Se ha iniciado una recogida de firmas para que Ceuta deje de ser tercermundista con nuestras mascotas, disponiendo de medios básicos para que no nos tengamos que despedir de ellos cuando mueren como si fueran basura.
Es la propia ciudadanía la que se afana en recoger firmas ante el silencio más absoluto de la administración. Una administración que por propia voluntad debería haber solucionado ya esta reclamación ofreciendo medios para disponer de un crematorio. Sencillamente ofrecer similares recursos que ya operan en otras autonomías.
Pero para eso hace falta tener voluntad, empatía con los animales y respeto. No lo hay. En una ciudad en donde no se actúa contra el maltrato, en donde se deja en manos de voluntarios la resolución de problemas, en donde no se dispone de mecanismos para castigar como se debe los casos gravísimos que asoman a diario en los medios de comunicación es hasta entendible este pasotismo.
Los ciudadanos protestan con cartas públicas, recogen rúbricas para solicitar dignidad y la administración ni siquiera se pronuncia al respecto. Mientras nuestras mascotas reciben una despedida en la que es mejor no pensar. Cualquiera que tiene una o más mascotas en su hogar sabe de qué hablo cuando forman parte de la familia hasta ser uno más.
Ese sentimiento solo es entendido por quienes han tenido que despedirse de sus mascotas de una forma tan dura, tan poco empática, sin sentimientos… como basura.
La administración calla, no reacciona, ni siquiera ofrece promesas. No le importa atender peticiones que son importantes para muchos. La ciudadanía lucha con sus propios medios aunque sabe que está golpeando al muro de la mayor e insultante actitud despreciativa de unas instituciones insensibles ante lo que debe ser también atendido.