José Antonio Sánchez tenía 63 años y acumulaba un largo y tortuoso historial médico (ictus, lupus o demencia, entre otras enfermedades) cuando falleció en la cama de su casa de Ceuta, el pasado martes 23 de enero, a las tres de la mañana, de lo que parecía ser “un infarto”. La cuestión está en que sus hijas lo habían llevado a urgencias a las siete de la tarde del lunes, siendo atendidas durante siete minutos pasadas las once.
María Sánchez, uno de sus siete vástagos, relata, valiéndose de la numerosa documentación que recopiló en el hospital, esa fatídica jornada, que terminó en una queja por la atención recibida.
“Mi padre empezó hace cuatro años con problemas de salud, especialmente con problemas neurológicos. El diagnóstico del ictus y la demencia llegó hace año y medio, cuando fue al neurólogo”, inicia la historia su hija.
El lunes 23 de enero Sánchez, encontrándose “con un fuerte dolor en el pecho, en los brazos y con sudores fríos” pulsó el botón del servicio de teleasistencia que tiene en su domicilio, donde vive con tres de sus siete descendientes directos.
“Mi hermano pensó que había sido un error y colgó la llamada, pero empezó a escribirme al poco diciéndome que estaba mal”, recuerda María Sánchez.
"Grité pidiendo una ambulancia"
Las llamadas repetidas por el botón de la teleasistencia no eran respondidas. Viendo que el estado de su padre no mejoraba, acudió rápidamente al domicilio, pensando en llevarlo al hospital. “No se movía, era imposible. Toqué el botón de la teleasistencia y por fin contestaron. Grité pidiendo una ambulancia”, explica.
Al llegar al hospital, el hombre pasó a triaje, donde le tomaron la tensión y le pusieron la pulsera de las alergias. Sin embargo, “lo volvieron a sacar a la sala de espera, mientras el malestar empeoraba”.
Allí, en una silla de ruedas esperó desde las 19.00 horas a pasadas las 23.30, según reflejan los documentos hospitalarios que porta María Sánchez. “Entró, le dieron un algidol, considerando que con eso se le aliviaría el dolor de pecho y el malestar general”, subraya la hija del fallecido.
Fue rápido, siete minutos de consulta y luego de vuelta a casa, a su cama. Allí permaneció sin sentir mejoría, hasta que pasadas las tres de la madrugada empezó a vomitar. “Me escribió mi hermano diciéndomelo y le pedí que volviera a dar al botón de teleasistencia pidiendo ambulancia”.
No contestaban y el siguiente mensaje que recibió la hija en su móvil fue definitivo. “No respira”. José Antonio Sánchez falleció así, a los 63 años, después de pasar por el hospital horas antes y tomarse un algidol en casa. Aunque no se le hizo autopsia, sus familiares entienden que “fue un infarto”, algo que encaja “con los síntomas y el historial”.
Más atención para los pacientes de edad avanzada
Desconsolada, a la familia le queda la denuncia. Interpusieron una queja en el hospital que reza literalmente lo siguiente: “Reclamamos (porque ya nada nos lo va a devolver), que se dé más atención a pacientes como mi padre y en edad más avanzada de la que tenía y con diversas patologías. Pedimos que se les realicen más pruebas para que así puedan mejorar y pillar a tiempo posibles enfermedades y tenerlos en observación si así se requiere”.
“Estamos con una gran resignación, ya que mi padre estuvo cuatro horas en la sala de espera hasta la llamada de la médica y no se hizo lo preciso, como un electrocardiograma y tenerlo bajo observación, ante un estado crítico, porque tan solo le miro la garganta y lo que le hicieron en triaje”.
“Firmando así y dando por concluida mi queja, con enorme resignación como hijas”.
Preguntado por este periódico, el Ingesa no hizo ninguna precisión al respecto de este caso.
El hospital está fatal. Poco personal en urgencias. Mi familiar estuvo 5 horas para los resultados de una analítica. Solo había una enfermera para todos los boxes. El trato mal. Mucho pasotismo por parte de los médicos. Hay que pagar e irse a lo privado pues sino mueres. Y los médicos nefastos por completo, todo muy lento y desesperante. Y ya en protocolo de dejar al paciente enfermo solo pues tiene que bajar el que está en la habitación para subir otro familiar...eso ya ni mencionarlo. Más humildad y menos mala leche por diosss.....los vigilantes de abajo muy malos todos/as. Si estáis cansados al paro a descansar........
¿Más tiempo? ¿Quejas? Que ha muerto una persona por muy mal que estuviera, yo pediría el ingreso inmediato en prisión de cuánta más gente mejor, y una indemnización al estilo americano, así la próxima vez que una persona llegue a Urgencias se le atenderá como se le debe atender "en la mejor sanidad de Europa", que con lo que pagamos de impuestos da para tener un médico de guardia 24 horas en cada bloque de viviendas de la ciudad y una clínica en condiciones en cada barrio, para tener los barrios aseados, que el centro está muy bonito pero en el extraradio nos comen los mosquitos, las ratas, las cucarachas y las pulgas, y luego te vas a esos mismos médicos y te dicen que la alergia, la bronquitis o la neumonía que te acaba de coger el niño por la cara es por culpa del tabaco del vecino te das cuenta de que quejarte no sirve de nada y esperar menos. No entiendo esa estúpida manía de la sociedad de poner firme a todo el mundo y sin embargo pasarle cualquier burrada a un médico o a un sanitario, y seguiría sobrando dinero.