Antes de que llegase la pandemia y se perdiera un mensaje que me llegó en una botella después de subir y bajar escalones, pensaba inmortalizar tu escalerilla por ese barrio por nombre Doce de Diciembre.
A esa vecina que dio nombre a un rincón del barrio, hace cuatro años se fue con la Reina de los Mares.
Que sabe el poeta cuando siente que la amura de mi barquilla se contonea al rumor de las olas, mi Virgen del Carmen la Reina de los mares me deja ser tan pillo por dejar tantas letras desde la Ribera al Chorrillo
Cada año mirando de reojo el Pineo donde las gaviotas ronean que en el fondo sigue escoltada por cangrejillos que reciben honores por mediados de julio.
Embarrancado en tu orilla he dejado a bordo el relicario de marinero porque fui tu vigilante en la radio de salvamento y me acerco tantas veces en compañía de tu mar.
La de veces que pensé que tu barrio tenía la desembocadura de tu nombre la vecina que llevaba abriendo paso a la Virgen marinera, desde la Almadraba a la playita.
Porque el mar te da y te quita, pero si la Reina de los Mares, otorga me doy la vuelta y hasta otro día.
Muchos y muchas no saben lo que el mar esconde, donde pienso regresar y no será una despedida para sentir y pisar sus rincones, percibir el aire, mirar el cielo y recordar un año entero apretando los puños, por si en la garganta queda un nudo, que mi sentimiento aflore un mar de pena, que cuando me vaya ganando a barlovento sea de alegría.
"Porque el mar te da y te quita, pero si la Reina de los Mares, otorga me doy la vuelta y hasta otro día"
Las orilla del mar está entre la tierra y el mar, pero no es ninguna de las dos, recoge el agua que llega de las olas, se empapa de ella pero no la puede retener, porque entre el cielo y el mar son testigos de orilla a orilla.
Que sabe nadie más que sus barrios como la Reina de los mares, por más rodeos por más condiciones, que sabe nadie más que los rumos, la que suspira ante los farolillos, adornando tus callejones, que mi Reina con la obra inacabada devora pasiones, es la gente de Juan XXIII, Almadraba, Miramar, Doce de Diciembre, son los que se ponen remangaos hasta las rodillas con los ojos desencajados y los pies descalzos desde que te sacan hasta tu recogida.
Los barrios que te llevan desde San Antonio, Miramar Bajo, Juan XXIII, Doce de diciembre, barrio pescadores y la poesía que es subirte de esa forma tan amena por tu escalerilla, la escalerilla de su vecina que se llamaba por nombre Filomena León Hernández.