Cerrar el pabellón de La Libertad este viernes es el objetivo perseguido para recuperar una instalación deportiva que lleva más de dos meses funcionando como albergue de inmigrantes. Cerrarlo porque entre otras cosas ya no se puede mantener, en plena Fase 2, a decenas de personas en una instalación de esta índole si no se ha iniciado un procedimiento que pueda derivar en su traslado y permanencia en otro lugar.
El pasado martes la
Policía llevó a cabo una
operación para interceptar a un grupo de inmigrantes abriéndose un expediente de devolución a
Marruecos, imposible de ejecutar en pleno estado de alarma y con una frontera cerrada. Ese procedimiento es el que se va a seguir con el resto de marroquíes, alrededor de cien, a los que se les tramitará este tipo de expediente en presencia de abogado e intérprete, procediendo a realizar continuos traslados a la Jefatura para cumplir con los trámites. El fin es que este viernes pueda echarse la llave al pabellón, recuperarlo como instalación deportiva y reformarlo, mientras que estos inmigrantes están en otro lugar que presumiblemente será, para todos ellos, el CETI.
Traslados de menores
La Policía Nacional es la encargada de estos trámites que no han cesado mientras que las listas de repatriación siguen bloqueadas. Si el objetivo que se persigue es vaciar ‘La Libertad’, el mismo fin se extrapola para el polideportivo Santa Amelia, habitado por menores no tutelados. De forma gradual y organizado por Cruz Roja, el objetivo es vaciar esa instalación trasladando a los menores al campamento levantado en la carretera del Serrallo, frente a Piniers. Todos estarán bajo control del Área de Menores y tendrán que seguir el mismo procedimiento de trabajo que cumplen otros menores que fueron trasladados de ‘La Esperanza’ ante el hacinamiento de sus instalaciones, ocupadas por más de 400 internos.