Diversión con una historia que atrapa y la música como hilo conductor del cuento. ‘El Flautista de Hamelín’ ha llegado este jueves a Ceuta representando un musical lleno de valores y enfocado hacía el público más infantil, ese que disfruta con cada detalle, con cada baile y en cada aplauso.
En un Teatro Auditorio del Revellín a medio llenar, este musical, dirigido por Encarna Illán, se ha podido representar al fin en nuestra ciudad, una vez que se suspendió el pasado 23 de noviembre, cuando unos problemas técnicos en el auditorio obligaron a aplazar hasta este jueves.
La fascinante historia de esta obra ha sumergido a los más pequeños en este cuento, originariamente de Alemania, que tiene ya más de 200 años de historia y que sigue dejando escenas de gran diversión cuando es representado. El público ceutí ha estado entregado, principalmente porque los actores de la obra así lo han querido. Han interactuado, bajando del escenario y acudiendo a las butacas, donde los chicos cantaban y seguían el hilo conductor del cuento ahora teatralizado. Con bailes entre escena, el cuento se ha ido desarrollando en un ambiente de gran diversión.
La llegada de ‘El Flautista de Hamelín’ a Ceuta es otra parada más en el camino de esta obra, inmersa en una gira que les ha llevado ya a hacer más de 100 actuaciones y que llevan dos años ininterrumpidamente representándola. “Siempre con éxito”, comentaban sus participantes. En Ceuta lo han tenido a vista de sus espectadores.
Este musical ha contado con composiciones de Juan Montoro, creadas específicamente para esta versión de ‘El Flautista de Hamelín’, que se reinventa después de ser representado en prácticamente todo el mundo y que nace de una leyenda alemana cuya historia siempre tiene un gran éxito entre los más pequeños y que transmite valores de unidad, con el pueblo junto frente al opresor, así como las consecuencias que pueden llegar a tener las mentiras. Es un mensaje de humildad, dicen los protagonistas.
‘El Flautista de Hamelín’ trata sobre un pueblo que es invadido por ratas y un flautista se compromete con sus vecinos a lograr que los roedores salgan de allí. Lo consigue con su flauta, únicamente con el sonido de su instrumento, pero un pueblo desagradecido con él acaba con la venganza del flautista que, para saber que llega a hacer, hay que descubrirlo.