Viví el día que todos pudieron votar. Los pobres españolitos de a pie estaban desacostumbrados a estos menesteres democráticos. Y es que la dictadura solo valía las ideas de un solo hombre. Fue ratificada el 6 de diciembre. Día que ayer celebramos.
¿Que significa este día?
Que el pueblo puede estar presente en las decisiones de nuestro gobierno.
Nuestros representantes, elegidos por nuestro voto ejercido libremente durante una época de nuestra vida, cuatro años, tomará las decisiones que su partido tome necesarias. No lo que nosotros habíamos leído en sus propagandas de preelecciones sino las que quieran o pacten con un conjunto de partidos. La mayoría es la que hay que buscar y esto hace maravillas y mucha incertidumbre de los pobres que estamos en la zona de esperar a unas nuevas legislativas. Como muestra un botón. Mucho sufrimiento. Muchos acuerdos en despachos. Pero sin respetar al pueblo llano que dijo en las urnas otras cosas. Un cambio para intentar reciclar el amiguismo en las instituciones. El buscar aire fresco en quien confiar.
Pero ver una portrona es ver un mundo mágico. Fue concebido por obra y gracia de las mayorías.
¿Pero con que precios?
Pues adelante con verlos juntos. Un país que gracias al número de escaños que se consiguen por provincias, y no buscando la coordinación de población, hace que cuatro hombres y mujeres estén llevando el país.
Pero mi pregunta es: ¿a dónde?.
A una ruina técnica. A buscar el acercamiento de ideas a costa de muchas promesas que darían al traste con la unidad de una España.
Y a mí me viene a la cabeza unos eslóganes cantados hasta la saciedad por todos los que tenemos añitos: ‘España unida jamás será vencida’.
Me dicen la modernidad. Fijarse en los lugares más cercanos a esta vieja Europa. Los cantones, etc.
Pero puede pasar como en Inglaterra: Escocia, Gales, etc.
No sólo para completar los cuadros de emparejamientos en las eliminatorias para ir al europeo o al mundial.
Hubo muchas guerras internas que pusieron en peligro la integridad de las vidas de esos lugares. Muy paralelo a nuestros días de batallas con los diferentes grupos armados que buscaban ideales para luchar por lo que ahora intentan conseguir por la acción política.
O mejor dicho por el intento de buscar los votos suficientes para poder gobernar una España. Una tan rara que muchos de nuestra edad piensan en cómo es posible que no haya salido algún elemento de uniforme a la palestra.
Hoy por hoy es muy difícil. Pero los hubo. Y nuestra memoria no debe de ir muy lejos. Todo se tranquilizó gracias a la moderación de nuestro rey emérito, que pudo quitar hierro a un alzamiento en toda la regla.
Esperemos que esto no pase y que los que votaron a esta forma de gobernar se lo piensen dos veces en hacer uso de su voluntad popular y dar paso a una alternativa. No digo, ni pienso en ninguna. Solo en alguien que pueda dejar a nuestra querida España, tal y como todos queremos. Ser esas comunidades autónomas, esas ciudades autónomas que forman una patria, un país, una unidad.
Si se podrá pensar en ser autónomas totalmente. Pero dando respeto a la madre de todos que es nuestro país. Y respetando nuestra ley de leyes como es la constitución española que fue creada en 1978. Es vieja si. Se debe de dar retoques.
Sí. Pero poco a poco y con mucha vista al futuro.