Hoy hace una semana del
intento de estrangulamiento perpetrado por un argelino residente en el
CETI contra una enfermera. El protagonista de estos hechos fue expulsado del centro y sobre él pesa una orden de alejamiento respecto de la víctima que debe cumplir. Lo ocurrido ha dejado en evidencia la seguridad en el centro de acogida y la protección de sus trabajadores. Esta misma semana la FeSP-UGT giró visita a las instalaciones para conocer de primera mano lo ocurrido, concluyendo que se produjo “un fallo importante en la seguridad” que llevará a la presentación de la oportuna reclamación desde los enlaces sindicales en Madrid ante el Ministerio. Miguel Sánchez, de FeSP-
UGT Ceuta, ha explicado en declaraciones a este periódico que el protocolo “no funcionó” y que tampoco los medios de seguridad orientados a proteger a los trabajadores, tal es el caso del “botón de emergencia” ubicado en el despacho en donde se produjo el ataque (el módulo sanitario) que “no funciona”. Los fines de semana y festivos los enfermeros “están solos”, “no hay nadie de vigilancia con ellos o fuera” de las instalaciones. “¿Cómo se puede dejar solo a un trabajador?”, se cuestiona Sánchez, que ha detallado todas estas deficiencias al sindicato para sustentar esa reclamación ante Inmigración. A nivel local, desde el mismo momento en que UGT tuvo conocimiento de lo sucedido se pidió, a través de los delegados de prevención, una reunión del Comité de Seguridad y Salud con presencia del director del CETI, del delegado en salud laboral de Eulen, empresa de la que depende el servicio sociosanitario que se dispensa en el centro de estancia temporal del Jaral, y de la Delegación del Gobierno para abordar lo acontecido.