El Fuerte del
Sarchal es un monumento histórico al que el tiempo no ha respetado su importancia. Pese a haber sido declarado
Bien de Interés Cultural (BIC) en 1995, el edificio se ha convertido en todo un vertedero abandonado, un lugar donde realizar grafitis e incluso un refugio improvisado para personas sin hogar en Ceuta. Su construcción data del siglo XVIII, cerca de 1714, la época del primer marqués de Gironella. Su primer propósito era servir como uno de los edificios para refortificar y proteger la ciudad mediante murallas y fuertes, especialmente en los puntos que eran de fácil acceso como esta cala del Sarchal. Tras ser dedicado a diferentes usos militares como polvorín o lavadero, en la década de los 20 del siglo pasado se comienza a usar como prisión. Con la sublevación franquista de 1936 toma el uso que le ha dado el nombre por el que es más conocido en la actualidad: una cárcel para mujeres políticamente activas.
El fuerte tomaría este uso hasta 1945, cuando las reclusas que estaban aquí hacinadas fueron trasladadas a la cárcel del Puerto de Santa María. Es aquí cuando el edificio deja de tener uso público y cae en el abandono en el que está sumido a día de hoy. Con un primer vistazo al interior se ven los restos de botellas de plástico, latas, vidrio, colillas de cigarros, envases de comida y otros residuos que tardarán años en degradarse por completo. La abundante vegetación que recorre todo el edificio en sus dos plantas es otro indicador del absoluto abandono del monumento. Lo que en su día fueron lavaderos, almacenes, garitas o cocina, hoy son habitaciones comidas por la humedad y la basura. La presencia de almohadas, telas y restos de hogueras podrían indicar que el fuerte está sirviendo como refugio improvisado para personas sin hogar. Se llegan a ver hasta carteras y adornos navideños. Pese al abandono que se aprecia del edificio, la cubierta y la estructura de la antigua cárcel resiste a las inclemencias del tiempo. Y es que el fuerte está construido con gruesos muros de piedra y los remates de ladrillo. Existe una parte derruida, más cercana a la playa, que se desplomó debido a que el sustrato del suelo en esta zona era muy inestable y no se tomó en consideración durante su construcción, hace ya 300 años. Este BIC de Ceuta está sumido en el abandono. El último movimiento político para adecentarlo fue en 2017, cuando Caballas solicitó rehabilitar la antigua Cárcel de Mujeres para un uso social o cultural. Integrado en el paisaje de la barriada del Sarchal, cualquier curioso puede adentrarse en el fuerte a través del mismo camino que lleva a la playa. Ya no queda ni rastro ni de las puertas de las celdas, ni de las imágenes religiosas que presidían el patio de las reclusas. La historia de la cárcel solo está disponible a través de la documentación y la memoria de las que la habitaron.