Tan solo quedan días para el encendido del alumbrado y para que las calles se llenen de música. El recinto ferial comienza a coger color y forma, dejando ver alguna que otra atracción terminando los retoques de montaje para que todo esté a punto el próximo sábado 30 de julio. Aunque todavía queda y se espera la llegada de varios camiones más, cargados de atracciones, puestos móviles de comida, dulces y juguetes aclamados por los más pequeños, la explanada va acogiendo a los recién llegados.
Hileras de casetas ya pueden apreciarse cubiertas con su característico toldo de rayas verdes y blancas, y entre ellas los propios feriantes montando, ordenando y decorando, junto con operarios encargados de las luces y limpiando para una presentación impecable. Una colaboradora de la caseta ‘Los Peregrinos’ cuenta que la suma de dinero recaudado, en su caso, es una cifra íntegra dirigida exclusivamente a la iglesia. Llevan más de treinta años realizando este acto de buena fe. Cree que en la feria de este año habrá un incremento de los beneficios post pandemia.
A pesar de que todavía haya mucho terreno despoblado y prácticamente desierto, ya se pueden encontrar algunos puestos de comida, como el negocio familiar ‘Papas Vanesa’, donde la dueña, Carmen Arbos, mostraba alegre y con una sonrisa de oreja a oreja cómo “nos gusta mucho salir a la feria”, explicando a su vez que su negocio existe desde hace generaciones y que “abuelos, bisabuelos, todos eran feriantes: es nuestra vida”. No obstante, la indignación por la subida de los precios es una vez más la estrella de la conversación. Uno de los puntos discutibles de los que hablaba uno de los trabajadores del puesto ambulante que se encontraban allí es el elevado coste del transporte, del barco. Asimismo, Arbos comentaba que “ha subido el aceite, el alioli, la mayonesa. Todo ha subido para nuestro negocio”. Además, esperan que este año haya mucho público y el motivo no es otro que el deseo de recuperación económica tras unos años terribles para el sector.
A pesar de los inconvenientes que se presentan, en su gran mayoría económicos, las ganas de feria no la pierden y como decía la gerente de ‘Papas Vanesa’: “Lo llevamos en la sangre”.
Por otro lado operarios de Obimace llevan días acondicionando el ferial para que todo esté preparado para este sábado en el inicio de las Fiestas de la Patrona. Entre los trabajos que se están realizando se encuentra el arreglo del acerado y la pintura de varios elementos urbanos.
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