Las autoridades españolas y
marroquíes “siguen trabajando” en el diseño de la futura aduana comercial de la frontera del Tarajal, en Ceuta. Lo hacen, según han informado fuentes de la Administración General del Estado, en la Comisión Técnica constituida y sobre la base del acuerdo firmado en el Palacio Real de Rabat durante la visita que
Pedro Sánchez realizó en abril, que recogió el compromiso mutuo de “la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías” incluyendo “los dispositivos apropiados de
control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo”.
“Tenemos claro que es la formula más eficaz para acabar con el
comercio atípico o contrabando, un objetivo primordial y compartido con el país vecino”, reiteraron este lunes fuentes conocedoras de las conversaciones en curso que advirtieron que “como con el restablecimiento del tránsito por la frontera, el camino de la aduana comercial se gestionará como un proceso gradual”.
La Agencia Tributaria tiene en su horizonte “desarrollar lo antes posible las infraestructuras necesarias y contar con el personal que se requiere para su puesta en marcha”, que todavía no tiene fecha concreta.
Lo que sí se va detallando es su fórmula, ya que “no se prevé una dimensión a gran escala, sino más bien algo de carácter fundamentalmente regional para regular el tránsito de productos entre dos regiones limítrofes pertenecientes a dos países distintos” para que circulasen productos manufacturados y frescos, sobre todo, en cada sentido.
El profesor titular de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Cádiz Miguel Ángel Cepillo acaba de publicar en la revista científica ‘Paix & Security’ un artículo en el que apremia a las autoridades españolas a poner en práctica “cuanto antes” una nueva configuración de las frontera de Ceuta y de
Melilla “para poder acometer en toda su extensión la nueva realidad que implica su consideración como aduanas comerciales con Marruecos y la eventualidad de la integración de las ciudades autónomas en la Unión Aduanera en un futuro más o menos cercano”.
“Ello implica”, resalta, “dotarlas de forma gradual de nueva infraestructura y de los recursos humanos necesarios, a lo largo de los próximos meses, para adecuar los
controles aduaneros allí existentes a un escenario completamente diferente al actual, en el que la circulación de mercancías con Marruecos pueda hacerse a través de circuitos profesionales y no de manera informal, como hasta ahora”.