Hoy 20 de noviembre se cumplen cuarenta años de la muerte del general Franco, una fecha señalada, para hacer balance de una dictadura: cuarenta años sin Franco; cuarenta años sin él. Hoy se realizarán reportajes en la prensa, televisión y seguro que nuevos libros con grandes biografías saldrán a las librerías.
Pero también existe otra historia, más local, que muy bien podemos titular “Historia de un cuadro” en aquella Ceuta, que como en el resto de España comenzaban a dar sus primeros pasos democráticos. Tuvo lugar un hecho que marcaba el final de un eterno letargo en busca de una sociedad más libre.
A las 11,15 del 19 de abril de 1979, se dieron cita en el salón de plenos del Ayuntamiento, los concejales que habían logrado el apoyo de los ceutíes en las elecciones municipales celebradas tan solo unos días atrás.
El número mayor de escaños pertenecían a los independientes (AECAD) liderados por los hermanos Calvo Pecino, con doce; La UCD de Ricardo Muñoz, con ocho y el PSOE de Fructuoso Miaja, con cinco.
Cuando se están presentando las credenciales, ya un miembro del partido socialista avisa que ellos no tomaran el acta de concejal si no es retirado el cuadro del general Franco del salón de Plenos, donde estuvo desde el inicio de la guerra civil, aunque se quitó de la presidencia y pasó al fondo de la estancia, siendo cambiado por un cuadro, del Rey Juan Carlos I.
Tomó la palabra un portavoz de la UCD, explicando que esta decisión (la retirada del cuadro de Franco) no es normativa y que de presentarse se haga a través de un pleno en el que opinen todos.
El secretario general del Ayuntamiento, con la intención de mediar, aunque lo complica más, explica que si no quieren votar los del PSOE en dicho salón, que pueden hacerlo en otro lugar como en el Salón del Trono.
El líder del PSOE Fructuoso Miaja vuelve a decir que si no se quita el cuadro del dictador no votan, se escuchan entre el público aplausos y algunos silbidos, tal y como se reseña en la prensa.
La Mesa estaba presidida por Aurelio Puya (PSOE) y por el independiente Martínez Valdivia (AECAD). Tras jurar su cargo Puya, manifestó “Lo primero que pedimos es quitar el retrato del anterior jefe del Estado”.
Tomó la palabra el portavoz de UCD, Jover Cao de Benos de Les, explicando que no es preceptivo ni está legislado el juramento de los concejales. Fructuoso Miaja, levantándose de su escaño, manifiesta “No hace falta ningún pleno, ya que la democracia no será tal, hasta que no desaparezca ese signo del pasado”.
A los treinta minutos de comenzado el acto del primer ayuntamiento democrático de Ceuta, dos ordenanzas del Ayuntamiento retiran el retrato de Franco. Nuevamente tomó la palabra Jover de UCD, para dejar sentado que debe constar en acta esta decisión, que no está dentro de la normativa de lo que debe ser el acto de constitución de un Ayuntamiento.
En ese día tan señalado, además de la anécdota de la retirada del cuadro, se constituyó el primer ayuntamiento democrático de nuestra Ciudad. En aquella primera votación cada grupo votó a su candidato, los independientes (AECAD) a Clemente Calvo Pecino, doce; UCD a Ricardo muñoz Rodríguez, con ocho y el PSOE a Fructuoso Miaja, con cinco votos.
Al concejal socialista Aurelio Puya, como presidente de la Mesa tuvo el honor de nombrar al primer alcalde democrático de Ceuta tras la guerra civil, Clemente Calvo Pecino. Tras tomar posesión dirigió unas palabras de gratitud al electorado que ha depositado en él y en su grupo su confianza.
Los tenientes de alcalde de aquella histórica corporación fueron: Matías Calvo Pecino, Emilio Cozar Fernandez, Antonio Gálvez Gálvez, Antonio Martínez Valdivia, Ricardo Muñoz Rodriguez, Jose Maria Albert Rosano, Rafael Orozco Rodriguez-Mancheño y Fructuoso Miaja Sánchez.
