La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, ha asegurado al eurodiputado español Jordi Cañas que el órgano ejecutivo de las instituciones comunitarias “sigue observando de cerca” la situación en Ceuta tras la crisis desatada por
Marruecos a mediados de mayo, cuando instigó o cuando menos consintió la entrada en Ceuta de unos 12.000 inmigrantes irregulares menores y adultos.
“La Comisión ha dejado claro que la frontera de Ceuta es una
frontera europea y que la
UE se solidariza con España”, ha reiterado la política sueca en su respuesta a una pregunta por escrito del europarlamentario catalán de Ciudadanos, al que ha añadido que “las autoridades marroquíes han confirmado su compromiso de controlar la situación y readmitir a los menores marroquíes en situación irregular en la UE”. “La Comisión acoge con satisfacción sus compromisos, al tiempo que sigue observando de cerca la situación”, ha completado.
Johansson ha aprovechado para reseñar que “Marruecos ratificó la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño de 1989” y que “si bien la Comisión no puede supervisar o sancionar posibles incumplimientos por parte de Marruecos de sus obligaciones en virtud del Convenio,
el respeto de los derechos fundamentales es un componente esencial de las relaciones bilaterales y los intercambios regulares con Marruecos, como se refleja en la Declaración UE-Marruecos de 27 de junio de 20191”.
Tal y como ya hizo la semana pasada
en sus contestaciones a otros eurodiputados españoles recogidas por este periódico, Johansson ha advertido a Cañas que “Marruecos es un socio importante para la UE, también en el ámbito de la migración” y que “el compromiso con todas las cuestiones relacionadas con la migración se ha centrado continuamente en los debates bilaterales de los últimos meses, en particular cuando los comisarios de Asuntos de Interior y de Vecindad y Ampliación visitaron Marruecos en diciembre de 2020 y durante los recientes contactos de alto nivel en relación con los acontecimientos de Ceuta”.
Para la Comisión europea “la rendición de cuentas de los proyectos de la UE sigue siendo extremadamente elevada” y a tal efecto ha establecido, según Johansson, “un sistema de supervisión interna y externa regular para garantizar los resultados y una ejecución eficiente y eficaz de los fondos de la UE, incluido el respeto de los derechos humanos con arreglo a las normas internacionales”.