Esas frases que dicen sin decir nada, que nos persiguen y oímos hasta la saciedad contestando con las mismas frases, los mismos tonos, las mismas cadencias y con una indiferencia social a la que estamos habituados.
“ Buenos días, ya ha amanecido”.”Hola, me alegro de verte, cuánto tiempo”, lo mismo no sabe ni el nombre que tienes.
“A ver si quedamos a tomar café”. Esa cita nunca se producirá nunca porque no hay ningún interés por hacerlo.
“ Qué calor hace hoy”, la repetimos una y otra vez, como si nadie se hubiera enterado, como un mantra del Samsara.
“Esto antes no pasaba”. Las falsas nostalgias que idealizamos como si nunca lo hubiéramos asimilado “que cualquier tiempo pasado fue mejor”.
“Estás más delgado”, me han dicho cuando he engordado 4 kilos.
“Sigues igual de joven”, y ya las arrugas te cuelgan por las orejas. Una parecida es “Por ti no pasan los años”.
En los tanatorios “Te acompaño en el sentimiento”, eso sí, lo mismo no conoces ni al finado. “Se van los mejores”, “ Si ayer estuve hablando con él2, como si hablar con él fuera un seguro de vida.
Ahora escucharemos hasta el asco “Feliz Navidad”, “¿Te has portado bien este año? ¿Qué le vas a pedir a los Reyes?” Las respuestas nos importarán un pepino.
Las frases de los ascensores son geniales: “Qué frío hace”, “Ya es viernes”...
Ayer una vecina me dijo que “el turrón este año era menos dulce”; le respondí que “tenía toda la razón”.
“El niño se parece a la madre o al padre” lo mismo es una niña que no se parece a nadie, qué cosas.
“Esto es el partido del siglo”, el mismo partido se juega cada dos años. Será cuestión de márquetin publicitario.
“te veo mejor cara”, lo mismo estás con el rostro desencajado de dolor y con el gesto desdibujado.
“Suerte”, cuando compras lotería; otros son más graciosos y te dicen: “mucha mierda”.
“Encantado de conocerte” (esa es graciosa), cada vez que conoces a alguien te quedas encantado.
“Cómo ha crecido, qué mayor está”...
Otros son zombis, no dicen ni hola, pasan por tu lado como si fueras un bulto sospechoso, como si tu existencia fuera invisible.
“Feliz 2024”, “ felices pascuas”, “felicidades (en los cumpleaños).
Y no sigo porque el cañonazo suena todos los días y no me quejo.
Este año, como todos los últimos 55 años, Raphael cantará el TAMBORILERO y oiremos al Rey “me llena de orgullo y satisfacción”. ¿Orgullo? ¿ Satisfacción?
Bueno lectores, hasta el cañonazo de mañana.
Que pena de frase de ascensor "que pena todavía es jueves".