“De las 58 viviendas que hay en la barriada, la mayoría están o sin agua o con casi nada de presión en la corriente. Estamos sin una gota de agua y llevamos así dos años por lo menos... bastante tiempo, pero sobre todo desde este verano que cambiaron el plan de agua de la empresa y ha ido a peor. Algunos vecinos que viven más abajo tienen solo gotitas de agua, pero esto no es normal que tengamos que estar llenando baldes y garrafas”, cuenta la presidenta de uno de los bloques de Bermudo Soriano y vicepresidenta de esta barriada de Ceuta, Naima Mohamed Ahmed.
Son muchos meses ya sin agua, un recurso fundamental y más en momentos de pandemia mundial, donde se bombardea a todas horas a los ciudadanos con mantener la higiene de manos. Muchos de estos vecinos, para poder abastecerse de agua en sus viviendas, o compran embotellada o acceden a una grifo que hay en la comunidad y la cogen de ahí, “pero hay vecinos a los que esto les molesta”, comenta.
Naima Mohamed, por ejemplo, al estar su vivienda en la parte baja del edificio sí cuenta con abastecimiento de agua y ayuda a una de sus vecinas de los pisos de arriba. “Lo más gordo es que hay una familia confinada por un positivo y esa casa tiene el agua totalmente cortada. Estamos yendo los vecinos todos los días a llevarles unas siete garrafas de agua y las dejamos en la puerta, pero a esta familia tienen que darle una solución porque también tenemos miedo de contagiarnos”, continúa Mohamed.
A medida que crece el número de contagios del COVID-19 en la ciudad, el acceso a servicios básicos puede ser crucial para salvar la vida de decenas de personas. Así, critica que ni el Gobierno, ni la Ciudad se han preocupado por solucionar esta situación. "Se han olvidado. Para ellos somos un cero a la izquierda", dice.
Al problema del agua, se suma que esta familia está confinada y tienen que autoabastecerse sin salir de casa.
Por ello, la presidenta del bloque y vicepresidenta de la barriada se reunirá este jueves con el gerente de Acemsa “para ver si nos dan alguna solución porque otras veces les hemos informado pero desde la empresa nos responden que no tienen tiempo y que ya nos llamaran. Nos dan largas y largas”, continuaba Naima Mohamed. El agua, imprescindible en una vivienda tanto para el aseo personal como para hacer de comer, limpiar el hogar o, simplemente, hidratarse, y a la que estos ceutíes no tienen acceso. Estos vecinos solo están pidiendo un servicio por el que pagan y al que, en algunas viviendas, no tienen acceso. Una situación aún más difícil para una familia confinada que no puede salir a la calle tampoco para comprarla o pedirla a los vecinos que sí tienen. “Parece mentira en pleno siglo XXI”, concluye.