Fructuoso Miaja “La democracia no será tal, hasta que no desaparezca ese signo del pasado”
Fructuoso Miaja Sánchez, lo tuvo muy claro desde el inicio de ese histórico pleno en el Ayuntamiento, igual que su compañero de bancada Federico Azcune, los dos habían sufrido el encarcelamiento franquista en su juventud. Tomó la palabra expresando claramente que “No hace falta ningún pleno, ya que la democracia no será tal, hasta que no desaparezca ese signo del pasado”.Miaja a diferencia de Azcune, tuvo una dedicación plena a la política, siendo en 1982 senador, y alcalde de Ceuta (1987-1991). Falleció el 22 de octubre de 2009, a los 92 años. Sobrino del general republicano José Miaja Menant, fue de siempre un hombre de izquierdas, por lo que su situación en Ceuta, donde nació en 1917, se complicó con el golpe del 36. Afiliado con 19 años a la anarquista CNT, ilusionado y con ganas de luchar por un país en libertad, vio cómo Ceuta se convertía entonces en una ciudad llena de miedos y recelos. Partió hacia Tánger, en diciembre de 1936. Tras finalizar la guerra civil, fue encarcelado en el campo de concentración de Albatera y años después pasó a la fortaleza del Hacho y hasta 1944 al penal del Puerto de Santa María.
Simbología franquista en Ceuta
Tras el final del franquismo en 1975, costó mucho esfuerzo a los demócratas ceutíes los cambios de símbolos que estaban repartidos por toda la ciudad, y que servía como referente icónico para identificar visualmente al régimen y a las personas e instituciones que se identificaban con él.
La parafernalia simbólica del franquismo se originó durante la Guerra Civil (1936-1939), tras su exaltación a la jefatura del Estado, adoptando en buena medida la desarrollada en los años anteriores por Falange Española de las JONS.
En Ceuta tuvimos numerosos monumentos, como la Cruz de los Caídos, en la plaza de África, donde se celebraban actos, brazo en alto, bien avanzada la década de los años setenta. El monumento traido en la década de los años sesenta, piedra a piedra desde el valle de Ketama (Marruecos), conocido como Monolito del Llano Amarillo, o el popular “pies de Franco”, junto al mástil del cañonero Dato, en la plaza que rodea la Ermita de San Antonio.
También nombres de plazas y calles, como Falange Española (actual calle Real), general Franco (paseo de las Palmeras), José Antonio Primo de Rivera (Rebellin), plaza general Galera (plaza Constitución), plaza general Mola (Plaza Azcárate). Avenida Sanjurjo (José Victori Goñalons), calle Calvo Sotelo (Marina Española), general Yagüe (Fructuoso Miaja) y tantos otros cambios que se fueron produciendo, pero muy poco a poco.
La ley denominada Ley de Memoria Histórica (aprobada por el Congreso de los Diputados el 31 de octubre de 2007) establece la retirada de estos símbolos, obligando a las instituciones públicas a ello, y privando de ayudas a las instituciones privadas que no las retiren.
Fue objeto de particular redacción lo referente a los símbolos que puedan afectar a la Iglesia Católica, introduciéndose una salvaguarda por razones religiosas, junto a la que exceptúa a los monumentos con valor artístico. De hecho cuarenta años después en este 2015 perduran en Ceuta algunos símbolos de la dictadura. Incumpliendo claramente la Ley de Memoria Histórica.
Tras la muerte de Franco, uno de los primeros pasos era la realización de una Constitución, la de 1978, la que pactaron izquierdas y derechas, partidos nacionales y nacionalistas. Desde el paso del tiempo podemos mirar al pasado, el presente y el futuro de la Ley de Leyes con la tranquilidad del tiempo transcurrido.
