Es el rostro, y la voz, en España de esa vertiente de la izquierda que proclama que no es descabellado diseñar políticas eficientes desde las máximas del compromiso social y la defensa a ultranza del medio ambiente. Equo, la formación ecologista que cofundó a mediados de 2011 y de la que es portavoz, ultima un pacto de colaboración en Ceuta con Caballas que, en la práctica, supondrá la concurrencia en listas comunes a las próximas citas electorales y una línea de actuación única. Juan López de Uralde (San Sebastián, 1963), Juantxo en el mundillo verde, augura buen futuro a un acuerdo que le traerá hasta Ceuta en las próximas semanas para certificarlo por escrito.
–Caballas y Equo, su formación, están a punto de suscribir un acuerdo de colaboración que debe traducirse en una alianza electoral en Ceuta. ¿En qué punto se encuentra la negociación?
–Como suele ocurrir en estos casos, ha habido un proceso de acercamiento y de conocimiento, pero la decisión ya está tomada. Ahora hay que formalizarlo de facto, una cuestión formal para la que tenemos que encontrar una fecha adecuada que convenga a las dos partes y que nos permita seguir adelante. La idea es comenzar a avanzar a partir de ahí.
–¿Por qué Caballas? ¿Qué se aportan mutuamente?
–En primer lugar, los dos tenemos características comunes, que sin duda es lo más importante. Ambas formaciones compartimos una visión similar del mundo, de sus problemas y de hacia dónde deben avanzar las alternativas. Y por otro lado, para nosotros es muy importante también el poder encontrar y contar con un socio en Ceuta que nos ofrezca las garantías y la experiencia que nos aporta una entidad como Caballas. En Melilla ya teníamos presencia desde el comienzo de nuestra andadura, pero en Ceuta no. Por lo tanto, somos como dos piezas de un puzzle que encajan a la perfección.
–¿De quién parte la iniciativa? ¿Quién buscó a quién?
–La iniciativa partió de los jóvenes de Caballas, que entraron en contacto con la red de Equo Joven. Fueron realmente ellos los que comenzaron a mover el tema. Y a través de esa primera relación ya fuimos avanzando hasta llegar al momento actual en el que nos encontramos.
–La amplia mayoría de la militancia de Caballas es musulmana. ¿Condiciona eso algún aspecto del programa de Equo, se verán obligados a adecuar mensajes en según qué propuestas o encajan en un ideario global?
–En Equo no tuvimos, en ese sentido, ningún problema cuando vimos el programa y los principios que defiende Caballas. No hay ningún inconveniente ni choca con nuestros planteamientos. Somos fieles defensores de la pluralidad en todo el país , tanto en cuestiones culturales como en el resto de aspectos sociales. El modelo que defendemos es el de una España federal y plural frente a otros planteamientos sectarios.
–Pues ya hay circulando por las calles, y sobre todo por los foros de internet, comentarios del estilo “no se puede ser ecologista y consentir que se sacrifique un borrego sin aturdirlo antes”...
–Bueno, ése es un planteamiento bastante simplista… Seguro que también hay simplificaciones como ésa que se podrían trasladar a otras religiones como la católica...
–¿Se han marcado algún objetivo electoral? Ésta es una plaza complicada en la que el Partido Popular encadena una mayoría absoluta detrás de otra...
–Todavía es prematuro para hablar de estrategias electorales. Es momento de forjar y formalizar la relación, de ir construyéndola y a partir de ahí ir hablando de esos temas. El liderazgo allí lo tendrá que desempeñar, lógicamente, Caballas.
–Enfrente tendrán a un presidente que, según el último Barómetro del CIS, es el que cuenta con el mayor apoyo ciudadano de toda España...
–Bueno, pero, la diversidad de planteamientos es lo que da sentido y valor a las minorías. El hecho de que haya un partido como el PP en Ceuta con mayoría absoluta no debería ser una carta blanca para que haga lo que le venga en gana. Todo el esfuerzo que estamos haciendo en toda España de profundización democrática tiende a eso, a demostrar que la democracia no termina cuando se vota, sino que los ciudadanos reclamamos que se escuche nuestra voz en el día a día. La mayoría no es una carta blanca, es un voto de confianza. Eso hay que recordárselo a diario a los partidos grandes, y especialmente a los que tienen una mayoría más amplia, como es el el caso del Partido Popular.
