Estamos en una época del año en la que las vacaciones de verano se hacen con la mente de la gente y poco es el número de los que, por una u otra razón, no piensan en ellas y las disfrutan de una u otra manera; hay para todos los gustos y no es raro encontrar quienes las aprovechan para trabajar más. Hay quienes por dificultades de algún tipo no se mueven de su lugar de residencia y aprovechan todo el tiempo que pueden para pensar con más serenidad en todo aquello que es de su interés y en aquello otro que suele venir a la mente casi sin esperarlo.
El ser humano, al igual que le ocurre a las ramas de los árboles recibe el aire de la vida de allí donde sopla; a veces es un aire ligero, algo más que una brisa, pero otras veces es casi un temporal.
En estos casos suelen llegar las ideas en tropel y hasta mezcladas unas con otras, como si pelearan por hacerse con el sitio de privilegio, ese en el que la mente del ser humano deja a un lado - casi olvidado - lo corriente y se abre plenamente a lo que acaba de surgir como algo nuevo o tal vez sea algo ya viejo pero con la vitalidad que proporciona el deseo de mantenerse en lo que es la realidad de la vida, en no desaparecer, en seguir insistiendo en algo que pudo ser una llama poderosa, en un momento del pasado, pero que ahora se mantiene encendida con la fuerza de la fe. Así se comporta la mente cuando no se le exige atención a lo ordinario, a lo que hay que atender cada día para mantenerse en la rueda de las actividades que la vida exige.
Nos viene muy bien ese refuerzo de nuestras viejas consideraciones pues actúan como nivel de referencia. La vida no es únicamente el momento actual; la vida tiene peso y en ocasiones hasta mucha categoría si se supo emplear bien el tiempo pasado y hoy día, a pesar de ser tiempo de vacaciones, hay cuestiones que requieren el máximo esfuerzo de atención y también de acción Hay una cuestión de máxima importancia y se espera que el Presidente de la Federación Rusa - el señor Putin - sepa entender y atender lo que el Mundo Occidental le viene señalando y advirtiendo sobre su conducta en Ucrania. Es mucho lo que está en juego y uno tiene en la mente alguna situación muy parecida y que acabó en grave desastre para la Humanidad. Son esas cosas que se piensan con verdadero temor de que se repitan.
No se ven señales claras que hagan nacer la esperanza en esa situación ucraniana, pero es algo en lo que hay que pensar serenamente porque forma parte de nuestra Historia, aunque parezca - a algunos -que es cosa de otros; Los vientos que aquí nos llegan tienen su origen en lugares muy lejanos y no nos traen la dulzura de una ligera brisa sino la dureza de ráfagas violentas que hacen temer malos tiempos. Y no es ese lugar lo único que nos preocupa, pues en estos días Israel ha llevado la guerra a una zona de Gaza. ¿Es autodefensa esa acción de guerra que ha iniciado?. Es cierto que a veces hay que ponerse serio para argumentar unas razones y esa seriedad podría haber llevado implícita una advertencia guerrera. ¿Pero es necesario llegar a esa situación de amenaza, una vez tras otra?
Es cierto que se está en tiempo de vacaciones, pero no olvidemos nunca los sufrimientos que están padeciendo muchas personas y el temor que existe cuando se ha de viajar por determinadas zonas. ¿Podemos vivir tranquilamente sin tener en cuenta tanto sufrimiento como existe en muchas partes del mundo? Hay que pensar seria y serenamente y tengo para mí que es muy acertada esta reflexión de nuestro Don Miguel de Cervantes, en su tiempo, tan similar a cualquier otro: " Encomiéndate a Dios de todo corazón que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas " Hoy día parece que las esperanzas están en período de sequedad.