La Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) de Ceuta ha solicitado una reunión a la directora provincial del Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP), Yolanda Rodríguez, para trasladarle la necesidad de abrir un aula para estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA) en cada colegio y en todos los institutos de la ciudad.
Actualmente solo los CEIP Maestro José Acosta, Lope de Vega, Ortega y Gasset, Maestro Juan Morejón y Federico García Lorca cuentan con ese recurso como asociado al centro, lo que genera “una escolarización insuficiente y discriminatoria”, según la entidad que preside Mohamed Ali, que estima que la administración debe “garantizar los mismos derechos a todos los estudiantes, que actualmente solamente tienen acceso a esas aulas si consiguen entrar en esos centros”.
Tal y como ha expuesto por escrito la FAMPA a Rodríguez, desde hace dos años viene mostrando su “malestar” por “las numerosas carencias y deficiencias que afectan a la gestión de la denominada Educación Especial”.
Desde el punto de vista de los de Ali, “el incremento de este segmento de la población escolar no ha venido acompañado de un aumento de recursos disponibles para esta finalidad como hubiera sido razonable”.
“El incremento de alumnado con necesidades no ha ido acompañado de más recursos”
“Este hecho, unido a la obligación de cumplir con las normas que establecen la aplicación del principio de inclusión, no sólo ha terminado mermando considerablemente la calidad de la enseñanza impartida, sino que, además, ha provocado un ambiente de crispación generalizado en los centros que en nada ayuda”, alerta el presidente de la FAMPA, que teme que “este asunto, lejos de entrar en vías de solución, parece que se va a ver agravado para el próximo curso”.
La FAMPA quiere saber si con vistas al próximo año académico se prevé abrir nuevas aulas TEA, así como “bajo qué criterios y condiciones se va a escolarizar al alumnado en estas y en las específicas existentes en los CEIP Mare Nostrum, Santa Amelia y Andrés Manjón y en los IES Siete Colinas y Puertas del Campo”.
“Queremos saber si se ha solucionado o se va a resolver el déficit de plantilla de cuidadores y asistentes educativos, si se va a incrementar la dotación del transporte escolar y si el MEFP se ha planteado contar con los suficientes maestros de atención permanente e individualizada, los conocidos como ‘maestros sombra’, para atender correctamente los casos más complicados”, ha resumido Ali.
Recursos especializados
Según el propio MEFP, la enseñanza dirigida al alumnado con trastorno de espectro autista “requiere unos recursos y apoyos muy especializados, siendo necesario el trabajo de profesionales de diferentes ámbitos y el empleo de elementos metodológicos y didácticos muy específicos”.
Las singulares dificultades que estos estudiantes tienen para el aprendizaje, la comprensión del mundo, así como para la comunicación y las relaciones sociales hacen necesaria la creación de espacios de trabajo “altamente estructurados y la utilización de recursos específicos para la comunicación”.
“Actualmente las aulas TEA se consideran asociadas a cada centro y no directamente dependientes de la Dirección Provincial, como las abiertas especializadas, en las que se escolariza a los estudiantes según sus necesidades, por lo que se está generando una discriminación hacia los alumnos que están en centros sin ese recurso a pesar de que el ministerio considera que no haría falta ampliar el cupo docente para disponer de una en cada colegio, así como en los institutos, otro compromiso incumplido”, ha señalado Ali.
La FAMPA quiere saber con qué criterios se va a escolarizar en las aulas TEA y específicas
La FAMPA también quiere urgir a la Dirección Provincial a acelerar la construcción de un nuevo Centro de Educación Especial que cubra la “saturación” del CEE San Antonio, “un centro en el que cada grupo no debería contar con más de seis alumnos, pero cuya ratio estará el próximo curso hasta un 30% por encima de esa cifra”.
A juicio del presidente de la FAMPA el MEFP “parece seguir pecando del mismo defecto de falta de planificación a medio y largo plazo del que adolece desde hace años pese a las reivindicaciones que la Plataforma en Defensa de la Educación Especial viene planteando para como mínimo garantizar a todo el alumnado las mismas oportunidades”.
Según los datos del Ministerio de Educación el curso pasado había en las aulas de Ceuta 815 estudiantes con necesidades educativas especiales integrados.
Un total de 177 eran niños y niñas con trastornos del espectro del autismo, 501 con algún tipo de discapacidad intelectual, 35 con alguna motora, 28 auditiva, 25 de conducta y 30 con pluridiscapacidad.
El último informe conocido de la Inspección Educativa apuntó que la ratio de estudiantes con necesidades especiales atendidos por cada especialista en PT o AL en los centros públicos de la ciudad ha pasado en cuatro cursos de 7,1 a 5,3 gracias tanto al incremento del número de los primeros (han pasado de 117 en el año escolar 2018-2019 a 146 el pasado) como a la reducción de la cifra de los primeros, que ha caído de 834 a 779.
En los concertados el alumnado con ese perfil ha pasado, sin embargo, de 75 a 110 y el volumen de especialistas disponible, de 8 a 12,5, con lo que su ratio ha evolucionado de 9,3 a 8,8.
En el CEE San Antonio han pasado de 33,5 a 38 los PT y AL existentes, mientras que el alumnado ha caído de 140 a 126 estudiantes (la ratio se ha reducido de 4,1 a 3,3).
Los tres centros con una sola línea de la ciudad disponen de un especialista en Pedagogía Terapéutica (PT) y otro en Audición y Lenguaje (AL), así como de tres maestros de apoyo, “uno más de lo establecido en la Ley”. En los nueve de dos líneas también “se cumple la normativa”, con entre cuatro y dos docentes de PT y de uno a dos, según el caso, de AL, en función de su número de unidades, de alumnado con necesidades o de su afectación.
En todos existen, además, cinco maestros de apoyo, también “uno por encima” de lo estipulado en la legislación si se descuenta a los que cubren el horario del equipo directivo.