En pleno debate sobre qué hacer con la sanidad que el Gobierno de España sigue gestionando en los territorios de Ceuta y Melilla, continúan produciéndose quejas de usuarios de lo público por las esperas para obtener una cita del especialista.
Se esté a favor o no de que las competencias sanitarias sean asumidas por los gobiernos locales, por ejemplo en el caso de Ceuta siempre se ha sido claro en que no, lo que no debe permitirse es que un paciente espere meses y meses para una intervención y que, llegado el momento, se le comunique más retrasos.
En los medios de comunicación se publican casos que, lejos de ser algo aislado, resulta más común de lo que pudiera ser aceptado.
No es solo por los retrasos en dar una cita sino, también, por la suspensión de revisiones como ha ocurrido en áreas tan sensibles como Oncología.
Melilla ha pedido recuperar las competencias. La clave no está ahí, ese no es precisamente el debate que se tiene que tener. La clave radica, sencillamente, en que ambos territorios gestionados por Madrid deben tener el suficiente músculo y abundantes recursos para no tener que sufrir situaciones nada acordes con el trato que se merecen los pacientes.
Siete meses para una cita, suspensiones inesperadas, revisiones suspendidas… todo esto conforma una lectura impropia de lo que debe ser nuestra sanidad.