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El pianista ceutí Eduardo Hernández ofreció ayer en el Revellín su particular homenaje al compositor español más internacional, Manuel de Falla, con el concierto ‘Manuel de Falla 70&140’, a través de un formato renovador que cautivó a la audiencia
La cita con uno de los pianistas locales más destacados, se está convirtiendo en una verdadera adicción para muchos aficionados al arte musical del piano. Porque no sólo se supone, con poco riesgo de error, que el concierto iba a ser de los buenos, sino que también sorprendería. Eduardo Hernández asombró a la audiencia del Revellín, no sólo por su particular homenaje a Falla, sino porque desnudó las obras de arriba abajo, dejando al descubierto cosas que estaban ahí y que lecturas como las suyas sacan a la luz. Los que ya le conocían sabían que les iba a conmover con esa profunda coherencia que tienen sus interpretaciones: hasta el más mínimo detalle parece estar conectado con la arquitectura estructural de cada obra.
Con serenidad y auténtica planta el pianista caballa se plantó ante una escasa audiencia, que esperaba disfrutar del espectáculo que se sucedió durante una hora y media, pues sin defraudar a los espectadores Hernández ofreció la plenitud de sus sensibilidad rindiendo su especial homenaje al compositor español más internacional, Manuel de Falla, en una función donde fue increíble presenciar la naturalidad y elegancia de este pianista que sorprendió con su enorme fuerza interpretativa.
La representación, dividida en tres partes, hizo un recorrido por la etapa de Falla desde sus comienzos, haciendo Hernández una pausa en cada bloque donde introducía al espectador en la fase musical que iba a interpretar, explicando las principales características de esa etapa y las fundamentaciones musicales de las piezas que la conformaba. El ceutí consiguió hipnotizar a través de las principales piezas de piano del maestro Falla haciendo gala de la gran trayectoria que le ampara.