Acertadamente se propone en el editorial del FARO del lunes pasado, que es hora de hacer balance y reflexionar sobre nuestra semana santa (procesional). Ciertamente hay asuntos que no terminan de solucionarse, ya que aparecen una y otra vez como negros nubarrones sobre nuestro horizonte cofrade; lo que nos hace pensar en un futuro complicado para las hermandades, tal y como hoy las conocemos: en número y devociones
Siendo pues de obligado cumplimiento la reflexión y búsqueda de soluciones a nuestras carencias cuanto antes, creo que ahora lo que procede es agradecer públicamente -y en privado- la colaboración que nos prestan:
Los cuerpos policiales, con sus trabajos de seguridad, prevención de posibles conflictos, apoyo al tráfico, retirada de obstáculos, control de público, acompañamiento, etc. Nadie está a salvo de incidentes, ya lo hemos podido observar en otros lugares.
Los medios de comunicación, cubriendo con sus páginas o programas la información y el entretenimiento que muchos demandan, lo que representa sin duda un gran esfuerzo.
Nuestras autoridades, manifestada tanto a través de la asistencia a los diferentes actos que se convocan, como por su presencia diaria (incluso en la madrugada) en el siempre “incomodo” palco.
Por último, nuestros conciudadanos, apoyando a las hermandades, o al menos siempre respetuosos, cuando estas salen a las calles.
Sin duda, es importante poner de relieve estas cuestiones, reconociendo lo que cada uno aporta por mantener nuestras tradiciones y esta religiosidad que, aunque popular, sólo busca el bien de todos.
¡Feliz Pascua de Resurrección!