a consentir que quienes filtran este tipo de cosas dañen la buena imagen que tiene nuestro centro penitenciario hoy en día, tan denigrado desde su apertura por nuestros servicios centrales, y que tanto nos ha costado construir entre todos los que estamos trabajando en Ceuta con honradez y ejemplaridad, desde el director hasta el último funcionario y laboral”, concluyen.

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