Estimado Miguel A. P., me permito realizar el presente escrito para contestarle a la carta redactada por usted, en este medio el día 11 de febrero del presente y que afecta en parte, al colectivo veterinario.
Señor Miguel A. P, cualquiera de mis compañeros que llevan colaborando con esta ciudad en los programas de esterilización de felinos ferales, llamado TNR en inglés, CER en español, desde hace ya unos años, está lo suficientemente preparado para la realización de las cirugías que se realizan en estos felinos ferales, tanto los compañeros clínicos comos los técnicos que están en sanidad animal.
¿Y sabe usted por qué están preparados? porque disponen de un papelito de cartón en el que pone Licenciado/a o Graduado/a en Veterinaria, un Título que en el mejor de los casos hemos tardado en conseguir cinco años, en mi caso seis, porque créame que no es nada fácil.
Estamos un poco hartos, cansados y hastiados de que se dude de nuestra profesionalidad, y poca formación; tenga presente, sin atisbo de duda, que su "manifiesto", aduciendo falta de preparación por parte de algunos veterinarios, será puesto en conocimiento de nuestro servicio jurídico, y en caso de que lo estimen oportuno, ya se pondrán en contacto con usted de manera legal.
Desde que empezó este convenio de castraciones por parte de todos los centros veterinarios de la ciudad, allá en el 2021, en colaboración con administración y distintas asociaciones, todos los veterinarios y veterinarias de esta Ciudad, incluidos por supuesto, los compañeros que trabajan en la administración hemos dado innumerables muestras de querer que todo esto salga bien.
Entendemos y aceptamos que la captura de los felinos comunitarios es un trabajo difícil y que no siempre entran en las jaula trampa o en los transportines, y aún sabiendo de esta incertidumbre, hemos reservado los quirófanos, y con las mismas nos hemos quedado demasiadas mañanas cruzados de brazos, somos pymes, si no entran clientes, no podemos pagar facturas, porque no se han traído los gatos para los que se reservó el quirófano, con la consiguiente repercusión económica para un centro que nadie, repito nadie, puede olvidar que es una empresa privada y aún con esas, seguimos creyendo en apostar por este proyecto. Nosotros colaboramos con la Administración en este programa CER porque es la única manera ética de acabar con la superpoblación felina y evitar un posible y grave problema de salud pública, y hay que disminuir el número de felinos ferales de manera eficiente y continua, antes de que suceda una desgracia personal. Y créame cuando le digo que mis compañeros técnicos de sanidad animal lo saben, lo informan, lo comunican y lo trabajan.
Entendemos la dificultad para elaborar los presupuestos, que sin duda nos gustaría que la dotación para esta actividad fuera mas elevada, como manifestamos en diversas reuniones con la consejería, pero con los medios que hay dispuestos, seguimos trabajando para lograr nuestro objetivo, y confiando por supuesto, en la colaboración de todas las partes implicadas.
Le invito a que, ya que dice que lleva bastante tiempo en esto, se ponga este año, a disposición de la empresa Tragsa y que en lugar de poner palos en las ruedas de este proyecto, arrime el hombro y consigamos entre todos solucionar este problema.
También podría solicitar su entrada en cualquiera de las facultades de veterinaria que hay en el territorio nacional y cursar la carrera más bonita del mundo, y cuando obtenga el papelito que pone Licenciado/Grado en veterinaria, haga una inversión de aproximadamente 500.000 euros para un local y dotarlo de todo lo necesario para la práctica de la clínica veterinaria, y continúe formándose día a día como hacemos nosotros para intentar dar el mejor de los servicios.
Hágase un favor, recapacite, infórmese con toda la realidad, no la opinión sesgada que se ve que tiene, y le invitamos a remar en el mismo sentido que lo hacemos los demás.
Nos iría a todos mucho mejor con más colaboración y menos reprobación.