El consejero de Fomento del Gobierno de Ceuta, Alejandro Ramírez, ha adelantado este viernes en el Pleno a la diputada no adscrita María del Carmen Vázquez que más de dos años después el Ejecutivo local prevé volver a sacar a licitación la obra que resta por hacer del futuro puente de arroyo Paneque, donde Tragsa solamente ha ejecutado trabajos por un importe de un millón de euros, una mínima parte de los 8,6 por los que le fue encargado el proyecto.
Ramírez ha recordado que la actuación se topó de inicio con la necesidad de ejecutar un modificado por importe de medio millón de euros y posteriormente con el “problema mundial” del encarecimiento del acero y el resto de los materiales de construcción, algo que “ha obligado a paralizar casi cualquier obra en todo el país por que la subida de precios no permite que continúen”.
“Estamos trabajando en retirar el encargo a Tragsa porque rectificarlo dispararía su presupuesto para, con la cantidad que esta por certificar, unos 7 millones, licitar lo que resta, que es casi todo salvo el pilotaje de uno de sus extremos”, ha indicado.
La consejería quiere “jugar” con los tiempos y aprovechar los “meses” que tardará la administración en convocar y resolver el concurso con la confianza de que en ese tiempo el precio de los materiales vuelva a reducirse “y alguna empresa pueda concurrir y adjudicárselo”. Si no, la última vía pasaría por ir a un procdimiento de “negociado sin publicidad”.
“El proyecto es importante para conectar Otero [con una nueva rotonda] y los Grupos del Rocío, para vertebrar la ciudad, y ya tenemos compromiso presupuestario asignado y un expediente completo”, ha justificado Ramírez el empeño del Gobierno en terminar la obra, cuyos trabajos se espera poder retomar en el mejor de los casos “antes de que termine la legislatura”.
La inclusión en la red viaria de este puente urbano rodado y peatonal conllevaría “una mejora de la comunicación de las barriadas a ambos lados de la vaguada con el Centro de Salud de Otero”. Para su construcción se eligió una tipología de puente atirantado con mástil inclinado y en posición adelantada que permite una afección “mínima” de terrenos con interés arqueológico, ya que concentra la cimentación en el otro extremo. Además, al no ubicar apenas elementos en la vaguada, la interferencia en futuros desarrollos urbanísticos, como prevé el planeamiento, queda minimizada.
De acuerdo con el proyecto, en el tronco del puente se dispone una calzada por sentido con carriles de 3,50 metros de ancho cada uno, sin arcenes; entre ambos lados se contempla una mediana de un metro de anchura; y en los lados exteriores del conjunto se establecen los itinerarios peatonales con espacio suficiente, no inferior a los 2,40 metros, para instalar aquellos elementos que sean necesarios. La idea es “mantener un paisaje urbano singular y a establecer una imagen de conjunto con un elemento con suficiente presencia, como es el puente atirantado”.
¿Las chabolas que están por los alrededores también se van a quitar?