La familia de un marroquí de Castillejos, de 16 años y vecino del barrio de Raslota, pide auxilio para poder localizarlo. Su último rastro se pierde hace tan solo unos días cuando cruzó a nado a Ceuta, vistiendo un traje de neopreno corto. No saben nada de él desde entonces y temen lo peor. Es el único hijo de la familia y su madre está desesperada, por lo que cualquier pista sobre este joven se convierte en una esperanza para todos ellos. El desaparecido se llama Hamed Rigregui y se pide que cualquiera que pueda tener un dato sobre su paradero lo haga saber.
El trayecto se pierde hace menos de una semana, cuando comunicó a la familia que iba a cruzar a nado a Ceuta, como hacen otros tantos marroquíes. Porque las entradas en goteo no cesan, bordeando los espigones del Tarajal –como fue este caso- o de Benzú. Es lo que intentan adultos y menores, porque su único deseo es dejar atrás Marruecos pensando que una vez están en España pueden tener más oportunidades. En los últimos días ha habido varias intervenciones que se han saldado con el rescate de magrebíes que cruzaban a nado en trajes de neopreno y usando cualquier prenda de manera rudimentaria o incluso manguitos de niño para simular unas aletas.
En Marruecos la situación es crítica. El cierre de la frontera ha dejado a miles de familias sin sustento, sin alimento y sin posibilidad de mantenerse. Por eso intentan escapar bien cruzando el Estrecho en embarcaciones o bien a nado, bordeando los espigones.
La familia de Hamed está desesperada porque no ha recibido llamada, porque no sabe qué ha pasado con él: si finalmente consiguió cruzar o no. Eso es lo peor, no saber nada, no saber el paradero de los que escapan buscando otro futuro.
Estos van buscando indemnización. Saben que aquí, no somos más primos porque no entrenamos y tratan de sacar tajada como sea, culpando a la ciudad de su desaparición; tiempo al tiempo