–Les queda apenas media legislatura para darse a conocer en Ceuta, elegir candidatos... ¿Tienen tiempo suficiente o van contrarreloj?
–Nuestra idea en la asociación con Caballas va en la línea de una complementación que sea efectiva. Nosotros, lógicamente, en ese proceso de asociación lo que conseguimos es contar con otra fuerza, con otra entidad, con la que colaborar. En ningún caso pensamos ahora más en la competencia que en la colaboración. En principio queda mucho para las elecciones. Lo iremos hablando, cada cosa a su tiempo. Primero hay que ir cerrando el proceso y luego nos tenemos que presentar a la cita más inminente, las elecciones europeas, las más cercanas, en las que Equo acude dentro del Partido Verde Europeo para intentar conseguir presencia. Y luego habrá ya años para ir a por las autonómicas y las locales.
–El desconocimiento de Equo y el factor tiempo juegan en contra. Por contra, tienen a favor que Caballas se ha convertido en la primera fuerza de la oposición, incluso por delante del PSOE....
–Para nosotros eso es muy interesante. Un partido pequeño como Equo necesita de esa asociación y tener una mayor relevancia.
–¿Conoce personalmente a Mohamed Ali o a Juan Luis Aróstegui, los líderes de Caballas?
–No, aún no. Estamos pendientes de encontrar un hueco en la agenda para encontrarnos. Sí sabemos que son carismáticos en la ciudad.
–Experiencia política no les falta...
–Sí, somos muy conscientes de eso.
–Aunque ya ha comentado que el peso de la estrategia recaerá sobre Caballas, ¿han sondeado desde Madrid cuáles son los problemas que afectan a los ceutíes? ¿Hay algún diagnóstico de su realidad inmediata?
–Como decía antes, eso recaerá efectivamente sobre Caballas. Nosotros lo que podemos aportar,y esperamos que sea así, es todo el bagaje y el conocimiento, la información y las estrategias, tanto en España como en Europa, del trabajo que hacemos en todas nuestras líneas de actuación: urbanismo, preservación de espacios naturales, temas de litorales, la generación energética renovable... Hay muchísimos ámbitos... Y también en la creación de empleo. En todo eso la aportación de Equo puede ser decisiva, siempre de la mano de nuestros socios en Ceuta.
–Sobre todo en ese último capítulo, el del desempleo, del que tenemos el dudoso honor de ser la comunidad con mayor tasa de paro de la Unión Europea...
–Sí, es el verdadero drama de Ceuta, como también de Andalucía y en general de España. Estamos muy comprometidos en ello.
–Hay cuestiones muy sensibles en Ceuta, como la defensa de la españolidad de la ciudad ante las reivindicaciones de Marruecos o la lucha contra la inmigración ilegal. ¿Hay una posición formal de Equo?
–Creemos que es muy importante, en un proceso de confluencia y de alianza, respetar y complementar los posicionamientos de nuestros socios. Es un tema que tendremos que trabajar mucho con nuestros socios en Ceuta y alinearnos con ellos dentro de ese proceso de trabajo conjunto en el que estamos.
–Hay quien sospecha que detrás de la alianza de Equo con Caballas se esconde una réplica a la suscrita entre el PSOE y Los Verdes...
–No. En este momento creo que está muy claro que a nivel tanto europeo como de España la representación verde es Equo, que surge de la confluencia de 30 partidos y organizaciones. Es aquí donde está la mayor representación de la ecología política de España, reconocida a nivel europeo. Desgraciadamente, hay gente que sigue usando esas siglas, pero la representación es nuestra. Lo demás es jugar con unos nombres que considero que no responden a la legitimidad política que da el respaldo europeo.
–Antes aludía a las elecciones europeas como la cita más inminente para Equo. ¿Si consiguen representación en Estrasburgo llevarían hasta allí también la voz de Ceuta?
–Claro, sin lugar a dudas. Eso formará parte del trabajo que realicemos y, a través de la representación que tengamos, Caballas y Ceuta tendrían su voz en Europa.
