El autor del brutal atraco a un taxista en la noche del pasado domingo en Ceuta sigue en calidad de detenido sin que haya podido declarar ante el juez para que se resuelva su situación judicial, toda vez que se requirió su ingreso en el hospital cuando iba a procederse a su traslado al Palacio de Justicia.
Fuentes policiales confirman que se ha prorrogado su arresto mientras continúa ingresado en el clínico de Loma Colmenar bajo custodia policial.
En el otro lado de esta historia, que causó indignación en todo el gremio del taxi por la forma de proceder del detenido agrediendo de esta manera a uno de los más veteranos del sector, está la familia de Haddu Amar Layachi, responsable de la licencia número 40.
Su hija Ikram explica los sufrimientos por los que está pasando su progenitor, con la mandíbula fracturada, múltiples contusiones, una mano sin poder moverla, la barbilla cosida y tomando analgésicos continuamente “porque no puede pegar ojo con los dolores”.
Se encuentra esperando la evacuación que habían confirmado el mismo lunes y que incongruentemente se paralizó. “Está a la espera que lo trasladan urgente a Cádiz… toda una vida trabajando y pagando impuestos para esto”, lamenta indignada por el bloqueo de esta situación.
Para la familia Amar está siendo muy duro todo lo que están pasando, ver al padre dolorido, con una vida que ha dado un giro radical por culpa de este suceso y esperando una intervención médica que no llega.
No pueden evitar la indignación por lo realizado por el detenido. “Ahora está en una cama del hospital” pero “pudo matar a mi padre”, cuenta Ikram. La familia reclama justicia ante lo sucedido.
“Que a mi padre lo manden así a casa y que a él lo pongan entre paños de oro…”, lamenta indignada.
Este jueves el especialista chequeó el estado de Haddu Amar volviendo a derivar su evacuación urgente a Cádiz, la familia solo está esperando que le llamen para poder marchar, como ya tenían pensado hacerlo el mismo lunes.
El profesional del sector resultó gravemente herido después de que el detenido le tendiera una emboscada ya que, tras subirse como cliente al servicio público, le indicó que lo llevara a distintos puntos de la ciudad hasta que en las inmediaciones de Cría Caballar perpetró el atraco, llegando a empujarle por un terraplén.
El detenido, tras haber realizado varios trayectos y al finalizar los mismos, quiso realizar el pago utilizando varias tarjetas que fueron rechazadas. Terminó golpeándole, amenazándole con usar una pistola que decía portar y empujándole por un terraplén.
Precisamente esas tarjetas de crédito con las que el atracador quiso pagar son del vecino que ayudó al taxista, que intervino al escuchar los gritos, y es que previamente a este suceso el detenido había accedido a su propiedad privada y se las había robado con más pertenencias.
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