Pero no fue nada fácil cuando en aquellos años la izquierda ceutí comienza a salir públicamente y darse a conocer. Tan solo habían pasado tres años de la muerte de Franco. Pero deciden tras cuarenta años de clandestinidad, y según los acontecimientos que se están sucediendo en la vida política nacional, celebrar su primera reunión pública, el 27 de enero de 1977, en el restaurante “La Diagonal”, en la zona del Tarajal.
El salón se ornamentó con pancartas y murales relativos a la democracia. En la mesa presidencial entre otros, Fructuoso Miaja, Francisco Vallecillo, Pepe Escribano o Carlos Medina. El discurso de presentación estuvo a cargo de Miaja.
Unos meses después, el 15 de junio de 1977, los españoles participamos por primera vez en unas elecciones en plena libertad. En las que triunfa la UCD, mientras el PSOE se consolida como el primer partido de la oposición. Tuvieron un carácter espontáneo, que no ha vuelto a repetirse, y en buena medida fueron producto de la improvisación, como demuestra el hecho de que UCD, la coalición a la postre vencedora, se formara el 3 de mayo, veinte días antes de iniciarse la campaña electoral, con el acuerdo de 17 pequeños partidos.
Tras la muerte del general y con ello el final del franquismo, los socialistas ceutíes se comienzan a reunir en libertad, bajo la batuta de dos grandes demócratas Paco Vallecillo y Fructuoso Miaja. Ya no había que celebrarlas en la clandestinidad, en el país vecino o en casa particular.
Las primeras reuniones se suceden entre la cafetería “Noray” de Miaja, la academia de Pepe Escribano, en la casa de Vallecillo en la zona de la playa Benítez o el domicilio de Puga. Cualquier lugar era bueno para comenzar, pero siempre vigilando que la policía no supiera de estas clandestinas reuniones.
Tras la legalización del PSOE, tuvieron varias sedes, Marina Española, calle Independencia, La Legión (casa Guillen), calle García y la sede actual en Daoíz. Existe una fecha histórica y fue la asamblea celebrada en 1977. En esa asamblea, disfrazada, para la policía, como comida de compañeros, se produjo un discurso del secretario de organización, Vallecillo, que marcó en cierta medida la línea a seguir.
Con un clavel rojo en la solapa, dejó claro las pautas que seguirán en el partido para conformar la recién estrenada democracia española. Su intervención de treinta y cinco minutos, entre otras cosas dijo: “No quisiéramos terminar sin decir que la tarea que se abre entre nosotros no va a ser un camino de rosas precisamente. Que nadie piense que el restablecimiento ya inminente de las libertades en España es un festival en el que los socialistas vamos a tomar parte. Llevamos cuatro largas décadas de celebraciones triunfalistas y es precisamente ahora cuando nos toca luchar con dificultades ingentes, porque hemos de recomponer una herencia que nos llega desarbolada, tarada, llena de vicios y de defectos”.
Diez alcaldes para una democracia
Uno año después de aprobarse la Constitución se celebraron elecciones municipales, donde tuvimos al primer alcalde demócrata de Ceuta, Clemente Calvo Pecino, 1979-1981 (Independiente); continuó Ricardo Muñoz Rodríguez, 1981-1983 (UCD); Francisco Fraiz Armada, 1983-1985 (PSOE); Aurelio Puya Rivas, 1985-1987 (PSPC); Fructuoso Miaja Sánchez, 1987-1991 (PSOE); Nuevamente Francisco Fraiz Armada, 1991-1994 (PFC); Basilio Fernández López, 1994-1995 (PFC). En 1995, tras tener un Estatuto de Autonomía nos convertimos en Ciudad Autónoma, los presidentes fueron Basilio Fernández López, 1995-1996, (PFC); Jesús Cayetano Fortes Ramos, 1996-1999 (PP); Antonio Sampietro Casarramona, 1999-2001(GIL) y el Presidente actual desde 2001, Juan Jesús Vivas Lara, del Partido Popular. En el año 1981 los ayuntamientos de Ceuta y Melilla pidieron el cumplimiento de la transitoria quinta de la Constitución, para poder convertirse en Comunidad Autónoma.