El cierre de la frontera que separa Ceuta de Marruecos y su posterior apertura con la imposición del visado ha sido la puntilla para muchas familias que habían convertido el cruce del Tarajal en su modo de vida.
Nabil Lammagui era una de esas personas, él entraba a diario con su pasaporte para trabajar, para buscarse la vida dignamente como obrero o en las naves del polígono.
Todas esas oportunidades se agotaron y dieron paso a las penurias, a la angustia por no poder sacar adelante a sus tres hijos, por no poder afrontar el pago de las facturas correspondientes con los suministros más básicos.
Bordear el espigón de Benzú se convirtió así en la única alternativa contra esa desesperación y es lo que llevó a Nabil a echarse a un mar que terminó siendo una trampa mortal.
Hoy, en el cementerio de Sidi Embarek, se han reunido muchas personas que le conocían, familiares y vecinos. Su padre, anciano y residente en Ceuta, también ha acudido a dar la última despedida a su hijo.
En la tumba 4934 descansa para siempre Nabil, de 44 años, padre que deja 3 hijos y un vacío entre quienes le apreciaban. Residente en el Biut (Marruecos), ese sábado trágico en el que decenas de personas se echaron al mar, fue su última travesía. Él encarna ese drama entre fronteras que ha dejado cuantiosas muertes y desapariciones.
La frontera deja familias separadas, rotas para siempre. Deja también historias marcadas por la tragedia, historias como la de Nabil, un hombre que perdió su vida preso de la desesperación.
Esto se tiene que escribir cuantas veces sea necesario, se tiene que repetir una y mil veces porque lo que está ocurriendo en esta frontera sur de Europa supone una auténtica sangría para quienes carecen de alternativa, para padres de familia que solo quieren mantener a sus esposas e hijos.
Los familiares de Nabil han querido agradecer el apoyo de la comunidad islámica, de la funeraria Al Qadr encargada de todos los trámites en momentos tan sensibles como este y de la Guardia Civil cuyos agentes del Laboratorio de Criminalística de la Policía Judicial han realizado una pronta identificación del cuerpo posibilitando así su entierro.
Comparto la postura del artículo en cuanto a que cualquier muerte es lamentable, máxime tratándose de un padre de familia que deja unos hijos en situación precaria. Sin embargo habría que plantearse ¿Cuántos diarios recogen la noticia en el país vecino? Por muy lamentable que sea cada muerte que se produce al intentar llegar ilegalmente a España, no hace que España sea ni responsable ni culpable. La frontera se mantiene cerrada por propia decisión de Marruecos. Quién empuja a esa pobre gente a intentar el salto a Ceuta son las propias autoridades marroquíes. Pero allí nadie se rasga las vestiduras. No les preocupa lo más mínimo. Es más, apenas movilizan recursos para evitarlo, mientras que nosotros ponemos en funcionamiento a la Guardia Civil, Salvamento Marítimo, Cruz Roja etc...
Fidel que fácil es decir chorradas sentado en el sofá con todas las necesidades cubiertas dígame usted que aria si no tuvieras que darles de comer a tus hijos y como pagar los recibos sin tener la oportunidad de un trabajo decente en tu país
Que pena dios mioo que se vaya gente tan buena de esta manera, Allah y rehmek
Nunca la ilegalidad puede ser solución a nada.