No tengo ni tiempo ni fuerzas ni paciencia para enrollarme con introducciones, desarrollos y conclusiones, de eso ya se encargan los que cobran sobresueldos y siguen pidiendo más, esos que salen votando y saltando de euforia cuando resultan elegidos en las urnas. Pero aun así, antes de ir al grano no puedo evitar hacer algún que otro comentario sobre el problema de la querida y amada frontera. Se ha derramado mucha tinta, se ha usado mucho papel y muchas páginas electrónicas para escribir sobre el problema de la frontera, lo han hecho los políticos, los sindicalistas, los asociados, los comerciantes, y muchos otros que no son ni una cosa ni otra. Hace ya mucho tiempo que se veía venir, y ya llevamos mucho tiempo conviviendo con él, y mira que han pasado por las diferentes oficinas de toma de decisiones muchas y diferentes caras de los que se ponen a saltar y votar de euforia cuando salen elegidos, pero la pena sigue. Se ha escrito y se ha comentado mucho sobre el problema, desgracias y muertes en las filas de las porteadoras, atascos insoportables, colas y horas de espera interminables. Han sugerido mucho tipo de soluciones posibles y otras imposibles, se ha dicho siempre que la solución solo depende de la coordinación con los vecinos, de eso mismo se llegó a informar a los ministerios de unos y de otros pidiendo implicación a alto nivel institucional, últimamente se han formado asociaciones para denunciar, otras para el usuario, han salido partidos desde la oposición que piden mucho más medios, como la implicación de helicópteros y más dotaciones de agentes de seguridad de diferentes colores, se ha llegado incluso a discutir entre los diferentes cuerpos sobre la competencia, hasta el punto de que un color sindical se ha lanzado al palacio de santa justa para cuestionar el derecho laboral, vamos lo que se suele decir, una pasada, y todo eso me parece muy bonito, pero en definitiva no dejan de ser un sinfín de reuniones y de soluciones, de acciones y actuaciones que a lo único que nos han llevado es a acumular muchos más problemas al del atasco, porque todo lo que hacemos se llama en nuestra tierra, puras chapucerías, y es que la verdad sea dicha no somos más que un país de eso, de chapucerías ubicado en el continente de los contentos. Entre tantas discusiones, escurrimientos de bultos, acusaciones y descalificaciones, las calles de la ciudad, sus escenas políticas y las administraciones públicas, se han convertido en un campo de batalla para la guerra que se está librando entre los responsables de nuestras desgracias, que con todas sus buenas, inocentes y decentes intenciones, se están quedando totalmente alejados de dar con el sueño de los pobres ciudadanos de a pie como yo, que no es más que el de hallar un remedio al atasco causado por la actividad fronteriza. He intentado implicarme en el asunto pasando indirectas insinuaciones a las máximas autoridades a través de algunos modestos conocidos con quien suelo gastar algún que otro ratillo de charla y de entretenimientos callejeros, pero no he sentido que se haya puesto ningún interés en atenderme y escuchar mis sugerencias, si no que me mandaron a cursar un escrito pidiendo ese tipo de citas que todos conocemos, cuyas gestiones y esperas suelen ser largas y pesadas, y que suelen terminar la mayoría de las veces en el olvido, ya que uno no dispone de tiempo que dedicar a dichas chorradas, bastante tiene uno con las citas de las innumerables gestiones burocráticas cotidianas necesarias para subsistir. Si hubiese algún tipo de apoyo, mi intención sería realizar un estudio preciso de todos las complicaciones que rodean la travesía de la frontera, pasando una larga temporada conviviendo en las condiciones y circunstancias en las que se lleva acabo el comercio del (contrabando hablando claro), y de todos los elementos que rodean dicha actividad, desde los agentes de seguridad de ambos estados, comerciantes, porteadores, y demás usuarios de la frontera, entonces hubiera sugerido muchas medidas a llevar acabo de forma conjunta y paralela para dar una solución general, amplia, definitiva y duradera al problema. Pero como no tengo ese apoyo, ni creo que pueda tenerlo algún día viendo cómo funciona el sistema, como tampoco tengo el privilegio ni lo tendré, de estar ocupando ningún puesto de toma de decisiones, pues me he dado cuenta de que esto que yo pienso no deja de ser uno más de mis sueños