La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Ceuta (que instruye los casos por delitos de Violencia de Género) ha dictado auto de archivo en la causa abierta después de que un agente de la Guardia Civil se quitara la vida en el interior de la vivienda en la que residía, en la barriada de Los Rosales. En el auto dictado esta misma semana, y cuyo contenido ha sido conocido por El Faro de Ceuta después de haberse levantado el secreto de sumario que ha protegido durante este tiempo las investigaciones, se deja claro que no se está ante un caso de violencia de género, ya que el agente no disparó directamente a su esposa con ánimo de atentar contra ella, produciéndose únicamente un disparo que fue el que él mismo dirigió contra su sien para quitarse la vida y el que, de rebote y no premeditadamente, alcanzó las piernas de la fémina.
El auto de archivo, contra el que cabe recurso, es contundente negando la existencia de un caso de violencia de género como se valoró en un principio por parte de la Jefatura Superior de Policía y la Delegación del Gobierno. Es decir, el agente B.A.L. no causó los daños intencionadamente contra quien era su esposa ni, mucho menos, como se ha llegado incluso a publicar en algunos medios de comunicación, ella se autolesionó.
Desde que se produjeron los hechos, el 12 de junio de este año, hasta este momento en el que se ha dictado el archivo, se han llevado a cabo muchas investigaciones para aclarar qué es lo que sucedió aquella tarde en la vivienda situada en el número 23 de la barriada de Los Rosales. Investigaciones protegidas por el secreto de sumario y alejadas de la presión social que llegó a un extremo de publicitar informaciones falsas como si fueran reales en redes sociales u organizar concentraciones sin saber realmente ante que se encontraba.
Todos los datos obtenidos por los investigadores en la vivienda en donde se produjo el suceso, en donde se recogió un único casquillo al producirse solo un disparo, han servido de base para el informe elaborado por la Brigada de la Policía Científica en los laboratorios centrales. Un informe con el que se ha recreado cómo se produjeron los hechos, tomando como base todos los datos, las fotografías realizadas y los informes forenses llevados a cabo en base a las heridas de la mujer y la que causó la muerte del agente de la Benemérita.
Pues bien en dicha reconstrucción de los hechos, se pone de manifiesto que el integrante del Instituto Armado se disparó en la cabeza, colocando su arma reglamentaria en la sien, sentándose en el suelo de la habitación. La mujer, asustada, había salido gritando y se quedó en el pasillo, de pie, con la puerta abierta de esa sala ya que su hijo pequeño, un bebé, estaba rezagado al lado del agente entre sus brazos.
Ese disparo, según las investigaciones de los expertos de la Policía Nacional, fue el único, con una trayectoria clara: la bala fue directa de su cabeza hacia la puerta sin hallar obstáculo alguno ya que estaba abierta. Allí, en el pasillo y de pie, se encontraba la mujer. Sus dos piernas fueron atravesadas por esa bala (ella estaba de pie y al agente sentado de ahí la dirección seguida que cuadra con ambas alturas de los cuerpos). La línea seguida por el disparo termina en una pared, en donde la Policía encontró el único impacto.
En base a las investigaciones realizadas se ha dictado este auto de archivo, en el que se concluye que no se pudo producir un caso de violencia de género por cuanto la intención del agente no fue la de atentar contra su mujer. El caso se presenta como un cuadro de suicidio en el que la trayectoria de la bala terminó con estas consecuencias fatales y accidentales sin ser el fin pretendido o buscado de manera intencionada.
Las heridas que presentó la mujer fueron sanadas en el Hospital Universitario a donde fue trasladada en ambulancia. Mientras, todos los titulares de aquel suceso reflejaban la versión oficial en la que se imputaba al componente de la Guardia Civil un caso de violencia de género que no ha existido. Las investigaciones policiales, llevadas a cabo al detalle y sustentadas en pruebas objetivas, sirven para aclarar ahora esa versión.
Los hechos: junio de 2019
Se producen los hechos, las informaciones son muy confusas hasta que se consigue averiguar lo ocurrido en el interior de esta vivienda. Un agente de la Guardia Civil se dispara y muere, su mujer resulta herida en las piernas. La propia Policía y la Delegación del Gobierno valoran inicialmente el caso como un asunto de violencia de género. Han tenido que ser necesarias las investigaciones para desterrar esta idea.
Qué pasó: un único disparo
La misma bala con la que se dispara el agente de la Benemérita alcanza a la mujer en las piernas, no porque atentara contra ella sino porque fue la propia trayectoria seguida de una bala que terminó alcanzando la pared. Una recreación policial realizada por los investigadores ha permitido una reconstrucción adecuada de cómo fue todo, en base a los datos recogidos, las pruebas forenses y la investigación sobre el escenario.
Reacción social: en redes y medios
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