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Los vigilantes, sufragados con un ‘peaje’, restringirán el acceso a Tarajal II y Puerta Norte.
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Un reforma normativa impedirá la descarga de camiones y vespas ajenos a sus negocios.
La Fase I y la Fase II del Tarajal han resuelto caminar juntos en el diseño del plan de seguridad para sus polígonos, el cual ha sido largamente demandado por la Delegación del Gobierno. Bilal Dadi, presidente de la Fase II, adelantó que este dispositivo restringirá el acceso al paso Tarajal II y a la Puerta Norte ya que los únicos comerciantes que tendrán derecho a pasar sus mercancías a Marruecos por esos dos puntos serán aquellos que contraten la seguridad. Los promotores del plan de seguridad quieren tenerlo listo en 15 días ya que la plaza de los Reyes les puso un plazo que rechazan incumplir.
Los dos polígonos que en estos momentos trabajan en ese sentido han resuelto la instalación de una puerta que “aislará” a los otros dos restantes que se han opuesto a los requerimientos de la Delegación. Este acceso, como avanzó Dadi, “segmentará” los polígonos por la zona donde se encuentra el antiguo puente del Biutz. Serán los vigilantes de la empresa que contraten las fases I y II quienes se ocupen del control de la entrada y salida por esa puerta. No obstante, este portavoz sí precisó que si La Chimenea y Alborán se unen a ellos, los impulsores del plan de seguridad lo ampliarán para darles cabida y coordinar así entre todos la salida por Tarajal II y Puerta Norte.
Pero las medidas que emprenderán sendos polígonos no cesan ahí. El presidente de la Fase II desveló que preparan una modificación de la normativa que les regula a través de la cual ejercerán el control del tránsito (entrada y salida) de personas y mercancía “legal que sea de propietarios, de comerciantes de los polígonos”. Su propósito es acabar con la potestad malinterpretada por aquellos que entienden que pueden descargar vespas y camiones sin comprobación alguna. Al tratarse de un recinto privado, apostilló Dadi, en su zona tan solo entrarán las mercancías de comerciantes “dados de alta legalmente en nuestros polígonos”.
Para su comprobación la factura tendrá que coincidir con la empresa donde el vehículo va a descargarla y, aunque concuerden, “si nosotros sabemos que es fraudulenta, esa vespa o camión no entra”. A partir de ese momento, la Policía se podrá llevar el cargamento para ejecutar el correspondiente registro, proceder a su identificación y, cuando la autoridad dé el acuerdo, recibirá paso. Aunque admiten que no acabarán con la totalidad del fraude, Dadi estimó que con estas medidas pueden reducirlo en un 70 o 80 por ciento aunque su horizonte es acabar con el bulto de las consignas irregulares que, denunció, ejercen una competencia desleal.
La implantación de un ‘peaje’ a la mercancía facilitará la financiación de la seguridad privada. La mecánica consistiría en la entrada del cliente, que cogería la mercancía, saldría y, al llegar al paso, pagaría una tasa de “uno o dos euros”, como la resumió el presidente de la Fase II. La empresa a la que han encargado el proyecto tiene implantación “nacional”, está “libre de deudas”, carece de “vinculaciones políticas” y, sobre todo, se ha comprometido “a contratar a personas de Ceuta”.
Las fases I y II respondieron 'sí' al plan de seguridad exigido por la Delegación del Gobierno, sin embargo, es un asentimiento “con condiciones”. ¿Cuáles? “La apertura de la Puerta Norte porque, si la Administración General del Estado no la abre, no habrá seguridad en nuestros polígonos”, advirtió Dadi. En la reunión que los presidentes de los propietarios mantuvieron con Nicolás Fernández Cucurull, el delegado se comprometió a cumplir con este asunto que los comerciantes consideran “innegociable”. Esta es la “base” de todo el proceso iniciado por las fases I y II ya que sus empresarios “buscan clientes” que adquieran sus artículos, “no porteadores”.
El plan de seguridad, abierto a La Chimenea y Alborán
Los polígonos de La Chimenea y Alborán tienen oportunidad de sumarse al plan de seguridad que desarrollan las fases I y II con una empresa de seguridad privada, de modo que serían partícipes de la organización proyectada, hasta el momento, por solo dos de los cuatro polígonos del Tarajal. El 50 por ciento de los empresarios que rehúsan formar parte del proyecto ya manifestaron su negativa con anterioridad. Empresarios y Delegación del Gobierno acordaron a finales de julio la entrega del plan de seguridad en septiembre. Un instrumento que incluye, entre otros aspectos, el número de vigilantes necesarios, por dónde circularán los porteadores o los protocolos en caso de emergencia por si ocurriese una desgracia, algo que nadie desea. Las fases I y II están decididas a cumplir con los plazos marcados por la institución de la plaza de los Reyes, organismo al cual entregarán este ordenamiento del porteo en sus instalaciones. La Administración General del Estado remitirá este proyecto a la Policía Nacional, que se encargará de su aprobación definitiva y firma para que comience a funcionar, o bien, proponga las mejoras a acometer en el mismo. Las fases I y II confían en el trabajo de la empresa con la que han contactado.