irrealizables. Pero lejos de desistir de mi voluntad de aportar algún remedio a la enfermedad, por muy sencillo que sea, he forzado mis neuronas hasta el punto de hallar y descubrir una acción muy peculiar y sencilla que si se llevara a cabo acabaría, no con todos las dificultades de la travesía de la frontera, pero si con el principal motivo de la discrepancia, que no es más que el atasco que se forma en la misma y a sus alrededores. Y se me ha ocurrido anunciar la idea de esta manera pública, mediante este medio de comunicación que casi todo el mundo ve, con la intención y el deseo de que los que sufrimos este calvario, tengamos la suerte de que alguien de los que toman decisiones, se enteren y la lleven a cabo. No voy a meterme donde no me llaman, no voy a hablar de política, que Dios me libre, no voy a aportar soluciones a todo tipo de tráfico ilegal que realizan los inmigrantes y los no inmigrantes, que para eso existen cuerpos especiales y para eso cobran, no voy a despertar a los porteadores que a diario sufren los delitos flagrantes que cometen los dos estados vecinos desde el punto de vista derechos humanos en general y derecho laboral en especial, no voy a entrometerme en las buenas relaciones de los buenos vecinos, ni voy a estropear su buena coordinación y colaboración para luchar contra el “terrorismo” que Dios me libre de todo eso y de muchas más cosas. Yo solo busco e intento conseguir que yo y mis semejantes, cuando tengamos la necesidad de atravesar la frontera, (por cierto que lo hacemos siempre con el maletero y demás escondrijos del coche totalmente vacíos), podamos hacerlo sin tener que aguantar largas esperas en colas interminables, eso agrava mi deteriorado estado de salud, y para evitarlo me veo en ocasiones obligado a privarme de atravesar dicha frontera durante largos meses. Sin más rollos y rodeos, me voy al grano: Independientemente de la infinidad de ideas brillantes que las respetadas autoridades tienen la intención de llevar a cabo, que me parecen estupendas, e independientemente de que yo pienso que deben de inventarse muchas más soluciones conjuntas y paralelas para eliminar los obstáculos de un buen desarrollo del tráfico y de la travesía de la frontera, yo sugiero una acción primordial, necesaria e imprescindible, yo la consideraría columna vertebral de todas otras medidas que se puedan inventar y añadir a la operación, y de las que sobradamente dispongo, y su divulgación depende de los que la necesiten si se prestan a pedírmelas o no. LA MODESTA SUGERENCIA CONSISTE EN LO SIGUIENTE: •1º: disponer de una explanada, o lugar de embolsamiento, o de retención, o de reposo o llámese como sea. Ya sabemos todos que no es nada nuevo, y que es un invento del pasado; ya sabemos que nuestras queridas autoridades últimamente están anunciando que los pobrecitos se están dejando la piel en buscar lugares adecuados para ello, pero yo pienso que con eso únicamente no se va a solucionar el problema tan fácilmente, ya que se presentaría y persistiría siempre el problema de tener que disponer de muchos agentes de cuerpos de seguridad para montar controles en diferentes cruces de los caminos para detener y desviar a los vehículos que volverán a intentar regresar a la frontera por otras vías, por lo que volvería a surgir la polémica de que no van a dar abasto, saltaría a la escena el conflicto de la competencia, y acabaríamos otra vez con los sindicatos en los juzgados. Así que lo nuevo de la explanada o zona de embolsamiento imaginada, es que, 1. debería estar en algún lugar periférico de la ciudad para evitar problemas de atascos en otros lugares de la ciudad, 2. debería estar si se puede, cuando se pueda, dotada de instalaciones donde los usuarios puedan satisfacer sus necesidades vitales e higiénicas, y para que puedan sentirse sanos, cómodos y seguros, 3. debería haber agentes de seguridad para realizar una especie de selección, separación, y asegurar el orden en los aparcamientos y colas, es competencia de los políticos, sindicatos, y asociaciones, decidir a quién de los cuerpos corresponde dicha tarea, y espero que no acaben en los juzgados. 