“Espero volver a verte, hermano”, decía un joven subsahariano mientras abrazaba a otro con cariño. Las dos caras de la moneda. Uno dejaba atrás Ceuta tras pasar varios meses en ella para llegar a la península cargado de ilusión.
El otro, deberá armarse de paciencia y esperar el momento de ser otro de los elegidos para ser trasladado a la península con el denominado laissez-passer, un salvoconducto que les permite la libre circulación.
La ilusión del primero era compartida por un colectivo de unos 40 subsaharianos que fueron trasladados en la mañana de ayer a la península. Estos jóvenes nacidos en Guinea Conakry, Gambia y Costa de Marfil han estado en la ciudad unos seis meses y ahora han sido llevados a la península, donde serán acogidos por centros de oenegés en ciudades como Sevilla o Murcia. Aunque algunos, aseguran, tienen como objetivo ir después a otros puntos de país, como Barcelona.
Entre los que se iban estaba Ibrahima, un joven de Guinea Conakry que se diplomó en 2003 en Ciencias Políticas pero que tuvo que salir de su país en busca de una vida mejor. En su tierra natal dejó a su esposa y sus dos hijos, a quienes desea ver pronto. Otro subsahariano comentaba a este medio que su objetivo es llegar hasta Barcelona y buscar allí trabajo para poder quedarse a vivir en la Ciudad Condal. “La península es mejor que Ceuta. Me gustaría ir a Barcelona, Madrid o Sevilla. Allí voy a intentar encontrar un trabajo para poder vivir tranquilo”, afirma un joven gambiano. “Estamos muy contentos, llevamos mucho tiempo soñando con llegar a la península y ahora lo vamos a conseguir”, añadía otro compatriota.
En la otra cara de la moneda se encuentran quienes tuvieron que regresar al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) tras despedir a sus compatriotas en el puerto. No obstante, saben que pueden seguir sus pasos pronto. “Yo hoy no he tenido la misma suerte que mis compañeros, pero me tocará la próxima vez. Mientras, estudio lengua española en el CETI”, indicaba un joven subsahariano en una conversación con este medio.
Así, el Gobierno central está llevando a cabo salidas de inmigrantes a la península de manera muy frecuente. Si ayer salieron unos 40, hace dos semanas lo hizo un grupo muy similar en el número. Pero las llegadas a Ceuta se siguen produciendo, por lo que el centro del Jaral se encuentra por encima de su capacidad y estas salidas están aliviando su ocupación.