El docente y emprendedor de Ceuta Raju Shivdasani ha fallecido este domingo en la localidad malagueña de Estepona, adonde se había desplazado para recoger a su hermana procedente de Canarias, víctima de un infarto. Casado y con dos hijos adolescentes, su pérdida ha dejado “muy afectada y apenada” a la Comunidad Hindú de la ciudad, con la que estaba “muy implicado”, y al resto de los caballas, ciudad en la que son innumerables las personas que le conocían y apreciaban, tanto por su faceta humana como por la profesional, formando a cientos de caballas, sobre todo en el aprendizaje de inglés. Diplomado en Magisterio por
la Universidad de Granada (UGR), Shivdasani ha fallecido con alrededor de 50 años de edad. Era docente del
Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) en la ciudad que le vio nacer, donde también ejercía como director de la Academia Kids College. También era examinador de español como lengua extranjera del Instituto Cervantes y de inglés para el Instituto Carmbridge, así como miembro fundador de la Asociación de Emprendedores de Ceuta (ASECE). El presidente de
la Comunidad Hindú de Ceuta, Ramesh Chandiramani, ha lamentado profundamente en declaraciones a este periódico su pérdida. “Se trataba de una persona muy emprendedora y querida que estaba muy implicada con la Comunidad y con el resto de la ciudad, por lo que su fallecimiento nos ha dejado en shock a todos”, ha señalado el también empresario, que se ha referido a Shivdasani como “un magnífico emprendedor que había cosechado multitud de merecidos reconocimientos por su trabajo”. Padre de una hija cerca de la mayoría de edad y de un niño más pequeño, Raju Shivdasani desarrolló un proyecto innovador denominado ‘Smart Pen’ que fue distinguido por la Federación Española de Centros de Enseñanza de Idiomas (FECEI) por su contribución a la introducción de las nuevas tecnologías para el aprendizaje de otras lenguas. “Trabajador y buena gente”, colegas, amigos y empleados le han descrito como “una persona magnífica y muy trabajadora a la que le encantaba enseñar”. “Imposible olvidar su calidad humana, su implicación con sus alumnos y el trato amable con esa inmensa sonrisa perenne con la que siempre te recibía”, le ha recordado una compañera.