–¿Y en el Congreso si lograran algún escaño?
–Exactamente igual. En eso consiste nuestra alianza política, en implementarse y en trabajar conjuntamente cada uno en los ámbitos en los que se pueda tener una presencia mayor.
–Equo se autocalifica “izquierda verde” o “formación ecosocialista”. ¿Hay alguna posibilidad de cerrar alianzas con el PSOE?
–Estamos abiertos a la colaboración, y de hecho hay muchas confluencias en la calle. Pero nuestro objetivo está en abrir un espacio para la ecología política en España, un espacio verde propio. Se podrá discutir sobre estrategias para ir a elecciones, pero siempre dentro de la consolidación de ese espacio. Es ahí donde tenemos una posición bastante sólida. Algo que no había sido posible hasta ahora y que es el momento de asentar.
–¿Está satisfecho de sus dos primeros años de andadura?
–Para nosotros han sido muy positivos. Dos años después nos hemos consolidado como el referente verde con la entrada, el pasado mes de mayo, por unanimidad en el Partido Verde Europeo y el reconocimiento de que en España esa política está representada por Equo. Hemos conseguido también el apoyo de unos 20.000 simpatizantes, y lo más relevante es que tenemos cada vez mayor presencia en las encuestas. Vamos subiendo y hay una tendencia de incremento en una situación difícil, porque nosotros hemos tomado la decisión, complicada pero coherente, de no pedir créditos a los bancos. Estamos creciendo y trabajando sólo con los recursos de los afiliados.
–¿Les beneficiará ese augurado final del bipartidismo?
–Creo que sí. De hecho estoy convencido de que está tocado a su fin. El pacto entre Rubalcaba y Rajoy de esta semana es más una fórmula con la que están intentado salvarse a sí mismos que un acuerdo de Estado. La desesperación del fin del bipartidismo les lleva a buscar soluciones en las que se están equivocando, sobre todo Rubalcaba, porque con este gesto lo que hace es dar oxígeno a Rajoy.
–¿Se ve formando Gobierno, como en su día Los Verdes en Alemania?
–Sí. No hemos entrado en política para ser un elemento puramente simbólico. Queremos, y por eso estamos aquí, llegar a las instituciones e influir en las políticas incluso desde el Gobierno. Para ello trabajamos. Esperamos que no nos ocurra como a Los Verdes alemanes, que tardaron 30 años (Risas). Con tranquilidad y con trabajo... Lo importante es que hay en España y en Europa unos planteamientos de un izquierda diferente, moderna, ecologista, democrática, y creo que cuando la ciudadanía nos conozca iremos sumando apoyos.
–En su programa defienden que otra política es posible. Con la que está cayendo no es poco...
–Es lo que intentamos transmitir. Otra política, y sobre todo otra forma de hacer política. El mensaje de recuperar la política para la ciudadanía y que ésta no es un coto de una casta, sino que los ciudadanos puedan hacer política e incluso, como en nuestro caso, con pocos recursos.
“No me arrepiento por la protesta de Copenhague. Lo haría mil veces más”
Pese a acumular varias décadas de militancia ecologista, López de Uralde saltó a la primera página de todos los diarios cuando el 18 de diciembre de 2009 logró colarse en la cena de gala que ofrecía la reina Margarita con motivo de la Cumbre de Copenhague, una cita que en teoría debía alumbrar un pacto contra el cambio climático y que se cerró con un sonoro fracaso. Vestido de etiqueta, desplegó una pancarta en la que se leía ‘Los políticos hablan, los líderes actúan’. Fue encarcelado durante 19 días y, meses después, el Gobierno danés se vio obligado a indemnizarle por ello. “No me arrepiento en absoluto. Además, los tribunales me dieron la razón. Hicimos lo que teníamos que hacer. Era una cumbre sobre un tema muy importante que se vio abocada al fracaso, como luego todo el mundo reconoció. Hoy que la movilización ciudadana está mucho más en boga se puede entender mucho mejor aquello que hicimos. No me arrepiento en absoluto. Lo dije cuando volví: lo habría hecho mil veces más”, asegura convencido.