‘Jazz Kidding Málaga Connection’ tocará esta tarde en ‘La Sala’ en el marco de un concierto por el 75 aniversario de magisterio en Ceuta.
El trío ‘Jazz Kidding Málaga Connection’ ofrecerá esta tarde (20.00 horas) un concierto como parte de la conmemoración del 75 aniversario de los estudios de magisterio de la Universidad de Granada (UGR) en Ceuta. La banda traerá una propuesta fresca y divertida que es prácticamente inédita en el panorama nacional. Quike Navarro, violinista, habló con ‘El Faro’ sobre su amor por el jazz.
–En su web dice que los conciertos de ‘Jazz Kidding’ son “elegantes, virtuosos y llenos de humor”. ¿Cómo se mezcla todo eso en un espectáculo?
–Bueno, nuestros conciertos son elegantes porque utilizamos temas de jazz muy clásicos, de los años 30. Virtuosos porque todos los músicos tenemos un alto nivel técnico y es impresionante ver como las notas suben y bajan. Y lo último, lo del humor, es porque todos poseemos un gran sentido del humor y hay partes que incluso parecen más teatro que concierto. De hecho el nombre de la banda ‘Jazz Kidding’ significa algo así como ‘bromeando ya’, jugando con las palabras del inglés.
–Como acaba de decir, su repertorio es de jazz clásico...
–Sí, lo enfocamos un poco hacia el jazz que se hacía en Nueva Orleans y París a principios del siglo XX, principalmente durante los años 20, 30 y principios de los 40. Un poco lo que era la época de los gangster y la ley seca. También hay alguna sorpresilla, ya que tocamos, por ejemplo, una ‘danza húngara’ de Brahms o un ‘nocturno’ de Chopin y lo adaptamos al estilo que te decía con un toque de swing. La gente cuando viene a vernos se engancha.
–¿Cuál de todas las formaciones vendrán a Ceuta?
–(Risas) Pues iremos con un trío,el que llamamos ‘Jazz Kidding Málaga Connection’, formado por un violín y dos guitarras que serán Ricky Vivar y Rafa Insausti. Es cierto que somos un grupo que nos movemos mucho y contamos con muchas colaboraciones.
–Han ofrecido más de 200 conciertos por España, Italia y Portugal. ¿Eso demuestra que el lenguaje de la música es universal?
–Sí, la verdad es que en este sentido no tenemos ningún problema. La respuesta del público es buena en todos sitios. El que va al concierto termina divirtiéndose. La gente tiene que hacer el esfuerzo de venir a vernos y todo lo demás lo ponemos nosotros.
–Ustedes tienen una formación en música clásica. ¿Por qué ese giro por el jazz?
–La verdad es que es algo que siempre nos ha gustado. Desde que entramos al conservatorio era esto lo que queríamos estudiar, lo que pasa es que no sabíamos cómo hacerlo. El clásico es muy bonito también, pero lo cierto es que en cuanto poníamos dos notas juntas nos íbamos a alguna cosilla de jazz. Esto nos pasaba a todos y vemos que también le ocurría a algunos compañeros. Simplemente indagamos un poco más en la música y decidimos tirar por este camino.
–’Jazz Kidding’ tiene incluso un disco grabado...
–Hay un disco, lo que pasa es que no está en el mercado. Se editó como forma de presentación y promoción. Los ejemplares que sacamos se vendieron todos, pero creo que habría que editarlo para el mercado musical y las tiendas.
–Personalmente participa usted en otros proyectos como ‘Cuarteto Hamilton’ o ‘Klezmática’ e incluso tiene una web que se llama houseviolin.com...
–Yo solamente hago cosas de violín. Este es mi primer y único trabajo. Normalmente no tengo tiempo para aburrirme. Me pasa que me ofrecen grupos nuevos y todos me parecen bien. Con el trío de música judía (Klezmática) ya fuimos a tocar a Ceuta y es una ciudad que me gusta mucho.
–Tengo entendido que toca usted normalmente con dos violines: uno clásico de más de cien años y otro Yamaha silent...
–Lo cierto es que suelo tocar más con el Yamaha porque le meto una pedalera de efectos y eso me da más registros de sonido. Este violín es una maravilla porque está electrificado y es inalámbrico. El otro me lo compré después de que pasara por muchas manos y lleva conmigo 14 años. Realmente es el que más uso en mi vida diaria porque es como el que tiene un buen coche, que le gusta ir al trabajo en él.
–¿Hoy en día se puede vivir de la música?
–Se puede y se vive. Hay que echarle valor porque no se puede opositar ni te dan una plaza, pero los poquitos que lo hacemos estamos luchando por ello. Mis compañeros de ‘Jazz Kidding’ también viven de la música. A lo mejor todo podríamos estar dando clases o en otro trabajo más seguro, pero bueno, te vuelcas en ello y de momento, hasta con crisis, en la música nos va bien.
–¿Cree que hacen falta más propuestas como la suya?
–Somos una de las formaciones pioneras en España porque hay muy poquitas que se dediquen a hacer este estilo. Lo más clásico es hacer jazz con el saxofón, la batería, el piano y el contrabajo. El violín estaba en el jazz a principios de siglo, pero con la llegada de la batería y los instrumentos de viento se suprimió porque no se le oía. Ahora, gracias a las tecnologías, se vuelve a oir el violín. Como tradicionalmente en el jazz lo que prima es el saxo, pues es normal que hayamos pocos que hagamos jazz violín.