La capilla de la
Virgen del Carmen de la
Almadraba cumple 83 años desde su construcción en 1940. Concretamente, el día 1 de noviembre de 1940, festividad de Todos Los Santos, se oficiaba la primera
eucaristía en este templo de Ceuta. Desde entonces han sido muchas las homilías que se han realizado en esta
pequeña capilla que tanta historia marinera encierra. Abrazos, besos, lágrimas y una gran devoción marinera que se presencia cada 16 de julio en la festividad del Carmen, su patrona y la Estrella de los Mares. Una misma emoción que se ha podido ver este Día de Todos los Santos en los ojos de los feligreses y vecinos de la Almadraba que han celebrado el cumpleaños de la que es su parroquia de corazón. Una Virgen de la Almadraba que es seguida por fieles como Damián García, Eduardo Pareja y María Eugenia Rodríguez que llevan toda una vida ligada y con gran devoción marinera.
La interpretación del cabo Pelayo
Este evento que se ha celebrado en la
Santa Iglesia Catedral ha comenzado con una misa que ha estado oficiada por el vicario general de Ceuta, Francisco Jesús Fernández Alcedo. Un templo que ha tenido una gran respuesta por parte de los feligreses con su toque especial: la interpretación del cabo Pelayo, perteneciente al Tercio Duque de Alba II de La Legión, tocando la corneta.
Una vez acabada la eucaristía ha sido el turno de los churros, chocolate y, por supuesto, una gran tarta para soplar las velas han puesto el broche de oro a una mañana de sentimientos encontrados en la que no faltaron las lágrimas, risas y, sobre todo, la devoción por su capilla de la Almadraba que esperan que pronto sea construida en los aledaños de la barriada.
Dora cumple 82 años
Ese ha sido el deseo que todos han pedido: que se pueda celebrar el 84 aniversario de la iglesia de la Almadraba en el nuevo templo y no nuevamente en el patio de la Vicaría.
Una velas que este año ha vuelto a soplar, como ya ocurriera el pasado, Adoración Morcillo, la feligresa de la Iglesia de la Almadraba más mayor, con 82 años, y que todos conocen y llaman cariñosamente Dora. Su cara definía perfectamente la emoción e ilusión que sentía de representar de nuevo a toda la comunidad devota de la Virgen del Carmen y de la Almadraba.