4. Pero lo más importante, primordial, e imprescindible que debería de haber en esa explanada es un despacho o una oficina en la que se llevaría a cabo una sencilla gestión burocrática de registro y de expedición de tarjetas al estilo de tarjetas de embarque a los barcos, solo que en este caso serían para la travesía de la frontera. • 2º: Control en la entrada de la frontera, Los agentes situados en dicho control, 1. serán los en cargados de vigilar y observar la fluidez del tráfico en la frontera, 2. serán los encargados mediante comunicaciones telefónicas, o por radio, de dar la orden, o petición de dejar salir a los que están en la explanada y que hayan pasado por ese registro y obtenido esa tarjeta de travesía de la frontera, 3.serán los que mandaran de vuelta a los que intenten atravesar la frontera sin haber pasado por esa gestión de dicho registro. Con nada más y nada menos que esta estúpida y sencilla medida o acción, podréis solucionar el problema del atasco en la frontera. Como de costumbre y por naturaleza humana, habrá quien se esforzara para evitar que se tome en consideración esta sugerencia, pero yo os aseguro que si las cosas siguen así, si los alrededores de la ciudad vecina siguen creciendo en población, y si la frontera sigue transitándose, no habrá más remedio que aplicar esta fórmula, tarde o temprano se acabara llevando a cabo, ya lo verán ustedes. El día que se aplique esta regla, no necesitaréis ni colaboración ni coordinación de los vecinos, si no que ellos mismos se copiaran enseguida, y se solucionara el problema en ambos lados y en ambos sentidos, que no se diga mujer y hombre, hacerme caso y adelantarles. Respecto a los demás detalles y a las demás acciones conjuntas y paralelas que se pueden llevar a cabo para dar una solución perfecta, amplia y general, sabéis donde me tenéis, tendría que realizar con la ayuda de un equipo técnico multicolor ese estudio que he mencionado al principio, y para eso deberíais liberarme una temporadita. A PROPÓSITO, el problema de los viandantes (porteadores de a pie), pienso que puede ser resuelto también pasando por una actuación parecida; 1.Explanada de retención con el registro de datos y expedición de tarjetas de travesía de la frontera. 2. Observación y control en la entrada de la frontera para avisar de cuantas personas y cuando se pueden liberar desde la explanada. 3. A los que intenten atravesar la frontera sin haber pasado por esa explanada y por esa gestión de registro, se le debería devolver y exigirles que lo hagan. 4.Bueno ya se habrán dado cuenta que la estrategia no es ningún invento de otro mundo, es una simple idea bananera que le puede ocurrir al más tonto, incluso a cualquier eufórico de los que rigen nuestros desgraciados destinos, pero claro, lo que pasa es que ellos no tienen ni la mente clara, ni puesta donde tiene que estar, sino que la tienen ocupada en otros asuntos mucho más importantes cómo puede ser la manera de aumentar los sobresueldos, y es exactamente allí donde existe y de donde surge el verdadero atasco (enfermedad), que provoca todos los demás atascos en vez de eliminarlos, incluido el de la frontera. Evidentemente como ya he mencionado anteriormente, a mí no me corresponde desgastarme para dar soluciones a este tipo de problemas, ya que ni soy afiliado, ni estoy asociado, ni estoy cobrando por ello, ni os voy a pedir nada a cambio de la idea, solo quiero decir que debido a tanta conflictividad en la travesía de la frontera, y si añadimos los problemas personales de uno entre los que destacan los de la salud, suelo preferir privarme de muchas gestiones necesarias con tal de evitar atravesar la frontera, a veces dejo pasar semanas e incluso meses para atravesar la frontera con el único objetivo de conseguir ahorrar un poco económicamente trayendo verdurita bonita y barata de mi querida y perdida tierra, así que lo único que me atrevería a pedirles, es que de vez en cuando, cuando me veáis aparecer por el control de la aduana, dierais la orden de que me dejen colarme, os aseguro que yo no me voy a ir de la lengua, solamente os pido eso, y gracias. Bueno, que conste que esto último es una simple broma, y espero que no por ello y por expresar mi opinión, acabe machacado o en chirona como recientemente les está pasando a mis paisanos, solamente por el hecho de ocurrirles la idea de pedir lo más básico y necesario para subsistir. Tener piedad. Deseando que no haya más problemas, para que no haya ni otro próximo escrito ni otro próximo sermón, como de costumbre y como debe de ser, doy las gracias a todo el mundo por permitirme esta intromisión, y Saludo cordialmente tanto a los que están de acuerdo conmigo como a los que no.