En pleno siglo XXI,en la época de los supuestos avances tecnológicos en
justicia, todavía caben situaciones tercermundistas capaces de echar por tierra el trabajo de todos aquellos que buscan aplicar la máxima deseada: tener un sistema judicial ágil. La magistrada del
Juzgado de lo Penal número 2 tuvo que suspender ayer las dos vistas señaladas en pleno estado de alarma, al ser causas con preso, por problemas técnicos. Estaba la magistrada, la representante del Ministerio Fiscal, los abogados, los intérpretes, los funcionarios -que habían preparado las dos vistas con tiempo suficiente- y los dos presos preventivos -ambos por acciones contra las fuerzas de seguridad cometidas en este periodo de obligado confinamiento-. El resultado fue el que nadie desea: las dos vistas fueron suspendidas, señalándose para el mes de junio.
Todas las promesas del Ministerio de Justicia, que publicita a través de los medios de comunicación para evitar el colapso derivado del
COVID-19, se desmoronan a pie de juzgado cuando los medios no acompañan y los problemas técnicos conducen a no poder sacar adelante el trabajo aunque la voluntad lo intente. Las medidas que iba a implementar el Ministerio para que la administración de justicia “pueda sacar cabeza” se pierden en mitad del Estrecho. En Ceuta no hay medios y no se pueden celebrar juicios orales porque no se realiza la sala virtual con la prisión, lo que permitiría conectar con un preso para que declare por videoconferencia desde la cárcel y a su vez hacer lo mismo con los testigos citados cuyas manifestaciones pueden ser seguidas por el acusado, cumpliéndose así con todas las garantías procesales y sin tener que forzar desplazamientos físicos a la sala judicial buscando de esta manera aminorar los contagios y proteger la salud de todos. Lo que es normal en cualquier otro juzgado de España desde el estado de alarma, en Ceuta no existe y lo peor es que los responsables no intervienen con la celeridad debida para solucionar esta situación que lleva al extremo de bloquear el trabajo judicial.
Si hay que abogar por evitar traslados de presos de manera física para que no haya riesgos entre los funcionarios policiales, los judiciales y el propio recluso, la falta de medios materiales suficientes provoca todo lo contrario. Es en momentos como los que se están viviendo cuando la vía telemática resulta imprescindible y por ello es clave la creación de salas virtuales de videoconferencias, que supone algo así como favorecer la reunión virtual de todos cumpliéndose con las garantías procesales, evitando contagios y quedando todo grabado y registrado pero sin acusados ni testigos presentes.
Los magistrados, fiscales, abogados y la hilera de funcionarios que hacen posible que se active la maquinaria judicial chocan, en Ceuta, con una carencia brutal de medios y con continuos problemas técnicos que provocan situaciones como la vivida ayer: una nueva suspensión de juicios por no haber medios para realizar la sala virtual con presos y testigos lo que obligará al desplazamiento físico de todos ellos y el incremento de los riesgos.
Precisamente ayer el TSJA consideraba necesario habilitar más salas de vistas para celebrar juicios y pedía una mejora de los sistemas telemáticos.