Las cesiones del Presidente Pedro Sánchez a los independentistas son ilimitadas. Son numerosos los hechos que nos llevan a afirmarlo, el último de ellos el de pisotear nuestro idioma, el español.
La ley Celaá se ha redactado de manera unilateral,sin contar con la comunidad educativa. Sin embargo, se cede a las exigencias de los partidos independentistas.
Es sabido por todos que esos grupos, si pudieran, también eliminarían la Constitución Española, por eso obvian su artículo, el cual recoge que "el castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocer y el derecho de usarla".
Aún así, la ley Celaá elimina la vehicularidad del español. Es decir, da vía libre a los independentistas para cumplir con su deseo de, prácticamente,erradicar el español de las aulas.
Es evidente que la ley discrimina a los castellanohablantes, a los que se les imposibilita reclamar su derecho a recibir su educación en español, o al menos, una parte de ella.
PSOE, Podemos y ERC han conseguido suprimir de la ley,la referencia al castellano como lengua oficial del Estado y lengua vehicular.
El Partido Popular recurrirá ante el Tribunal Constitucional esta ley.
Es inconcebible que Pedro Sánchez y sus socios quieran aniquilar nuestra lengua en algunos territorios de nuestro país.
¿Cuántas cosas más quiere destruir Pedro Sánchez? ¿En qué quiere convertir nuestro país?
¿Hasta cuándo va a estar sometido a los chantajes de independentistas y extremistas por mantener el sillón en Moncloa? Lo que está claro es que sus ansias de poder están muy por encima de proteger nuestro país.