La polémica de los fuegos artificiales de la Feria, más allá de ser un episodio con una relevancia puntual, pone de manifiesto el estilo de gestión de los servicios y de los bienes públicos que el Gobierno de Vivas está realizando. Gasto de ingentes cantidades de dinero para acciones y cosas que no cumplen los objetivos ni la finalidad para la que han sido pagados. Improvisación, desorganización e incapacidad.
Terminó la Feria, como tradicionalmente, con un castillo de fuegos artificiales. El problema ha sido que este año casi nadie, salvando a los pirotécnicos y tres avisados, ha podido verlos y los más afortunados pudieron oír el ruido de los estallidos de pólvora.
El hecho de que la Feria terminase con unos fuegos artificiales que no pudieron ser disfrutados por los ceutíes ha provocado una fuerte indignación entre la población. El Presidente Vivas ha dicho que sí, que lo han hecho muy mal, pero que no debería pasar nada ya que los fuegos artificiales solamente son una pequeña parte de las Fiestas Patronales y que éstas han sido, gracias a él, absolutamente maravillosas.
El problema no es que los fuegos artificiales se hayan tirado desde Santa Catalina por razones de seguridad. Estas razones avalaban la decisión que se tomó. Pero la cuestión no es si la decisión debía ser ésta u otra, ya que la nula previsión del Gobierno de Vivas le dejó, como única opción, lanzar los fuegos desde un emplazamiento de nula visibilidad.
El Presidente de la Ciudad ha dicho que la nueva línea de helicópteros con Algeciras ha conlleva la instalación de un depósito de combustible en el Helipuerto y que, lógicamente, era desaconsejable explosionar los fuegos desde el lugar habitual, pues implicaba asumir un serio peligro. Parece que la decisión tomada era la única que el sentido común y la sensatez aconsejaba, como se intenta vender todas las decisiones, por impopulares que sean, del Presidente Vivas.
Este nuevo despropósito del Gobierno de Vivas realmente es un símbolo de la forma de gestionar los intereses y los servicios de la Ciudad. La existencia de ese depósito es conocida desde antes de la puesta en servicio, hace varias semanas, de la línea aérea con Algeciras y los fuegos artificiales se lanzan desde cerca del Helipuerto desde hace mucho tiempo: ¿nadie en el Gobierno de la Ciudad se dio cuenta de que esto podía ser problemático con suficiente antelación?
El Gobierno de Vivas tiene una legión de asesores y cargos puestos a dedo que en principio tienen que aconsejarles, pero que parece que no se dan cuenta ni de las cosas más obvias, como era la necesidad de cambiar de lugar a los fuegos artificiales. Y no es una circunstancia sobrevenida, sino perfectamente previsible.
El resultado ha sido que los fuegos se han ‘tirado’ desde un lugar no avisado, que desde la Feria no han podido ser visto y menos aún desde cualquier lugar de la ciudad, y eso sí han costado los pertinentes miles de euros que no han servido para el disfrute y el fin de fiesta que tienen este tipo de espectáculos. Han tirado el dinero por no pensar un lugar alternativo, accesible y visible, y por no haberlo comunicado con la antelación suficiente a través de los medios de comunicación.