Tras cada tormenta debe venir por necesidad y por exigencias de guion, la calma, hay que tirar para adelante y todo eso que se comenta, especialmente en estos tiempos difíciles, de que la vida continúa. Esa máxima de supervivencia lleva aplicando a rajatabla Disney desde siempre, y si ya eran los amos del cotarro, con la pandemia han sido, de los primeros en reaccionar y seguramente, vía plataforma en streaming recién estrenada, los que mejor lo han hecho. Nada de lo que no nos tengan más que acostumbrados ya en la “Fábrica de los sueños” por un nada módico precio…
Ejemplo de ese espíritu de supervivencia empresarial y de la sensación de que todo está más que planificado y enlazado a la vez es el cómo empieza el entramado superheróico comienza a ver una nueva etapa tras la bomba colocada en las dos últimas entregas de Los Vengadores, en las que un apocalipsis catártico con el aspecto de Thanos hizo saltar por los aires el orden de todo, con numerosas bajas de guerra importantes incluidas en el pack. El “día 1”, la calma tras la tormenta antes mencionada que ha ideado la legión de pensadores de la compañía, se ubica subiendo a la ola de la nueva forma de ver contenido audiovisual, veremos si provisionalmente o no, que no es otra que en las pantallas domésticas. Y para eso compró Dios Disney +, precisamente para que a los seguidores cronológicos de los acontecimientos de Marvel les brote un nuevo manantial en sus propias casas. El punto y aparte de Vengadores: endgame tiene su continuidad con sendas historias en formato de serie ubicadas justo tras los acontecimientos de la última película.
La primera de las series en aparecer fue Bruja Escarlata y Visión, Wandavision en inglés, nombre mucho más atinado, una historia de “amor con locura” bastante personal y harto arriesgada con capítulos de algo más de media hora, y estética original cada uno de ellos homenajeando a la televisión de cada década del siglo pasado, empezando por el blanco y negro y las risas enlatadas de los 50. Tan arriesgado es someter al espectador a una serie de estética más que vetusta que si no eres muy fan, lo normal con la cantidad de títulos disponibles y sin haber pagado una entrada es que el grueso del respetable no le da continuidad y se pase a otra cosa. Pero si se le da una oportunidad, a partir del tercer capítulo todo va encajando y acabará poniendo el nivel mucho más arriba de lo que parecía al principio.
Un tono totalmente distinto y más convencional, con la estética de cinta de acción con superhéroes y presupuesto más de megaproyecto de cine que de serie de televisión, es Falcon y el Soldado de Invierno, que sigue los pasos de los dos populares personajes que se nos presentaron en las cintas con historias entrelazadas de Capitán América y Los Vengadores. La serie ya está disponible, con capítulos de entrega semanal de algo más de 50 minutos y un despliegue pirotécnico muy superior al acostumbrado en televisión o sucedáneo.
Ambas propuestas cuentan con el reparto original de las películas, como debe ser, y son sólo la punta de un enorme iceberg que está por desembarcar en el canal propio de Disney. El espectáculo debe continuar. Show must go on. Adaptarse o morir. Frotémonos las manos…
